Situado sobre una colina que domina el valle, en la confluencia del Arroyo Areal con el río Balboa, posiblemente se edificó sobre un castro celta-astur, con finalidad defensiva al igual que la mayoría de los castillos bercianos. El Castillo de Balboa fue propiedad del Conde Lemos y el Marquesado de Villafranca, testigos ambos de cruentas batallas entre señores y vasallos.
Son escasos los restos que nos quedan del castillo de Balboa, si bien significativa es su ubicación. Situado sobre una colina domina todo el valle.
Se cree que se edificó sobre un castro celta-astur con finalidad defensiva.
Su carácter señorial se refleja en las referencias a su pasado. Durante el siglo XIV perteneció a D. García Rodríguez, pasando en el siglo siguiente a manos del Conde de Lemos y posteriormente a los Marqueses de Villafranca, ya en el siglo XVI.
Más tarde los Reyes Católicos lo comprarían para incorporarlo a la Corona de León.
Muestra de un pasado más glorioso, queda la torre del homenaje y algún resto de los muros del castillo.
Sus restos han sido declarados BIC, Bien de Interés Cultural, en 1949. En la actualidad solo queda en pie parte de la torre del homenaje y algún resto de sus muros.
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