La Tomatina es una fiesta que se celebra en el municipio valenciano de Buñol, en la que los participantes se arrojan tomates los unos a los otros. Se celebra el último miércoles del mes de agosto, enclavada dentro de la semana de fiestas de Buñol.
Buñol es mundialmente conocida por sus fiestas, donde destaca entre todas la Tomatina, pero además Buñol ofrece al visitante un sin fin de posibilidades de carácter Turístico y cultural que bien merece la pena conocer.
Todo comenzó en 1945, cuando un grupo de jóvenes que se había metido en una pelea cogió tomate de un puesto de verduras próximo y comenzó a lanzarlo contra los que suponía enemigos. Al poco acudieron las fuerzas del orden público deteniendo a los alborotadores y en consecuencia poniendo fin a la batalla. Al año siguiente y al llegar el mismo miércoles del mes de agosto los jóvenes del pueblo volvieron a reunirse en la plaza llevando ellos los tomates. De nuevo intervinieron las fuerzas del orden público para poner freno a lo que popularmente, y en los años siguientes, se iría conociendo como “tomatina”, que pese a la oposición de las autoridades se seguiría celebrando de uno u otro modo.
A principio de los 50 el Ayuntamiento de Buñol prohibió la celebración de la fiesta, que no frenó a algunos participantes y que por tanto fueron detenidos y llevados a la cárcel del pueblo. Sin embargo, todos los vecinos se volcaron con ellos por lo que fueron puestos rápidamente en libertad. El pueblo pedía que la fiesta se permitiese y fue tal su clamor que las autoridades definitivamente la consintieron.
Cada vez acudía más gente a la fiesta, con los bolsillos cargados de tomates, dispuestos y tirarse agua, a meterse en las fuentes y por supuesto iniciar la batalla que muchas veces terminaba por afectar a los que simplemente miraban. En alguna ocasión fue “atacado” alguna personalidad relevante. Eso provocó que de nuevo se prohibiese la fiesta con la amenaza de sanciones e incluso con penas de prisión para quienes participaran en ella.
En 1957 se hizo una gran manifestación en clave de humor denominada “el entierro del tomate”, reivindicando la autorización de la fiesta.
En 1959 el Ayuntamiento permitió de nuevo la celebración, pero bajo ciertas normas.
Entre los cambios apareció el “palo jabón”, cucaña que se celebra una hora antes del comienzo de la tomatina, comienzo que sería anunciado, a partir de ese momento, con una carcasa.
En 1975 la fiesta pasará a ser organizada por los Clavarios de San Luís Bertrán, el patrón del pueblo de Buñol, quienes se encargarán de aportar los tomates que hasta ese momento cada buñolense traía de su propia casa.
En 1980 será el Ayuntamiento quien se haga cargo de la organización y fomento de la fiesta. Los tomates empezarían a contarse en toneladas y número de camiones y los participantes, venidos de todas las partes del planeta se contarán en miles.
Hoy podemos disfrutar de la tomatina gracias a unos valientes que en su día lucharon por la fiesta, y que han permitido a personas de todo el mundo experimentar la sensación de estar en medio de la mayor guerra de tomates del mundo, la tomatina.
La “batalla” coincide con la fiesta del santo patrón de la ciudad que se celebra en el transcurso de una semana, en la que tienen lugar diferentes actividades y celebraciones previas que culminan con esta batalla de tomates que da fin a las fiestas.
La noche previa a La Tomatina, las calles se llenan de tomates mucho más apetecibles de lo que estarán al día siguiente. En la plaza , llena de paellas se cocina sobre fuegos de leña y se bebe vino hasta altas horas de la madrugada. El miércoles por la mañana muy temprano, los comerciantes y propietarios de locales en torno a la Plaza se afanan por proteger puertas y ventanas antes de la caótica avalancha.
En torno a las 10 horas comienza el primer evento de la Tomatina. Es el «palo jabón», similar a la cucaña, que consiste en subir un a poste engrasado con un jamón en la parte superior. Mientras esto sucede, el grupo trabaja en un frenesí de cantar y bailar mientras se duchan con mangueras. Una vez que alguien es capaz de soltar el jamón del palo, se da la señal de inicio.
La señal para el comienzo se da a eso de las 11, cuando suena la carcasa, y comienza el caos. Varios camiones lanzan los tomates en abundancia en la Plaza del Pueblo. Los tomates proceden de Xilxes Castellón, donde son menos costosos y se cultivan específicamente para estas fiestas, ya que no son de buen gusto para el consumo.Para los participantes se recomienda el uso de gafas protectoras y guantes. Los tomates deben ser aplastados antes de ser lanzados para que no dañen a nadie.
