Doce testimonios de la peregrinación en el siglo XVI
Benavides de Órbigo (León). Con el cierre de la muestra dedicada al “Memorial del Concejo de Benavides de Órbigo al rey Carlos I, los puentes y la peregrinación”, se clausura este lunes, 16 de septiembre, el IV ciclo de verano de la Asociación de Amigos del Camino de Künig, desarrollado durante los meses de julio, agosto y septiembre en las localidades de Santa Marina del Rey y Benavides.
Este ciclo se ha caracterizado por su gran interés documental e histórico, pues el eje principal del mismo ha sido la difusión del amplio Memorial de Benavides de Órbigo a dicho monarca español, en el que se dan a conocer aspectos de interés relacionados con el valle del Órbigo, y donde aparecen doce testimonios que certifican el paso habitual de peregrinos santiagueños por el puente medieval existente antaño entre las localidades de Santa Marina del Rey y Benavides, destruido por una riada en 1825.
Sobre esta temática trató no sólo la exposición, sino el acto cultural celebrado el pasado día 12 de agosto, en el que intervinieron los representantes municipales de las dos villas del Órbigo y de la Asociación de Amigos del Camino de Künig. En ese acto fue presentado un libro con la reproducción íntegra del Memorial, que se guarda en el Archivo General de Simancas, centro en el que alberga gran parte de la documentación producida por los órganos de gobierno de la Corona y del conjunto del reino de España.
El acto, en el Auditorio de Benavides de Órbigo, fue abierto por Pedro Toral Delgado, concejal del ayuntamiento de la villa, en representación de la alcaldesa María Esperanza Marco, ausente por motivos familiares. Toral indicó que el Memorial es un “tesoro documental” que confirma que la villa era lugar de paso de peregrinos, y su publicación sirve para reconocer y garantizar que “estamos en un camino histórico santiagueño; un camino que ya en el siglo XV recomendó Hermann Künig, autor de la primera guía para el peregrino a Compostela”.
Por su parte, Francisco Javier Álvarez, alcalde de Santa Marina del Rey y también Presidente de la Asociación de Municipios del Camino de Künig a Compostela, anunció que ya se está trabajando en la señalización de la vía de peregrinación, por donde ya se suele ver el paso de peregrinos y en la que empiezan a surgir iniciativas de acogida, como la puesta en marcha en la localidad de Quintanilla del Valle, por su Junta Vecinal, donde esta temporada se han atendido ya a decenas de caminantes.
Por su parte, Tomás Álvarez, presidente de la Asociación de Amigos de Künig, explicó el contenido del Memorial elaborado por el concejo de Benavides, en respuesta a una carta real de Don Carlos y Doña Juana dirigida al Alcalde Mayor de la villa.
La solicitud real se había producido después de que la villa de Benavides hubiese demandado autorización para la imposición de un tributo sobre los consumos; destinado a obtener hasta 200.000 maravedíes, con objeto de juntar fondos para las obras necesarias.
La principal inversión era para una obra en el término de Turcia, destinada a detener el avance del cauce del Órbigo en dirección a la Benavides y reconducir las aguas hacia el cauce madre, que discurre cercano a Santa Marina del Rey.
Benavides también planificaba inversiones en el arreglo de las puertas de la villa; los pontones y en especial “la puente grande” que pasa sobre el cauce, entre Benavides y Santa Marina del Rey.
Para certificar esas necesidades, se aportaron testimonios de doce personas de Benavides y otros núcleos cercanos; varios de ellos con el oficio de carreteros. Asimismo, se pidió a cuatro maestros de obra, de la comarca un informe sobre el coste de los trabajos. Los primeros testigos acreditaron el estado y la necesidad de reparación de las infraestructuras. Los segundos estimaron en 187.000 maravedís las inversiones necesarias. Asimismo, el memorial incluye un informe de los regidores y mayordomo y depositario, sobre la crítica situación de las arcas de la villa de Benavides.
Del contenido del informe se desprende que el puente grande era de estructura de madera y permitía el tráfico carretal. El estudio se efectuó en un tiempo de grandes crecidas, cuando la mayoría de los puentes del Órbigo habían quedado inutilizados, y el existente entre Santa Marina y Benavides necesitaba urgentes reparaciones, debido a su gran tráfico.
La entrega del Memorial al Consejo Real se hizo el 16 de mayo de 1544; en él, todos los testigos certificaron los tráficos que discurrían por el puente grande, citando expresamente el paso de la peregrinación.
La exposición
En consonancia con esta temática, se ha presentado en la sala principal de la planta primera del Auditorio una muestra sobre el Memorial, la historia de los puentes de madera, los puentes rurales leoneses, y los del camino de peregrinación, exposición que ha coordinado Severino Fuertes.
Respecto a los puentes de estructura de madera se explica que estos han sido comunes en la historia. Y se destaca el que mandó construir el emperador Trajano sobre el Danubio, diseñado por Apolodoro de Damasco; el mayor puente del mundo en su tiempo, con más de 1.100 metros de largo; y 20 arcos de madera, de 52 metros. En la muestra, en fotos en blanco y negro, aparecen puentes de madera de los pueblos leoneses, antes muy comunes, que se ha ido reemplazando por estaturas de cemento y metálicas.
El conjunto expositivo se complementa con imágenes de los puentes más atractivos citados por Hermann Künig, en la primera guía escrita para los peregrinos a Compostela. En dicha guía, Künig declaraba que desde León los peregrinos utilizaban tres itinerarios hacia Santiago. El primero, el que cruzaba la Cordillera Cantábrica para alcanzar San Salvador (Oviedo) continuando desde allí el camino hacia Compostela. El segundo, avanzaba por Astorga y Foncebadón para alcanzar Ponferrada y Galicia. El tercero –que recomendaba el autor de la guía- el que venía por Santa Marina del Rey; dejaba Astorga tres leguas al sur, pasando por el entorno de Villamejil; y entrando al Bierzo por un lugar sin montañas; el paso entre Brañuelas y el despoblado de Cerezal de Tremor, a una cota de cuatrocientos metros menos que la necesaria para superar Foncebadón.