El Archivo de la Catedral de Astorga existió, cuidó y resguardó todos sus documentos hasta el año de 1810, en el que fue destruido por las tropas francesas instaladas en el claustro de la catedral.
Este martes 3 de octubre SOFCAPLE continúa con la celebración de conferencias cuya temática se centra en las Catedrales de Astorga y León dentro de la Programación desarrollada para celebrar las XIII Jornadas de la Catedral. En esta ocasión la cita es a las 20:00 horas en el Palacio del Conde Luna.
El tema que se tratará es el Archivo de la Catedral de Astorga: Una memoria borrada y un empeño contra el olvido y la indiferencia y estará a cargo de D. Miguel Ángel González García.
Miguel Ángel González García, Director del Archivo Diocesano de las Catedrales de Astorga y Orense.
Natural de Astorga (León). Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Santiago. Es director del Archivo Diocesano de Astorga y del Archivo Histórico Diocesano de Ourense. Ha sido Canónigo Archivero y director del Museo de la Catedral de Ourense, delegado Diocesano de patrimonio de Ourense. Profesor de Historia Antigua de la Iglesia del Instituto Teológico Divino Maestro, de Ourense, adscrito a la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha formado parte de la Junta Directiva de la Asociación de Archiveros de la Iglesia de España. Ha sido profesor invitado de Historia del Arte de la Universidad de Vigo Ha dirigido las Revista Diversarum rerum de los archivos eclesiásticos de Ourense y Porta da Aira de Historia del Arte Ourensano. Y actualmente Archivo Vivo y Notas de Archivo. Es Académico de las Academias Matritense de Genealogía de la Auriense-Mindoniense de San Rosendo y de una docena de Asociaciones científicas. Autor de 32 libros y de cientos de trabajos en revistas de investigación, muchos de ellos dedicados al patrimonio de la ciudad y diócesis de Astorga.
El Archivo de la Catedral de Astorga
El Archivo de la Catedral de Astorga existió, cuidó y resguardó todos sus documentos hasta el año de 1810, en el que fue destruido por las tropas francesas instaladas en el claustro de la catedral. Los códices, pergaminos y papeles que integraban los fondos del Archivo sirvieron para calentar las cocinas de fuego. Apenas se salvaron medio centenar de pergaminos y algún que otro libro de contabilidad. Una vez pasados estos desgraciados sucesos, el esfuerzo de los responsables del archivo se ha dirigido a recuperar su memoria, luchando, como dice el título de la conferencia, contra el olvido y la indiferencia.
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