Versión clásica

DEFIÉNDETE de #101fraudes, un libro de Rubén Sanchez

Las mentiras que suelen plantear las operadoras de telecomunicaciones para evitar que los usuarios se den de baja representan una de las  principales irregularidades que se producen en este sector, líder en  denuncias desde hace más de una década.

portadadefiendetede101fraudesSe trata de uno de los fraudes que el periodista Rubén Sánchez,  portavoz de FACUA-Consumidores en Acción, aborda en su primer libro,  DEFIÉNDETE de #101fraudes (Ediciones Martínez Roca), que salió a la venta el pasado 18 de febrero. El libro, con prólogo de Juan Ramón Lucas,

A continuación reproducimos completo el fraude número 3 del  libro, «el de la baja como deporte olímpico», donde Rubén Sánchez expone LAS VEINTE MENTIRAS DE LAS TELECOS PARA EVITAR QUE NOS DEMOS DE BAJA.

La mayoría de compañías de telecomunicaciones suelen intentar que  darnos de baja sea una auténtica carrera de obstáculos. A continuación  expongo veinte respuestas que pueden plantearnos cuando intentamos  tramitarla (en algunos casos, también se producen en otros sectores). Yo las viví todas en mis tiempos de atleta.

1. Que  la voz de un robot nos diga una y otra vez que no nos entiende. Respira  hondo y pronuncia despacito: «baaajaaa». Al final te pasará con otro  robot, o con un humano, o con un cíborg.

2. Que  no podemos solicitarla hasta que finalice nuestro compromiso de  permanencia. Falso, otra cosa es que tengamos que abonar la penalización que corresponda.

3. Que si cancelamos nuestra  permanencia tendremos que pagar una penalización. Sí, pero no olvidemos  que su cuantía debe ser equivalente al importe que nos descontaron al  darnos de alta prorrateado a la baja sobre el número de días que  llevemos como clientes. Ojo: si cancelamos el contrato por  incumplimiento de la compañía, no hay penalización alguna.

4. Que tendremos que abonar una penalización por cancelar un contrato de  permanencia que en realidad finalizó hace tiempo o que nunca aceptamos.  Prueba a pedirles el documento con tu firma o la grabación en la que  autorizas una nueva permanencia aparejada a un descuento. Y no te  extrañe si te llega algo con la voz de otro.

5. Que no es posible hasta que abonemos supuestas facturas pendientes.  ¿Recuerdas cuando reclamabas por un error en un recibo y te decían que  primero pagases y después ya verían si te devolvían algo? Un impago,  real o inventado, no puede paralizar una solicitud de baja.

6. Que habremos de abonar una tarifa por los gastos de la tramitación de la  baja. ¡Venga! Y además de por vida tendremos que pagar una parte de la  caja de puros que le regalan por su cumpleaños al director general de la compañía.

7. Que debemos solicitarla el último  día del periodo de facturación. ¿Y si llamamos un segundo después de que hayan pulsado el botón de la máquina que imprime los recibos? Pues no,  la baja puede pedirse en cualquier momento.

8. Que tardará dos semanas en hacerse efectiva. Para nada, la normativa de  telecos dice que en dos días podemos considerarnos libres, por lo que  sólo pueden facturarnos el consumo hasta esa fecha y si hemos pagado por adelantado, deben devolvernos la cuota proporcional.

9. Que para eso hay que llamar a otro número. Claro que sí, al del vecino del quinto.

10. Que no  puede efectuarse por teléfono. Es curioso, una compañía de  telecomunicaciones incapaz de hacer ciertos trámites por teléfono. Igual tampoco tienen correo electrónico. La cosa es que según la ley, están  obligados a aceptar la baja mediante el mismo sistema por el que nos  dieron de alta.

11. Que llamemos en otro momento  porque hay un problema informático. Pobres. Se habrán quedado otra vez  sin internet y van a tener que pedirse la baja a sí mismos.

