Fue construido en el siglo XII sobre un castro vadiniense de época romana. Su acceso solo es posible cuando baja el nivel del agua del embalse de Riaño.
Fotografía: Martínezld
El Castillo de Riaño se alza sobre un monte, en pleno embalse de Riaño encima de lo que fue el «Castro» (fortificación) de «Cima de la Cueva» con sus restos circulares de fondos de cabañas, y el elenco de las cuatro lápidas Vadinienses halladas en un radio de menos de 150 metros acreditan la existencia del antiguo poblado vadiniense y su necrópolis.
Hoy para acceder a sus restos es tremendamente complicado ya que durante prácticamente todo el año está aislado por estar rodeado por las aguas del pantano.
Fotografía: Martínezld
De su estructura original apenas queda nada, solo unas hileras de su área perimetral. Para llegar has de bajar al pantano, justo por la entrada del viaducto, recorrer el pantano vacío y subir el monte donde se encuentra el Castillo. Desde el banco más bonito de León, parece que está cerca, pero te espera una caminata de más de media hora.
José Avelino Gutiérrez en su libro Fortificaciones y feudalismo en el origen y formación del Reino de León describe que el Castillo de Riaño era de planta rectangular con gruesos muros de mampostería con mortero en cuyo ángulo sudeste se adosó un espacio rectangular a modo de torreón, mientras que en el ángulo opuesto un refuerzo interior protege la puerta.
Fotografía: Martínezld
El Castillo contaba con un foso excavado en la roca por el noreste y un vallado terrero por el norte, oeste y suroeste. Actualmente es el embalse de Riaño quien actúa a modo de foso rodeando por completo el Castillo.
Según Castillos.net el Castillo de Riaño se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