Después de exactamente una hora, la lucha termina al disparo de la segunda carcasa anunciando el final. Toda la plaza queda teñida de rojo y se forman ríos de jugo de tomate. El proceso de limpieza de las calles lo realizan camiones de bomberos. Los participantes aprovechan las mangueras que les ceden los vecinos para quitarse el tomate pegado al cuerpo. Algunos se acercan al charco de “los peñones” para lavarse. Tras la limpieza, las calles del pueblo, que son de adoquín, quedan impolutas debido a la acidez del tomate que desinfecta y limpia a fondo todas las superficies.
Según una estimación, alrededor de 150.000 tomates se utilizan cada año, y hay unos 20.000 participantes de todo el mundo acuden a esta extraña batalla .
Comprar entradas
Dado el tremendo éxito de La Tomatina y la enorme afluencia de gente, para asegurar la calidad de la fiesta y la seguridad, recuperando el valor principal de esta celebración que es el de la diversión pura, se ha decidido que exista una tasa de 10€ para poder acceder a la “Zona de Tomates”. Al mismo tiempo, se ha aumentado el recorrido de los camiones para ofrecer más espacio a los participantes que ahora disfrutarán de mucha más libertad de movimiento y mayor autonomía para lanzar tomates.
Por supuesto, el acceso a Buñol y a todas las actividades que se desarrollan en paralelo durante la Tomatina seguirán siendo abierto, pudiendo recorrer el pueblo, visitar sus monumentos y disfrutar de su gastronomía tradicional con total libertad a lo largo de toda la jornada.
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Visita Buñol
Buñol es una población de contrastes. Pionera en la industrialización de la Comunitat Valenciana, el municipio tiene un gran número de atractivos urbanos que giran alrededor de su castillo, magníficamente conservado.
A sólo unos kilómetros del núcleo urbano, Buñol tiene una gran variedad de parajes naturales en los que el agua es el elemento común, con rutas senderistas para los amantes de la naturaleza, vías de escalada y rutas para bicicleta de montaña. Rodeado de montañas, el bosque mediterráneo es abundante.
Pasear por sus calles es una combinación de historia y modernidad, con varios parques urbanos, fuentes y la música, siempre presente. La música es un elemento omnipresente en Buñol, con dos de las bandas de música más premiadas a nivel nacional e internacional y numerosos eventos culturales que hacen de Buñol un municipio dinámico y en constante movimiento.
Consejos prácticos
- Lleva ropa vieja o que no vuelvas a usar más; lo más probable es que acabe para tirar. Lo ideal: camiseta blanca.
- Elige zapatillas cerradas que luego puedas desechar pero que se mantengan en tus pies; es preferible a las chanchas, que puedes perder en la batalla del tomate.
- Las gafas de bucear pueden venirte muy bien. El ácido del tomate pica mucho en los ojos, pero limpia la piel que da gusto. ¡Exfoliación de tomate!
- Si quieres hacer fotos, utiliza una cámara resistente al agua y a las caídas, o equípala con una funda protectora.
- Si no eres de Buñol y tienes que hacer noche, no olvides buscar alojamiento con bastante antelación.
- ¡Llega pronto! A las 7.00 se cierran el acceso en coche al casco urbano y solo se puede entrar andando.
- Sigue las indicaciones de seguridad y guardar la distancia adecuada con los camiones.
- No te pierdas el palo-jabón: un poste untado en jabón y del que cuelga un jamón. El que consigue llegar a él, se lo queda.
- Y, por supuesto, disfruta al máximo. Es una gozada liberar adrenalina dando tomatazos a diestro y siniestro durante una hora.
Normas de participación
Estas pequeñas indicaciones de civismo y convivencia son necesarias para que la fiesta se desarrolle como todos los años, es decir, sin ningún tipo de problemas:
No debes entrar botellas ni ningún tipo de objeto que pudiera producir accidentes. No debes romper camisetas. Los tomates deben ser aplastados antes de ser lanzados para que no dañen a nadie. Debes tener cuidado al paso de los camiones. Al disparo de la segunda carcasa se debe dejar de lanzar tomates. Fuente: Wikipedia y http://www.bunyol.es Más info en la página oficial http://http://latomatina.info