La decisión llega justo después de conocerse los planes de Azucarera Española, de poner en marcha un transporte regular de mercancías entre la planta molturadora de Jerez de la Frontera y el centro de manufacturado de Benavente, con el fin de reducir en un 25% las emisiones de CO2 en su cadena de distribución.
El Ayuntamiento de La Bañeza muestra, a través de este comunicado oficial, su más firme condena a la decisión del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, ADIF (entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que dirige la socialista Raquel Sánchez Jiménez), de desclasificar del dominio público ferroviario la traza de la línea de ferrocarril Ruta de la Plata, cerrada al tráfico desde el 1 de enero de 1985.
Esta decisión política, totalmente injusta, llega después de que el pasado mes de diciembre el Gobierno de España, a petición propia, solicitara a la Unión Europea la exclusión de la línea de ferrocarril Plasencia -Astorga de la Red Transeuropea de Transportes (TEN-T), impidiendo así su reapertura con fondos europeos.
Además y, en las últimas fechas, la empresa Azucarera Española, que posee una planta de molturación en nuestra ciudad, había presentado el proyecto de poner en marcha un transporte regular de mercancías entre las plantas de Jerez de la Frontera y Benavente. Este tráfico de mercancías se sumaría, entre otros muchos, al servicio puesto en marcha el pasado mes entre Ponferrada y el Puerto de Algeciras que, con una doble frecuencia semanal de ida y vuelta, se ve obligado a efectuar un rodeo de más de 200 km por la capital española, con el consiguiente derroche energético.
Con estas medidas, el Gobierno de España vuelve a mostrar una vez más su verdadero rostro, el del más absoluto desprecio al desarrollo del Oeste peninsular, una de las zonas más deprimidas y más castigadas económicamente por el Partido Socialista, responsable del cierre en 1985 de la línea Plasencia Astorga y de otros 600 km más de líneas férreas en todo el territorio español.
Esta decisión, totalmente anacrónica, va en contra de la tendencia global europea de reapertura de líneas férreas. Tan solo en Portugal y por citar un ejemplo, el pasado año se reabrió la línea de ferrocarril Covilhã-Guarda, con una inversión de 77 millones de euros en sus 46 km de extensión, habiendo aprobado igualmente el Gobierno del socialista António Costa, la reapertura total de la Línea del Duero desde Pocinho hasta la frontera española en Barca d’Alva, en un tramo de 28 km cerrado al tráfico en 1988.