Aunque se trata de una de las ciudades más antiguas del país, Braga es una ciudad vibrante, llena de jóvenes que estudian en las universidades.
Construida hace más de 2.000 años, Bracara Augusta fue fundada, precisamente, por Augusto, y se convirtió en una de las principales vías romanas de la Península Ibérica, ya que era sede administrativa del Imperio. Más tarde, el emperador Caracala la convirtió en capital de la provincia romana de Gallaecia, actual Galicia. La Diócesis de Braga es la más antigua de Portugal y, en la Edad Media, la ciudad llegó a rivalizar con Santiago de Compostela en poder e importancia. Por aquí pasaba uno de los caminos de Santiago en el momento de máxima expresión de este culto, con la reconquista cristiana y la fundación de Portugal.
La catedral también es la más antigua del país y ordenaron su construcción en el s. XII los padres del primer rey de Portugal, Don Enrique y Doña Teresa, que allí tienen sus tumbas.
Hoy en día, Braga sigue siendo uno de los principales centros religiosos del país y las conmemoraciones de Semana Santa y de San Juan son el punto culminante del calendario litúrgico y turístico.
Además del Tesoro-Museo de la Catedral, vale la pena visitar el Museo de Biscainhos, instalado en un palacio barroco, el periodo más influyente en el patrimonio de Braga, o el Museo Arqueológico D. Diogo de Sousa, ya que en la ciudad abundan los vestigios de la época romana.
Te proponemos un tranquilo paseo por el centro histórico para visitar algunas de las muchas iglesias, apreciar las casas y edificios históricos, como el Palacio de Raio, el Teatro Circo, el Arco de Porta Nova, o tomar un café en la emblemática Brasileira, mientras observa el ajetreo de la Avenida Central. Pero esta se considera la ciudad más joven de Portugal y entre sus distintivos contemporáneos destaca el Estadio Municipal de Braga, diseñado por Souto Moura, uno de los más importantes arquitectos portugueses, galardonado con el premio Pritzker.
Fotografía: Martínezld
Quien visita Braga tiene que subir al Santuario de Bom Jesus, un icono de la ciudad, con su monumental escalinata. En medio de espacios verdes, ofrece una excelente panorámica sobre la ciudad, al igual que otras dos iglesias de los alrededores: El Santuario de Nuestra Señora de Sameiro, importante lugar de culto mariano del país y, también, la Iglesia de Santa María da Falperra. Fuera del centro histórico, también merecen la pena una visita, por su belleza e importancia histórica, elMonasterio de San Martín de Tibães y la Capilla de San Fructuoso de Montélios.
Entre las especialidades gastronómicas de Braga cabe mencionar obligatoriamente el bacalao al estilo de Braga, a la Narcisa o a la minhota, el cordero asado y el pudin Abade de Priscos. En esta ciudad de estudiantes, no se puede perder la noche, con animación para todos los gustos.
Recientemente, la creación de la Universidad y la calidad de la arquitectura contemporánea de Braga han aportado un impulso juvenil que ha traído a esta ciudad milenaria una imprevista modernidad.
Sé de Braga
La Catedral de Braga, el arzobispado m s antiguo de Portugal, es el monumento más importante de esta ciudad y su ex-libris. El edificio que vemos actualmente fue construido en el s. XII por orden de D. Henrique y Dª. Teresa, padres del primer rey de Portugal, D. Afonso Henriques, cuyos sepulcros están guardados en el interior.
Fotografía: Martínezld
Fotografía: Martínezld
En su día, esta iglesia debió sustituir a otra más pequeña, con el grandioso objetivo de hacer frente a la Catedral de Santiago de Compostela, cuya jurisdicción llegaba a tierras de Portugal.
Las obras fueron dirigidas por D. Paio Mendes, que contó con la colaboración de San Giraldo y Maurício Brudino, prelados del Monasterio de Cluny (Francia), en las orientaciones estructurales necesarias para la transformación del templo en un centro de peregrinación.
