El castillo de Javier es uno de los atractivos turísticos más visitados de Navarra. Miles de visitantes procedentes de los cinco continentes se acercan cada año a conocer este emblemático lugar en el que nació, en 1506, Francisco de Jasso y Azpilcueta, San Francisco Javier.
Los próximos 9 y 15 de marzo se celebran las “Javieradas”, peregrinaciones muy rraigadas en la Comunidad Foral pero cualquier fecha es recomendable para visitar este enclave situado muy cerca de Sangüesa y el monasterio de Leyre
El castillo de Javier cuenta con todo el encanto de una fortaleza medieval: puente levadizo, torre del homenaje, camino de ronda, patio de armas… La fortaleza medieval se levantó en roca viva. Sus orígenes se remontan al siglo X, cuando se construyó una torre de señales que fue ampliándose, dada la estratégica situación del castillo en la frontera entre los reinos de Navarra y Aragón, y la fue convirtiendo en una sólida fortaleza.
En 1516, por orden del cardenal Cisneros, el castillo de Javier fue parcialmente destruido. A finales del siglo XIX y aneja a la fortaleza, se levantó la basílica de Javier. En 1952, las obras de reconstrucción devolvieron al castillo su fisonomía original por lo que hoy es uno de los pocos castillos que conservan sus defensas y estructuras como troneras y saeteras, situación que mejoró más todavía tras las obras que se acometieron con motivo del V Centenario del Santo en 2006.
San Francisco Javier no solo es patrón de Navarra sino también de las misiones y del turismo en España. El cofundador de la Compañía de Jesús es uno de los misioneros más universales, lo que explica que lleguen hasta este lugar turistas procedentes de los cinco continentes.
En Javier, además de conocer cómo era esta construcción defensiva, resulta muy interesante visitar su museo, que incluye la historia del edificio, Javier y Navarra en la historia y la pinacoteca, donde destacan los cuadros flamencos de Maes y obras de Murillo, Madrazo o Bécquer. En el castillo se muestran también la Sala de Escudos, la Sala Principal, lugar de recepción y convivencia familiar y el Camino de Ronda, un corredor destinado a defender la fortaleza.
También se accede al núcleo primitivo de la construcción; dos estancias que rodean a la torre del Homenaje. Una de ellas fue la habitación de San Francisco Javier y, la otra, la capilla de San Miguel. Desde la terraza contigua se aprecian la estratégica situación del edificio y se disfruta de unas impresionantes vistas.
Al descender, nos esperan sorpresas como el Cristo de Javier, una impresionante imagen gótica del siglo XiV tallada en nogal, que según cuenta la tradición sudó sangre cuando el Santo agonizaba en Sancián. Está rodeado de un dramático fresco medieval, única representación gótica de la danza de la muerte que existe en España.
En cuanto a las “Javieradas”, la tradición nació a finales del siglo XIX, como un agradecimiento al Santo por su intervención para erradicar una epidemia de cólera y se ha mantenido en el tiempo. El próximo sábado, miles de personas se dirigirán a Javier andando y participarán el domingo 9 en el Vía Crucis que parte de Sangüesa a las 8:00 horas y en la misa que tiene lugar en la explanada del castillo a las 10:00 horas. El sábado 15, la salida de Sangüesa tendrá lugar a las 15:00 horas y la Misa en Javier a las 17:00 horas.
Los visitantes que se acercan a Javier pueden disfrutar también de otros atractivos de la zona, como la cercana localidad de Sangüesa, el monasterio de Leyre o la villa romana de Liédena, frente a la foz de Lumbier.
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