La olla ferroviaria o puchera es un plato gastronómico tradicional en lugares como Cistierna (León), Mataporquera (Cantabria) o Valmaseda (Vizcaya), que surgió vinculado al ferrocarril de La Robla, en el norte de España.
La localidad leonesa de Cistierna celebra este domingo 26 de mayo su tradicional concurso de ollas ferroviarias, que este año cumple su XXXI edición.
El concurso dará comienzo a las 9.30 y las inscripciones finalizarán a las 11,30 horas. Las ollas deberán ser presentadas al inscribirse no siendo admitidas las que se presenten fuera de las normas del concurso. A todos los participantes al 1nscribribse se les entregará una hogaza de pan y una botella de vino.
Asimismo las bases de participación en el concurso indican que se admitirá alubia blanca de cualquier clase con los ingredientes clásicos de la olla ferroviaria. Es decir morcilla, tocino, chorizo y la carne que se desee siendo necesario que en la misma se incluyan los tres primeros ingredientes
Las ollas deberán estar listas para que el Jurado comience la degustación a las 14 00 horas El criterio del 1urado será inapelable y su valoración se basará en la presentación, calidad de los alimentos base, el sabor y el punto de sal
A las 1300 entrega de detalles. pichos y vino para todos y media hora después una degustación de cocido ferroviario. La entrega de premios será a las 16,30 horas.
La olla ferroviaria fue un invento de los agentes del ferrocarril de La Robla
La olla ferroviaria fue un invento de los agentes del ferrocarril de La Robla, allá por la primera década del siglo xx, para prepararse diariamente en ella las comidas y cenas cuando realizaban servicio en trenes o hacían reemplazos en estaciones. A veces estos reemplazos duraban seis, ocho y hasta quince días, sin poder regresar a sus domicilios. Cocinaban por lo general cocido de legumbres con su correspondiente carne, tocino, chorizo y morcilla, o patatas con carne y de esa forma comían caliente y económico.
Al no haber en la mayoría de las estaciones fonda ni pensión donde pernoctar, el personal suplementario del servicio de estaciones llevaba también su catre o cama plegable para dormir en las dependencias de la estación (sala de espera, almacén u oficina).
El personal de trenes, por lo regular, pernoctaba en estaciones que disponían de cuarto de agentes con cocina y habitaciones con camas. Había dos tipos de olla: la olla a vapor, que se utilizó por el personal del servicio de tracción (maquinistas y fogoneros) hasta los años 1958 -1960 en que la tracción de vapor fue sustituida en el ferrocarril de La Robla por la tracción diesel, y la olla de carbón vegetal que se utilizó por el personal de estaciones y el de trenes desde la década de los años 30 hasta los años 1985-1990.
A partir de esa fecha, bien por la mejor situación económica del personal o bien porque la mayoría de ellos disponían de vehículo propio para los desplazamientos, la olla dejó prácticamente de usarse y si alguien la usaba no era con tanta frecuencia.
Olla a vapor
Estas ollas fueron realizadas en los talleres del ferrocarril de La Robla de Cistierna y Valmaseda para todos los maquinistas, los cuales tenían que proporcionar el puchero de porcelana al taller. Estaban compuestas por una carcasa o forro de chapa de hojalata, de forma cilíndrica, hermética y con un agujero en el fondo para expulsar el vapor de agua. En su interior se alojaba el puchero de uno, dos, tres y hasta cuatro litros de capacidad, el cual por medio de una tubería de cobre recibía el vapor de la locomotora.
Este se introducía en la cámara que hay entre la carcasa y el puchero y por medio de un grifo, disponible en la carcasa, se controlaba el vapor necesario para la cocción de la comida. Al tener asignada cada maquinista su locomotora, la olla la mantenían siempre en ella, bien en funcionamiento o en reposo y custodiada en el arca de que disponía cada locomotora.
Los maquinistas y fogoneros que a diario salían por la mañana de Cistierna y de Valmaseda, conduciendo trenes de mercancías hasta Mataporquera, conectaban la olla al vapor de la locomotora en el momento de la salida del tren mediante un tubo desde el serpentín de la locomotora hasta la vasija, para que durante la marcha se fuese cociendo la comida del mediodía.