12. Que la llamada se corte misteriosamente. Con esa calidad en las  comunicaciones, como para no insistir en pedir la baja. Aunque puede que el teleoperador no haya colgado. Son cosas que pasan cuando sólo  llamamos para molestar pidiendo chorradas.

13. Que nos llegue un SMS en el que indiquen que para confirmar el cambio  tenemos que llamar a un teléfono. Esto suele ocurrir cuando tramitamos  la baja mediante una petición de portabilidad a otra compañía. En  realidad, es nuestra futura ex, que nos echa de menos y quiere  convencernos de que no nos vayamos con una contraoferta.

14. Que después nos llamen ofreciéndonos que nos quedemos con ellos a cambio de un descuento. Si les resulta imposible detallárnoslo por escrito sobre  la marcha, huele a timo.

DEFIENDETEjordievole15. Que al pedir un  cambio de operadora la nuestra lo rechace aprovechándose de que el  empleado de la compañía a la que queremos irnos se equivocó en una letra al escribir nuestro nombre.

16. Que nos den de baja el teléfono de casa pero sigan pasándonos recibos por  la conexión a internet. Por aquello de que hay quien no entiende eso de:  “no quiero volver a saber nada de vosotros nunca más”. Por cierto,  cuando nos vamos a una compañía mediante una portabilidad de nuestra  línea a otro operador, la ley dice con claridad meridiana que eso implicará la baja de todos los servicios asociados al número de teléfono en cuestión.

17. Que sigan cobrándonos la mensualidad por el alquiler del teléfono. Ése que  pagábamos porque nos hicieron creer que sólo así nos solucionarían con  rapidez cualquier avería. Creerán que le hemos cogido cariño a la  antigualla y les da cosita venir a llevársela.

18. Que al cabo de un mes nos exijan que les paguemos el router que nos prestaron para conectarnos a internet o el decodificador para  ver la tele sin darnos la opción de devolverlos porque eso se nos  tendría que haber ocurrido antes. Ya sabes, si quieren sus cacharros,  que vengan a recogerlos y no pagues nada. Y en caso de que te exijan que los lleves a un establecimiento o te encargues de enviarlos por tu  cuenta a algún sitio, niégate; son ellos los que tienen que venir a por  ellos y entregarte un resguardo de la entrega
19. Que nos digan que tramitan nuestra solicitud y se despidan con un:  “esperamos que vuelva a ser cliente de alguno de nuestros servicios  algún día”. Hay gente que oye el Aleluya de Mozart cuando esto ocurre,  aunque a muchos después les siguen llegando las facturas como si  hubieran hablado con el fantasma de un teleoperador. Según la ley, deben facilitarnos un código que identifique la gestión que hemos solicitado. El problema es que cuando lo indiquemos al reclamar nos digan que esa  numeración se refiere a un día que llamamos para felicitarles por su  buen servicio. Así que si pedimos la baja por teléfono y no recibimos  una confirmación clara y por escrito, nunca hay que fiarse.

20. Hay una posibilidad más: que nos llegue un mensaje donde nos confirman la  baja de todos los servicios y nunca más vuelvan a llegarnos facturas. Te aseguro que existen personas a las que les ha pasado.

Ante todo  esto, además de sumarnos a la petición de Change.org de que la baja en  telecomunicaciones sea declarada deporte olímpico, lo mejor que podemos  hacer para blindarnos ante posibles problemas es seguir una pauta muy  sencilla cada vez que queramos cancelar un contrato. Si pedimos el  traspaso de nuestra línea a otra compañía, por si acaso, debemos  especificarle que aclare a nuestro operador actual que vamos a darnos de baja de todos sus servicios. Y si no es una baja con portabilidad, lo  mejor es que la notifiquemos por escrito, preferiblemente con acuse de  recibo. No tenemos más que dirigirnos a la dirección que aparece en las  facturas.

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