Desde hace varias décadas, el Festival de la Sidra Natural de Gijón que ayer se clausuró, anima la última semana de agosto y por tanto la recta final del verano. Sin lugar a dudas el festival es una de las grandes y clásicas citas del estío gijonés, contando con un amplio programa de actividades.
Arte urbano, arte efímero, el mercadín de la sidra y la manzana, los cursos de escanciado, el bus de la sidra, las visitas a llagares emblemáticos, el concurso de escanciadores, las representaciones teatrales, los cancios de chigre, las degustaciones populares, o la entrega de premios son algunas de las actividades típicas de un festival que inunda calles y plazas con su ambiente, y que viste de aire sidrero toda la ciudad.
Durante una semana gijoneses y visitantes pudieron disfruta del Mercadín de la Sidra y la Manzana, del concurso de escanciadores, del Bus de la Sidra o de la degustación popular de los llagares de toda la región.
Pero si algo llama la atención sobremanera es el récord mundial de escanciado simultáneo que se bate cada año en la famosa playa de Poniente, y que añade una nota de color y originalidad única en el mundo.