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Complejo ferroviario de La Placa (Ponferrada)

La explotación de carbón del valle del Sil a principios del siglo XX y la construcción del tren minero desde Villablino a Ponferrada en 1918, resituó esta localidad como el principal nodo de distribución de la cuenca minera. La creciente demanda de carbón, que se volvió dramática en la posguerra, obligó a la modernización de las instalaciones ferroviarias para superar la adversa orografía y garantizar el suministro al país.

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Fotografía: Lista Roja del Patrimonio

En 1942 la empresa RENFE, recién constituida, redacta y aprueba un proyecto de ampliación de las instalaciones de Ponferrada. En este proyecto se incluye el traslado de la Reserva de Tracción establecida en Torre del Bierzo y la construcción de una playa de vías para la conformación de trenes carboneros junto a un nuevo frente de cargaderos de las distintas empresas carboneras de la cuenca. La falta de fondos aplazó el inicio de las obras hasta 1945, si bien el proyecto se vería mejorado ampliando los talleres ferroviarios.

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Fotografía: Lista Roja del Patrimonio

En 1947 el grueso de las obras de la reserva y los talleres ya se habían realizado y en 1950 ya estaba en funcionamiento el complejo. A lo largo de la década, las instalaciones de la Placa fueron sumando vías a la playa, que funcionó también como estación de espera para los convoyes de mineral de hierro extraído de Coto Wagner y Vivaldi, para su traslado al puerto de Rande-Vigo. La playa también incorporó los tendidos que acompañaron la electrificación del Puerto del Manzanal, tras la apertura de la central térmica de Compostilla.

El emplazamiento de la Placa se conocía como lugar de Dionisio, donde se localizaba una antigua caseta de ferroviarios y un pontón para salvar un camino. También contaba con un solar, atravesado por el antiguo camino de San Juan, que posteriormente se denominó Camino de los camiones, a través del cual accedían algunos suministradores de carbón. En la década de 1940, alrededor de las instalaciones ferroviarias surgieron dos barrios espontáneos en los que se alojaban las capas más humildes de trabajadores de la ciudad: el barrio de “La Placa”, referido al puente giratorio de la Reserva y Cuatrovientos.

En las instalaciones de la Placa algunos autores han estimado que trabajaron más de 500 personas, además del personal ferroviario. Cabe subrayar que en los talleres de RENFE de la Placa y los cargaderos de mineral de las empresas privadas, surgieron los primeros movimientos obreros que encabezaron las movilizaciones de 1958, reclamando mejoras de las condiciones de vida de la zona y obligaron a la visita de las máximas autoridades del Estado. Destacó el movimiento sindical local de la Transición. El paisaje inmediato se vio también transformado en la década de 1950 por el despliegue del plan de regadío promovido por el Instituto Nacional de Colonización a raíz de la finalización del Canal Bajo del Bierzo. La reserva tuvo una vida breve, quedando en desuso en 1962, y los cargaderos abandonados en la década de 1980.

No cuenta con figura de protección dentro del Catálogo Urbanístico Municipal del PGOU pese a que en 1998 fue registrado en el Inventario Monumental de la Concejalía de Cultura. Tampoco cuenta con figuras de protección legal de ámbito autonómico, aunque es un Bien registrado en el Inventario de Patrimonio Industrial de la Dirección de Patrimonio de Castilla y León.


Descripción:

La Estación de La Placa ocupa el último kilómetro del extremo oeste y el complejo está constituido por instalaciones de reparación y mantenimiento de RENFE: reserva de locomotoras y puente giratorio, talleres de tracción placa y material móvil, fraguas, oficina y vivienda del Jefe de reserva y dormitorios de personal, 2 depósitos de agua de hormigón, fosos de picado de fuegos, arenero y lampistería, transformador eléctrico y depósitos de briquetas.

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Fotografía: Lista Roja del Patrimonio

Se compone también por una subestación eléctrica construida para la electrificación del puerto del Manzanal entre 1949 y 1955 y las viviendas del personal. Por otro lado, el frente de cargaderos de carbón se prolongan 900 metros, equipados con galerías subterráneas para la descarga mediante trincheras en la parte superior. El suministro se realizaba mediante camiones y principalmente por el ramal a la línea de ferrocarril Ponferrada-Villablino.

Contaba con una gran playa de vías de maniobras para el abastecimiento y la formación de convoyes, salpicada de garitas, básculas y pequeños puentes giratorios que conectan las galerías de los cargaderos. Por encima de la escombrera de estériles de carbón constituida en torno al 2000, asoma la chimenea de la antigua fábrica de briquetas de la empresa Minas Bierzo S.A.

