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El Ayuntamiento de Zamora otorga la licencia urbanística para las obras de reforma en el Parador

El proyecto que promueve Turespaña incluye también la restauración del tramo de muralla ubicado en la parcela del edificio. Las intervenciones tendrán un coste de tres millones de euros y obligarán a cerrar el establecimiento hostelero durante 18 meses

Fotografía: Martínezld

El Ayuntamiento de Zamora ha aprobado en Junta de Gobierno Local la licencia para la restauración del Parador y del tramo de muralla ubicado en la zona posterior de la parcela, con frente a la calle Los Herreros. Las intervenciones tendrán un coste de tres millones de euros y obligarán a cerrar el establecimiento hostelero durante 18 meses, plazo previsto por el  Instituto de Turismo de España (TURESPAÑA), promotor del proyecto, para finalizar las obras de reforma, que cuenta con financiación europea a través de los fondos Next Generation EU.

La Sociedad Mercantil Estatal de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio (SEGIPSA), de capital público y dependiente de la Dirección General del Patrimonio del Estado, ha sido la encargada de licitar las obras de reforma del Palacio de los Condes de Alba y Aliste, hoy Parador Nacional de Turismo, un inmueble que cuenta con el mayor grado de protección en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Las obras permitidas son las de conservación, restauración y consolidación, así como las de rehabilitación interior y exterior, con la posibilidad de eliminación o sustitución de los cuerpos y elementos sin interés arquitectónico o histórico.

El parador de Zamora –edificio paradigmático en la Zamora del siglo XVI– se emplaza sobre el antiguo recinto amurallado de la ciudad y está íntimamente ligado a la historia del condado de Alba de Aliste. Bastante reformado, este palacio fue sede de la Real Casa Hospicio desde 1798 y actualmente es Parador Nacional de Turismo de Zamora, para lo que fue adaptado en el año 1968.

La parte posterior de la parcela del Palacio conserva restos del primer recinto amurallado de la ciudad, levantado en los siglos XI y XII. Este tramo de muralla, asentado sobre la roca directamente, contó con numerosos cubos defensivos que llegaron hasta finales del siglo XIX, cuando fueron eliminados en aras de la mejora en las comunicaciones peatonales y accesos rodados a la parte alta de la ciudad.

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