La villa medieval fortificada de Marvão, por su parte, plantó cara al reino de León convirtiéndose en una plaza militar casi inexpugnable, “la más inconquistable de todo el reino”, llegó a proclamarse
El castillo de Marvão se encuentra en el pueblo de Santa Maria de Marvão, municipio de Marvão, distrito de Portalegre, en el Alentejo (Portugal).
La fortaleza de “A Mui Nobre e Sempre Leal Vila de Marvão” fue levantada al oeste de la villa, sobre roca de cuarzo a fines del siglo IX. Sin embargo sería unos siglos más tarde, en el XIII, y un monarca, Don Dinis, cuando las obras de mejoramiento y refuerzo ordenadas por el rey darían al recinto más apariencia de castillo cristiano, en detrimento de sus orígenes árabes.
En su campaña de 1160/1166, el primer rey de Portugal, D. Afonso Henriques, conquistó a Marvão, aunque no se sabe si definitivamente, teniendo en cuenta la contraofensiva de Almanzor, entre 1190/1191, hasta la línea del Tajo.
En 1226, D. Sancho II atribuye a Marvão su primer foral, uno de los primeros forales regios en el Alentejo
La importancia estratégica de Marvão -y de otros Castillos de la raya- llevan a D. Dinis a disputarla a su hermano D. Afonso, en el año 1299, apoderándose de la fortificación.
Se localiza en el parque natural de la Sierra de San Mamede, donde se yergue en la vertiente norte de la sierra, en posición dominante sobre el pueblo y estratégica sobre la frontera, controlando, en el pasado, el paso del río Sever, afluente del Tajo. Este hecho le garantizó la atención de diversos monarcas, expresada en diversas campañas de remodelación, que dieron al monumento su aspecto actual
El Castillo
El carácter singular que tiene el patrimonio arquitectónico militar de la fortaleza de Marvão, es que representa lo que en terminología militar se designa por superposición de fortalezas. Este carácter singular se consolida cuando vemos que las diversas fases están bien documentadas, que sus dimensiones son enormes, la ubicación impar al situarse sobre unos roquedos prácticamente inaccesibles y la conservación ejemplar.
Presenta varias estructuras de defensa: por un lado el castillo con dos recintos ligados entre sí; por otro lado la cerca urbana y finalmente los baluartes añadidos en los siglos XVII y XVIII
El castillo presenta dos recintos relacionados que posiblemente ya pudieron existir desde los siglos XII y XIII, si bien lo que hoy vemos es fundamentalmente del siglo XIV y XV.
El primer recinto está situado en la parte mas elevada, al noroeste; dispone de cisterna propia, torre del homenaje (de planta cuadrada y con saeteras primitivas con una única sala, que da acceso al adarve) y otras dos torres y un torreón de cubo, además de armería y polvorín.
El segundo recinto, al sur del primero, está rodeado por muralla con adarve y parapeto inclinado. En la parte sudeste una torre cuadrada domina la entrada al castillo, fuertemente defendida por cuatro cubos, dos de los cuales estrechando el paso. Dispone de una enorme cisterna con bóveda de cañón soportada por nervios de cantería en arco redondo.
La cerca urbana describe un trazado aproximadamente trapezoidal, adaptada al roquedo, con adarve en toro el perímetro e interrumpida en las entradas por torreones rectangulares y cubos. En la parte oeste apneas necesita refuerzo pues da directamente a un gran acantilado
Los baluartes. En la parte norte, a través de la puerta de traición del primer recinto y luego por túnel se accede a dos baluartes, orientados al norte y al noroeste
Existen baluartes de defensa de las puertas. El baluarte de la Puerta de la Villa, el de la Puerta de Rodão y el del Postigo del Sol al Sudeste.
Con todo, durante el siglo XVII se realizaron modificaciones importantes en la estructura y el aspecto final resultante de entonces ha llegado casi intacto hasta nuestros días.