Resulta sugerente la hipótesis de su asociación con una inscripción procedente de San Pedro de la Viña que relata la erección de una estatua de Septimio Severo
Debía de ser un gran ejemplar de la estatuaria oficial la efigie de bronce a la que perteneció este brazo derecho, que ofrece una postura ligeramente flexionada, con la mano entreabierta, lo que puede sugerir la sujeción de algún objeto, efecto reflejado también en la tensión que aparece en las venas marcadas en el antebrazo y pliegues de la muñeca.
La rotura en la parte superior permite ver una zona que podría corresponder a la impronta de una launa de la bocamanga, común en las estatuas imperiales que se representaban con coraza y atuendo militar, lo que ha servido para identificarla como una escultura thoracata, idea vinculada también al carácter militar del lugar de su hallazgo, un campamento.
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