Durante una visita a Marsella en 1516, Francisco I valora la importancia estratégica del lugar y ordena que se construya una fortaleza. Muy rápido, la fortaleza cambia de función y se convierte en una cárcel.
A partir del siglo XVII, los protestantes se amontonan en los calabozos. Sin embargo, la fortaleza ofrece unas condiciones de vida totalmente decentes a los prisioneros de calidad. El prisionero más famoso es sin duda José Custodio Faria, a quien Alexandre Dumas inmortalizó en el Conde de Montecristo. Todavía se puede ver el agujero que cavó Edmundo Dantés en el muro de una de las celdas. Tras haber encerrado a los insurrectos de 1848 y a los comuneros de 1871, la fortaleza perdió su vocación carcelaria y se abrió al público en 1890.
El Castillo de If se puede visitar hoy en día gracias a una línea marítima regular.
Fuente y más info: http://www.marseille-tourisme.com