El exterior conserva la imponencia románica, aunque artísticamente dé fe de los diversos siglos por los que ha pasado. Se destaca el portal sur (llamado Puerta del Sol) y el pórtico principal, ambos en estilo románico, la galilé de entrada en el templo, añadida en el siglo XV y las dos curiosas torres barrocas del campanario (s. XVIII).
En la pared exterior de la capilla mayor también hay que mencionar la estatua de Nuestra Señora de Leite del s. XVI, un excelente trabajo de escultura atribuido a Nicolau de Chanterenne.
Esta imagen se recoge en el blasón de la ciudad.
El interior, organizado en tres naves con deambulatorio, fue concebido para facilitar la circulación de los peregrinos, pero fue muy modificado posteriormente.
En el s. XVI, bajo la acción del arzobispo D. Diogo de Sousa, el escultor João de Castilho reconstruyó la capilla mayor.
En el s. XVIII, el estilo barroco siguió estando presente en la Catedral, sobre todo en la decoración de los altares, en las obras de talla dorada y en el grandioso órgano de la capilla mayor.
En la nave lateral derecha, se destaca el sepulcro del s. XV de talle gótico – flamenco perteneciente al hijo del rey D. João I, el Infante D. Afonso.
Para completar la visita, no se pierda el claustro en el que se encuentra el Museo del Tesoro de la Catedral, la Capilla de los Reyes con los sepulcros de Dª. Teresa y D. Henrique, la Capilla de Nuestra Señora de la Piedad en la que est sepultado D. Diogo de Sousa y la Capilla de la Gloria en cuyo centro se sitúa el sepulcro de D. Gonçalo Pereira, obra prima del arte sepulcral portugués.
Fotografía: Martínezld
Santuário do Bom Jesus do Monte
Para llegar al Santuario de Bom Jesús puede ir a pié, en coche o en el funicular, obra notable de ingeniería del s. XIX. Fue el primero que se instaló en Portugal, en 1882, trabajando aun con un sistema de agua para vencer un desnivel de 300 metros en 3 minutos.
Fotografía: Martínezld
La Iglesia se materializó más tarde (1784), según el proyecto de Carlos Amarante, que optó por el estilo neoclásico de inspiración italiana.
La escalinata que lleva a lo alto está formada por 17 rellanos decorados con fuentes simbólicas, estatuas alegóricas y otra decoración barroca dedicada a diversas temáticas: la vía Sacra, los Cinco Sentidos, las Virtudes, el Terreiro de Moisés y, en lo alto, las ocho figuras bíblicas que participaron en la Condenación de Jesús. No se pierda, la perspectiva al fondo de la Escalinata. Mirando hacia arriba, las fuentes trabajadas en granito en los diversos rellanos se destacan del blanco formando un cáliz, sobre el cual se ubica la iglesia propiamente dicha.
Fotografía: Martínezld
En el interior del templo, sobrio y amplio, merecen una referencia las pinturas de Pedro Alexandrino (s. XVIII). Junto a la Iglesia, se encuentra el Museo de la cofradía, cuyo patrimonio está constituido por piezas de arte sacra y la Biblioteca, creada en 1918.
Bracara Augusta
Bracara Augusta es un evento que, el último fin de semana de mayo, recrea la época romana con un mercado de época, campamento militar, desfiles y gastronomía tradicional.
En el Parque Nacional de Peneda-Gerês, existen deportes náuticos en el puerto deportivo del río Caldo, un camino romano señalado por marcos miliarios denominado Geira Romana, caballos salvajes y un sinfín de especies botánicas que lo convierten en un lugar privilegiado por la naturaleza.
Como llegar:
- Carretera: A3 y A11
- Tren: www.cp.pt
- Autobús – Rede Expressos www.rede-expressos.pt
- Aeropuerto Francisco Sá Carneiro (Oporto) a 60 km: www.getbus.eu
