Llegado al poder con dieciocho años, fue convirtiéndose paulatinamente en símbolo y sostén de la monarquía austrohúngara.
No obstante, su política dejó sin resolver muchos de los problemas de este complejo Estado provocando finalmente su fracaso. Una mirada retrospectiva a la época de Francisco José revela que las tensiones sociales, nacionales y políticas quedaron eclipsadas por el esplendor del imperio.
La exposición plantea una visión crítica del emperador. Coloca a la persona del monarca en el centro de mira, pero sin desatender del todo la política, parte importante de su función de gobernante. Esta gran exposición ha sido organizada por la Schloss Schönbrunn Kultur- und Betriebsges. m.b.H., en cooperación con el Kunsthistorisches Museum Wien y la Bundesmobilienverwaltung y se celebra en cuatro puntos de Viena y Baja Austria.
El hombre y el monarca. Palacio de Schönbrunn, Viena
Esta parte de la exposición está dedicada a la persona de Francisco José: sus antepasados y descendientes, su infancia y educación y los grandes acontecimientos que marcaron su vida, a saber, el ascenso al trono en 1848, sus esponsales y matrimonio con la princesa Isabel de Baviera –más conocida como Sisí−, el compromiso austrohúngaro y sus consecuencias, temas que se exponen en las espléndidamente preparadas salas de la exposición situadas en la planta baja del Palacio de Schönbrunn (salones Bergl, salones de oro blanco y apartamentos del príncipe heredero).
Representación y austeridad. Museo de Carruajes Imperiales, Viena
En el Museo de Carruajes Imperiales de Viena la atención está centrada en la imagen pública del emperador, ilustrada sobre todo mediante las carrozas y trajes que usó y destacando el contraste entre la esplendorosa representación cortesana y la austeridad personal en el que se desarrolló su vida. Además, las carrozas de lujo, los suntuosos aparejos, los selectos atuendos de fiesta y las elegantes libreas que se conservan sirven para ilustrar tres ceremonias importantes en la vida del monarca: su boda con Isabel de Baviera (1854), la ceremonia de su coronación en Hungría (1867) y sus solemnes exequias (1916). Muchos de los testigos presenciales de este último acontecimiento tuvieron la sensación de que no sólo se sepultaba a un monarca, sino toda una era.
Las fiestas y el día a día. Hofmobiliendepot • Museo del mueble de Viena
En el Hofmobiliendepot, una de las mayores colecciones de muebles del mundo, el tema central son las fiestas y la vida cotidiana. Las humildes exigencias personales de Francisco José contrastan con el estilo de vida que le impusieron las obligaciones inherentes a su cargo. Las grandes fiestas y los dispendiosos viajes formaban parte de su vida como monarca. La muestra comienza con el atentado al joven emperador en 1853, acontecimiento aprovechado para mejorar su imagen seriamente dañada por la revolución de 1848, y concluye con una mirada crítica a la memoria y al mito de Francisco José a través de distintos medios (como el entonces muy novedoso medio cinematográfico), así como al culto al emperador desde 1918 hasta nuestros días. El progreso tecnológico de su tiempo permitió que Francisco José se convirtiera en el primer emperador cuya vida fue documentada en “imagen y sonido”.
La caza y el esparcimiento. Schloss Niederweiden, Baja Austria
En el Palacio de Niederweiden, sito en la región del Marchfeld, cerca de Schloss Hof, residencia del príncipe Eugenio de Saboya, la exposición está dedicada al tema de la caza y el esparcimiento. Ya desde su temprana juventud, Francisco José mostró, además de su pasión por todo lo militar, gran amor a la equitación y la caza. Ésta última fue tradicionalmente una diversión de la nobleza y durante siglos, pasatiempo por excelencia de la casa de los Habsburgo. Además de ilustrar el vínculo personal de Francisco José con la “montería”, la muestra ofrece una visión panorámica de los cotos de caza de los Habsburgo, especialmente cómo estos descubrieron la región del Salzkammergut con la emblemática localidad de Bad Ischl y los cotos de los alrededores. Las sociedades cinegéticas y su importancia política, así como la pasión por la caza de otros miembros de la dinastía, como el príncipe heredero Rodolfo, el sucesor al trono Francisco Fernando y otros, son también objeto de la exposición, al igual que la administración y los registros de caza, particularmente extensos en el caso de Francisco José debido, entre otras cosas, a su larga vida.