La ciudad de León cumplió como cada año con la tradición de la festividad de la Inmaculada.
La Corporación, con el alcalde a la cabeza, acudió a la misa en la capilla de las Madres Concepcionistas, en la que cantaron los niños del Coro Municipal, dirigido por David de la Calle y con la pianista Ana Reguera al órgano.
Al finalizar, Antonio Silván entregó a la madre abadesa, sor Beatriz, el aguinaldo y los presentes en el locutorio departieron un rato con las miembros de la congregación.
A continuación, el alcalde y los concejales se dirigieron a la Escalerilla de la Plaza Mayor, donde el cronista oficial de la ciudad, Máximo Cayón, realizó una glosa ante la figura de Virgen colocada en la hornacina. Un ato que finalizó con la Salve.
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