El conjunto destaca por tratarse de uno de los primeros proyectos redactados por la empresa pública RENFE en 1942, inmediatamente después de su constitución. Ofrece un ejemplo completo de las instalaciones de una reserva de locomotoras de vapor en el que se conservan todos los edificios. A través de este tardío ejemplo se pueden conocer las relaciones funcionales y simbólicas de la lógica ferroviaria.

El despliegue de instalaciones de reparación (talleres de tracción y material móvil y sus respectivas fraguas) son muy amplias, siendo infrecuente en estaciones de 3ª categoría. Ofrece, además, un escenario en el que identificar la transición tecnológica del vapor-carbón a la electricidad.

El lenguaje arquitectónico desplegado contrapone composiciones racionalistas en la Reserva y Talleres a soluciones barroquizantes de la Oficina y la subestación. En la dimensión constructiva es reseñable el empleo de cerchas metálicas para las naves en un contexto de escasez. El empleo de paños de ladrillo visto en la arquitectura industrial se puede relacionar con recursos expresivos del racionalismo alemán. La ubicación en la que se encuentra también es clave, desde donde se puede observar una vista panorámica de las Médulas y la Tebaida Berciana.


Grado de protección legal:

Bien registrado en el Inventario de Patrimonio Industrial de la Dirección de Patrimonio de Castilla y León (2010) con el código: 2411500210206


Estado de conservación:

Las instalaciones de la Reserva y los Talleres de RENFE presentan un avanzado estado de deterioro que se ha visto acelerado en la última década a medida que los últimos vecinos de las viviendas del complejo han abandonado estas residencias, se han sucedido incendios y ha crecido el pillaje de material metálico. Los raíles de la playa de vías y del complejo han sido levantados y el puente giratorio está siendo poco a poco desmantelado.

La estabilidad de los edificios de viviendas y oficinas del Jefe de la Reserva está gravemente amenazada a medida que se suceden los colapsos de prácticamente todas las cubiertas y forjados intermedios. Únicamente se conservan los muros perimetrales. Especialmente crítica es la situación de la Rotonda o Reserva de Tracción, que además de la pérdida progresiva de piezas de la cubierta que arrastra desde hace varias décadas, suma la pérdida de materiales de la fachada norte, probablemente provocada por la acumulación de humedades ante la ausencia de drenaje perimetral. Los edificios de los talleres y las fraguas también presentan un avanzado deterioro, pero por el momento la pérdida de las cubiertas es parcial.

El frente de cargaderos se mantiene en un estado aceptable, conservando, de momento, todo el material técnico (tolvas, voladizos, instalaciones de iluminación), así como uno de los puentes giratorios en el antiguo cargadero de suministro de RENFE. La torre de control del cargadero de Antracitas de Fabero se ha visto alterada con nuevas carpinterías y la aplicación de una capa de pintura ajena a la estampa industrial por los nuevos propietarios del cargadero.

La subestación eléctrica, de corte regionalista y cubiertas de gusto escurialense, todavía está en uso.


Razones de inclusión en la Lista Roja:

Presenta una seria amenaza de desaparición. Pese al avanzado estado de deterioro, cuenta con una alta capacidad auto-explicativa de las relaciones funcionales del transporte ferroviario, de los procesos de mantenimiento de tracción vapor, electrificación y trasvase del carbón, sobresaliendo por su escala como espacio de contemplación. A nivel histórico, el alcance de las instalaciones refleja su papel central en la política energética de la posguerra; pues ilustra, como pocos enclaves, el interés del Estado por resolver las serias carencias de carbón por las que atravesó el país.

Es preciso una valoración patrimonial de conjunto que atienda a las características estructurales, funcionales y organizativas del paisaje productivo ferroviario. La relevancia social que representa la desaparición de este conjunto ha tenido un eco regional, recogido en la prensa; a través de la que también se puede rastrear las distintas propuestas de recuperación que nunca se han llegado a llevar a cabo.

A escala local, la Placa constituye un símbolo de los barrios más próximos y está fuertemente ligado a la memoria ferroviaria del noroeste, como “hermana chica” de la Rotonda de Monforte. No se puede pasar por alto el papel que jugó a mediados del siglo XX, el alcance del carbón suministrado desde los cargaderos de la Placa a todos los puntos del país, en la configuración de la imagen de Ponferrada como “ciudad industrial”, que se conserva en la memoria de las generaciones más mayores.

Sección realizada con la colaboración de la Asociación Hispana Nostra

Fecha de inicio: 15-10-2020

Fecha fín: 14-11-2020

Lugar: Complejo ferroviario de La Placa (Ponferrada)

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