Rescatada en 1998 tras un arduo proceso de investigación, puede degustarse todos los fines de semana hasta finales de abril. Considerado el antecedente del cocido madrileño, su singularidad estriba en el uso de ingredientes a priori atípicos como el cangrejo de río.
El Parador de Chinchón dio el pasado 21 de octubre el pistoletazo de salida a sus populares Jornadas del Cocido de Taba, una de las convocatorias más esperadas del calendario gastronómico de la cadena hotelera pública. Se trata de una original y atractiva propuesta culinaria que este año está de celebración ya que cumple su vigésimo quinto aniversario y que, edición tras edición, suscita una auténtica peregrinación de amantes del cuchareo hasta la villa del ajo y el anís.
Considerado el antecedente del afamado cocido madrileño, el Cocido de Taba -que toma su nombre del hueso de la pata de ternera que se emplea en su elaboración- es una receta antiquísima, prácticamente olvidada durante años. La receta fue rescatada y pulida por el Parador de Chinchón en 1998 de la mano del equipo de la Dirección de Restauración de la red tras una ardua labor de investigación dentro de un proceso de arqueología gastronómica.
La iniciativa se enmarca en el compromiso con el entorno adquirido dentro de la misión de fomentar e investigar la gastronomía, la tradición culinaria y los productos de las regiones en las que se ubican los Paradores. En esta línea, poco más de tres lustros después de inaugurarse el Parador de Chinchón, se planteó la posibilidad de poner en valor la bodega abandonada del antiguo convento agustino del siglo XVII reconvirtiéndola en restaurante y diseñando una oferta singular para poder ofrecer los fines de semana. Con la ayuda de historiadores se llegó al Cocido de Taba, una receta del sur de la provincia de Madrid que se extrajo del libro “Cocina Madrileña”, del historiador, filólogo y gastrónomo Joaquín de Entreambasaguas publicado en 1954.