Para Izquierda Unida, la situación en el Casco Histórico de León se ha deteriorado notablemente en las últimas décadas, siendo objeto de un “abandono sistemático que ha desfigurado su identidad y amenaza su legado histórico”.
La coordinadora de Izquierda Unida en León, Carmen Franganillo, ha denunciado la “voracidad de los especuladores” que, en connivencia con algunos propietarios de locales, y con políticas municipales que han fomentado un tipo de turismo de “consumo rápido” han transformado gradualmente el tejido urbano. El barrio de San Martín, en particular, ha sufrido una metamorfosis preocupante, convirtiéndose los negocios en monopolios de empresas cuya opacidad genera incertidumbre.
La saturación de establecimientos de hostelería ha alcanzado niveles alarmantes, con la venta masiva de licencias aumentando la concentración de locales en determinadas calles y plazas. Esta avalancha ha provocado el éxodo de residentes y de tiendas típicas del barrio, que forman parte de la cultura del barrio y de León, dejando tras de sí un “paisaje desolador de viviendas abandonadas y propiedades objeto de especulación”.
Para la organización de izquierdas “La falta de regulación y el incumplimiento de normativas municipales y europeas han agravado la situación. La ampliación descontrolada de terrazas, la ocupación indebida de espacios públicos en zonas protegidas, como el Camino de Santiago y la permisividad con la venta de alcohol en la vía pública han convertido las calles en un escenario caótico, plagado de basura, suciedad, pintadas y cristales rotos.”
El ruido incesante, amplificado por toldos extendidos durante todo el año, ha hecho insoportable la vida para los residentes cercanos a estos establecimientos. Además, la ausencia de control del tráfico de carga y descarga y el deterioro de un pavimento mal pensado para el clima y la zona, han convertido las calles en un peligro, sobre todo en época de heladas y lluvias.
El vandalismo también ha dejado su marca en el Casco Histórico, con paredes graffiteadas y señales de tráfico eliminadas arbitrariamente. En este contexto, exponen, “la solicitud de declarar a León como monumento de la humanidad parece más un sarcasmo que una aspiración realista, dada la indiferencia de las autoridades locales ante la ruina progresiva de su patrimonio histórico.”
Ante esta situación crítica, Izquierda Unida de León exige medidas urgentes por parte del Ayuntamiento “para preservar y revitalizar el Casco Histórico, restaurándolo, fomentando actividades propias tradicionales y devolviéndolo a sus habitantes como un espacio digno y habitable”.