Un acto perfectamente organizado y de una gran vistosidad y colorido, con toda la Ciudad de Astorga a volcada en esta iniciativa. Además hizo un día espléndido, lo que contribuyó a realzar el evento.
A partir de las 11,15 partía camino de la Catedral el cortejo que cada tres años organiza el Ayuntamiento de Astorga y la Cámara de Comercio de Astorga como heredera de aquellos viejos gremios. Abría la esta histórica procesión del Pendón de la Batalla de Clavijo, un arcabucero a caballo al que seguía una banda de música y un grupo de maragatos con su traje regional.
Tras ellos, una escuadra de arcabuceros disparando sus mosquetones al aire, produciendo un ruido ensordecedor, seguidos por un grupo timbaleros y las doncellas que rememoraban el viejo y denigrante tributo de las 100 doncellas (cincuenta fijasdalgo y cincuenta plebeyas) que los leoneses tuvimos que pagar hasta que nos liberamos del mismo en la batalla de Clavijo.
Y tras ellas, escoltado por los maceros del Ayuntamiento de Astorga, el Pendón de Clavijo, uno de los pendones históricos del Reino de León, seguidos de la banda de música de Astorga. Finalizando esta procesión cívica iban las primeras autoridades civiles y militares de Astorga.
El acto lo cerraba la banda de música y una compañía del RALCA 62 con base en Astorga. Llegados a la Catedral se ofició la tradicional misa y tras la misma, la procesión retornó a una abarrotada Plaza Mayor de Astorga, en dónde, tras rendir los honores correspondientes al Pendón de Clavijo por parte del RALCA 62, se dio por finalizado el Acto.
Para ubicarnos que es la Zuiza y lo que representa esta ceremonia. La Cámara de Comercio de Astorga ha editado un folleto que a continuación reproducimos.
“El día 15 de Julio de 1465 el Rey Enrique IV creó el Marquesado de Astorga en la persona de D. Álvaro Pérez Osorio, Conde de Villalobos y “Alférez del Pendón de la Divisa”.
Es decir, con dignidad de portador de la bandera en caso de guerra, como lo habían sido sus antecesores por lo menos desde que Luis Osórez la había llevado a la Batalla de Clavijo para luego conservarla en su torre de Astorga como símbolo de la grandeza de su estirpe y que marcaba el testimonio de aquella batalla, que significó, gracias al milagro de Santiago, el verdadero comienzo orgánico de la Reconquista y del Santiaguismo español que, hecho suyo por los Reyes de León, adquirió vuelo de universalidad con el “Camino de Santiago” que por Astorga pasa.
Uno de los primeros actos del Marqués fue el de otorgar a la ciudad de su nuevo Señorío, participación en el alto honor que la historia le había conferido, de guardar y venerar la Bandera de Clavijo, como signo, el más alto, de la creación de España.
Por eso, hizo entrega al “Justicia y Regimiento de la Ciudad de Astorga” de la Bandera, constituyéndose el Municipio en depositario de ella y pactándose la realización de determinados ceremoniales que se le habían de rendir desde entonces.
El municipio guardaría su paño en una arqueta con tres llaves y solo podrá salir de allí para actos de dimensión nacional y siempre con honores que hoy son los de Capitán General. Y una vez al año sería llevada procesionalmente a la Catedral, abonando el Marqués al Cabildo, como tributo de recepción de ella, 60.000 maravedises.
Para este acto el Marqués designaría al portador de la Bandera y el Municipio los elementos de su escolta, que serían un vecino de cada casa de la ciudad y cuatro con cirios encendidos; y la ZUIZA, constituida por hombres de los Gremios del trabajo, cuyos miembros vestidos de ZUIZONES, realizarían el tránsito a la Catedral, alardes de arcabucería y estampida de pólvora en honor de la Bandera, según a las ZUIZAS CABALLERESCAS, imponía la costumbre de Europa (Tanto impresionaban a las gentes estos alardes, que ZUIZA se denominó siempre al conjunto todo de la ancestral ceremonia).
La procesión siguiendo la línea de calles del Camino de Santiago, llegaría a la Catedral. En el atrio la recibiría el Cabildo con la imagen de la Virgen Blanca. Y bajo palio, ya en el coro, el Corregidor se sentaría en la silla del Dean, el portador de la Bandera en la del Chantre, el Regidor más antiguo en la “que está junto a ella” y el resto de la Corporación Municipal y los hombres de la ZUIZA en la “Vía Sacra”.
Al finalizar la Misa Pontifical, el portador de la Bandera recibiría una ración de pan y vino, que era la propia de los Canónigos. De regreso al Municipio, la comitiva habría de ser obsequiada con agua de limón, dulces secos y “chocolate” (así consta en documentos de 1746).
Entrado el S. XVI tan deteriorada estaba la Bandera, que hubo de elaborarse de ella una réplica para, dentro de su paño, coser y guardar los trozos del antiguo. Y ello hasta la “Real Provisión de Felipe V” que en el año 1728 reordena la ceremonia y encarga de su organización a la “Justicia y Regimiento de la Ciudad de Astorga y su Comarca”, que es quien ha de asignar, a partir de entonces, todos los elementos y acompañamientos de la Bandera y sobre todo los de la ZUIZA que los Gremios, así lo aceptaron y obedecieron.
Y así se vino celebrando hasta la Guerra de la Independencia, durante la que Astorga creó el llamado “Batallón de Clavijo”, y siguió entonces y después el Municipio manteniendo su exaltación a la Bandera, tanto en “rendirla honores en sus salidas”, como en la restauración que de ella se hizo, con protocolo de acto solemne, cuando en 1948 se procedió a extraer de la réplica del S.XVI los paños de la originaria y colocarlos, entre dos cristales lacrados y sellados, en la tradicional arqueta donde hasta el citado siglo se habían encerrado. En 1994, y con motivo de la EXPOASTORGA, el Municipio Astorgano de acuerdo con el Obispado y con la Cámara de Comercio e Industria de Astorga, que asume la representación de los antiguos Gremios del trabajo, procede a restaurar la llamada “Ceremonia de la ZUIZA” por ser ella la expresión de la identidad más profunda de la ciudad y su historia, y ello, dentro de las normas marcadas al Municipio por la Real Provisión de Felipe V que ha de estimarse vigente.”
Fuente: folleto Cámara de comercio de Astorga