Nacido en Mieres, emigró a los seis años junto a su familia a Bélgica, donde ha desarrollado su prestigiosa carrera artística. El creador, uno de los más importantes del panorama contemporáneo en Bélgica, representó a este país durante la edición de 2011 de la Bienal de Venecia.
.
Avilés, 22 de octubre de 2024. El Centro Niemeyer ha inaugurado este pasado 11 de octubre la exposición El ojo pródigo, del artista asturiano Ángel Vergara, un recorrido por un conjunto significativo de obras nunca antes mostradas a gran escala en España y otras de creación específica para esta muestra, fruto de su trabajo con alumnos del Centro de Educación Especial San Cristóbal y de diversas perfomances que tuvieron lugar en la ciudad de Avilés durante las últimas semanas.
Vergara es uno de los creadores más importantes del panorama artístico actual en Bélgica, prueba de ello es que fue elegido para representar a este país en la edición del año 2011 de la Bienal de Venecia. Precisamente en el marco de la exposición El ojo pródigo se podrá visitar una parte de esa obra, Feuilleton, creada de manera reivindicativa e irónica por Vergara para titular el pabellón de los Giardini, que albergó su instalación Los siete pecados capitales.
La exposición, comisariada por Ángel Varela, se podrá visitar hasta el 19 de enero de 2025 en el Centro Niemeyer, dando cuenta de una investigación artística que profundiza en diferentes disciplinas, todas ellas fuertemente vinculadas a la pintura, el punto de partida del genio creativo de Vergara. En “El ojo pródigo”, organiza sus obras bajo la gran Cúpula que evoca un globo ocular, en una disposición en la que hace tanto observaciones meditadas como espontáneas, surgidas del azar, generando un doble sentido o una imagen inusual que invita, al nombrarlo, a la risa o a la reflexión.
Además, Vergara, cautivado por el universo de James Joyce, le rinde tributo a su monumental Ulises, en su vídeo And I said yes I will Yes aportando una mirada irónica y sagaz al centenario recorrido de la aclamada novela. Esta obra puede considerarse una suerte de homenaje visual, un juego de imágenes que emula la palabra patente en sus películas y acciones performáticas.
Tampoco podía faltar, Straatman, («el hombre de la calle» en flamenco), el alter ego con el que Vergara cubre su cuerpo con una sábana blanca, para reflexionar sobre la función creativa y las tensiones entre lo público y lo privado. Este Straatman pinta, dibuja, boceta, cautivado por la percepción de las formas difuminadas, las conversaciones, los sonidos, los olores, la luz y las topografías oscilantes de las ciudades que visita: Hong Kong, Nueva York, París, Bruselas, y ahora Avilés. De hecho, el sábado, 30 de noviembre, a las 18:00 horas, Straatman intervendrá la pieza número 19, en una performance que permitirá al público asistente en la Cúpula del Centro Niemeyer ser testigo del proceso creativo en vivo.
El centro de la monumental Cúpula acoge la instalación, Propiedad pública, creada especialmente para esta exposición producida por el Centro Niemeyer, en la que nos invita, como sugiere su título, a participar e interactuar activamente con el espacio que ocupa. Creada en colaboración con el Centro de Educación Especial San Cristóbal de Avilés, este site specific propone un juego sobre las relaciones que las personas más jóvenes establecen con el espacio público a través de una imagen reticular. En la pieza Propiedad pública los conceptos se interrelacionan entre sí, conectados como puntos de inicio y fin en un mapa, en una estructura rizomática en la que también interviene el paso del tiempo, representado por las secuencias y dibujos que marcan las luces sobre el espacio.
Entre la performance y el videoarte
La práctica artística de Ángel Vergara navega entre la performance y el videoarte, abarcando la palabra escrita, el dibujo, el happening o la instalación. En el catálogo Dans L’ Instant para la exposición homónima celebrada en el Museo Grand Hornu de Bélgica (2023), Bert Puype afirma que “en una serie aritmética de artistas como James Ensor, René Magritte y Marcel Broodthaers, Vergara sería la continuación lógica”, destacando el uso del absurdo, el agudo y sutil sentido del humor, siempre poético y sensible, frente a un mundo a veces hostil y cambiante.
Desde sus comienzos en los años 80, Ángel Vergara ha buscado alejarse de las restricciones sistemáticas impuestas por el mundo del arte. Heredero intelectual del movimiento de vanguardia, aplica su carácter interdisciplinar a su firme compromiso social y político.
Además, las exposiciones de Vergara incluyen el MACS Musée des Arts Contemporains Grand-Hornu, en Bélgica; el Museo Real de Bellas Artes de Bruselas; el Museo Watary en Tokio; la Kunsthalle de Fribourg, en Suiza; el Museo Berardo, en Lisboa; y el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, en Argentina; entre otros.