Estas patatas se han convertido en todo un clásico de la Ciudad de León y en un referente imprescindible para todo aquel que visita la capital del Viejo Reino.
Enclavado en el número 1 de la céntrica y leonesa calle de Sampiro este singular establecimiento es ya todo un referente gastronómico.
Hablar de la patatas Blas es ya hablar de pura tradición, es hablar de un elemento típico de la gastronomía cazurra. El bar, eso sí; se ha modernizado con el paso del tiempo pero manteniendo intacto su viejo espíritu y sobre todo inalterable el sabor de esas patatas bien hechas.
Antes los padres y ahora los hijos pasan por «Blas» para degustar la que es sin duda, una de las mejores patatas fritas del país con sus dos modalidades: picantes y sin picar. Para tomar in situ o para llevar es el tradicional cucurucho de papel. Eso sí, acompañadas del corto, el vino o el butano.
Si el carisma de una persona se pudiera medir a través del número de recuerdos emotivos que suscita… el de Blas, el fundador era inmenso.
En León se ha ido transmitiendo de padres a hijos, de forma natural, la imagen de un hombre que ha quedado con nosotros, de manera imperecedera, a través de un singular negocio que surgió de la espontaneidad y la naturalidad que le caracterizaba.
Un negocio que, hasta ahora, sólo ha vendido patatas fritas, las mismas (bueno, esas no) que Blas las freía en una sartén, a la puerta de su pequeño local de antigüedades en la calle Sampiro, a finales de los años cincuenta, porque pasaba mucho frío y se le ocurrió echar, para entrar más rápido en calor, un poco de guindilla.
A partir de ahí se fueron sucediendo unos hechos que explican, de manera curiosa, el nacimiento de «Casa Blas» así como dieron cuenta, inevitablemente, del abandono lento y progresivo de su tienda de antigüedades.
No obstante, muchos de aquellos objetos se quedaron como testigos quietos de unos años maravillosos donde la mugre en las paredes, los cachivaches colgados, los cigarrillos pegados al techo, los palillos incrustados y el apelotonamiento de los clientes daba origen a un lugar mágico donde Blas, sencillamente, seducía y hechizaba.
Era él quien, con sus ocurrencias, daba a cada uno lo que necesitaba y el que te desconcertaba a la hora de pagar porque te hablaba de perras gordas y reales y tú le tenías que dar la cartera para que se cobrara en pesetas.
Hoy su legado sigue, siendo un referente tanto para los leoneses autóctonos como para los visitantes. Blas se ha convertido en todo un ritual que los leoneses muestran con orgullo a los visitantes. Dos palabras definen estas patatas: «Muy ricas». Un plato sencillo y muy apetecible, sobre todo en invierno. Y aviso a navegantes: las picantes, pican de verdad y están simplemente espectaculares. En definitiva, es curioso que este establecimientos tan genuino no figure en las guías gastronómicas de la ciudad. Y es que para muchos lo mas sencillo es lo mas apetecible.
Fuente y mas info: http://www.patatascasablas.com
Fecha de inicio: 08-02-2020
Fecha fín: 08-03-2020
Lugar: Calle Sampiro nº 1 · 24001 · León
Horario de invierno
Mañanas:
Lunes a Viernes de 11:00 a 15:00 h
Sábados y Domingos de 12:00 a 15:30 h
Tardes:
Lunes a Jueves y Domingos de 18:30 a 22:30 h
Viernes y Sábados de 18:30 a 23:00 h