El regionalismo de Andalucía Oriental u orientalismo es un movimiento de carácter regionalista de las provincias andaluzas orientales o, simplemente, ‘surorientales’ (Jaén, Granada y Almería, excluyendo a Málaga), que actualmente se ha visto potenciado por la recientemente creación de la Plataforma por Andalucía Oriental.
Este antiguo movimiento ciudadano, encabezado ahora por dicha plataforma, tiene como objetivo la creación de una comunidad autónoma independiente a la actual Andalucía que agrupe a estas tres provincias.
Así, este movimiento, que ya fue apoyado por la UCD en los primeros años de democracia, es de carácter abierto, ya que aboga por la pluralidad de pensamiento y no se define dentro de ningún rango del espectro político. Se justifica apelando a razones de distinta índole recogidas en el ideario de la mencionada Plataforma.
Estas razones, según la plataforma, son tanto históricas, ya que se remontan a la auto-administración que Andalucía Oriental gozaba años atrás y que quedó paralizada tras la Asamblea de Córdoba de 1933. Dicha asamblea, propuesta por Blas Infante, abogaba por la unión de todas las provincias andaluzas y fue aprobada pese al abandono de los asambleístas de Jaén, Granada y Almería; como culturales, debido a que se quejan de la colonización cultural impuesta desde Sevilla. Pero sus principales razones para la autonomía son económicas, basando sus argumentos en que estas tres provincias no se benefician de las ventajas de la descentralización de España y en que todas las competencias y la gestión monetaria están fuertemente centralizadas en Sevilla y provincias colindantes; y razones estratégicas: Los partidarios de este movimiento piensan que la unión de estas tres provincias y su auto-administración daría lugar a una mejora económica y social que les sacaría de los últimos puestos de desarrollo por regiones de Europa.
Asimismo, también hay un partido político de ideología regionalista de Andalucía Oriental (orientalista): el Partido Regionalista por Andalucía Oriental (PRAO), creado como evolución de la Plataforma por Andalucía Oriental (PAO).
La Plataforma por Andalucía Oriental
La fundación en 2008 de la Plataforma por Andalucía Oriental surge ante la constatación, por un lado, de la situación de abandono en la que se encontraban las provincias de la región, y por otro, del descubrimiento de toda la trayectoria histórica que describimos a continuación.
Contra todo lo que la Junta de Andalucía y sus diversos canales de comunicación lleva transmitiendo desde sus casi 40 años de existencia, tradicionalmente se han distinguido al sur de España dos regiones: Andalucía Oriental, Región de Granada o Alta Andalucía, formada por Almería, Granada, Jaén y Málaga; y Andalucía Occidental, Región de Sevilla, Baja Andalucía o simplemente Andalucía, que incluía a Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla.
La formación de estos dos grupos regionales arranca del siglo XIX, a partir de la disolución de los reinos del Antiguo Régimen con el Decreto de 1833 de Javier de Burgos, ley por la cual también se crearon las provincias españolas. A partir de entonces, se fueron estableciendo una serie de divisiones de España en las que siempre se reconocía esta realidad regional del sureste peninsular: con el nombre de Granada o Alta Andalucía primero, y de Andalucía Oriental después. Así ocurría en las audiencias territoriales de 1834, en las regiones militares de 1841 o en los estados de la Constitución Federal de 1873, con el objetivo de dar continuidad a las instituciones judiciales, militares, etc., del reino de Granada, que ya prestaban sus servicios en su ámbito regional, siendo precisamente el reino de Granada uno de los cinco principales territorios históricos que figuran en el escudo de España. Son sólo algunos ejemplos, pues hubo también muchos otros proyectos en los que igualmente se diferenciaban ambos bloques.
Si nos aventuramos más atrás en el tiempo, vemos que Andalucía Oriental o la Región de Granada son el resultado aproximado de la suma de los antiguos reinos de Granada y Jaén, mientras que Andalucía Occidental proviene de los de Sevilla y Córdoba. Conviene hacer estas particularidades porque, durante el Antiguo Régimen, «Andalucía» no pasaba de ser un mero topónimo ambiguo de una extensión muy variable. De este modo, existen numerosos mapas en los que se distingue el Reino de Granada y a Andalucía (Sevilla, Córdoba y Jaén); hay otros casos en los que «Andalucía» no incluye al Reino de Jaén e incluso a veces ni siquiera al de Córdoba. Paralelamente, en otras ocasiones, se llevaba «Andalucía» hacia el norte incluyendo a Murcia e incluso a todos los territorios al sur del Júcar.
El regionalismo granadino o de Andalucía Oriental surgió a finales del siglo XIX como una forma de sumar fuerzas entre provincias hermanas contra el secular atraso en infraestructuras; enfrentándose al posterior nacionalismo andaluz en las asambleas de Córdoba de 1919 y 1933, en las que se reivindicó la «Mancomunidad de Diputaciones de Andalucía Oriental», para la cual en 1924 se aprobaron las bases de su estatuto de autonomía. En 1936 justo antes de la Guerra Civil, «Andalucía Oriental región autónoma» continuaba siendo expresión común en los titulares de los periódicos y en las actas de los plenos de diputaciones y ayuntamientos como el de Granada, donde estos acuerdos eran unánimes.
Sin embargo, en la Transición ganaron las ideas de una Andalucía única de mano de un PSOE sevillano consciente de que el control de las ocho provincias le facilitaría la conquista de la Moncloa, sin olvidar que todos los demás partidos a nivel regional estaban dirigidos por sevillanos que aspiraban a conseguir para su ciudad una capitalidad de un extenso territorio sobre el que nunca antes había gobernado. Para ello no dudaron en saltarse los requisitos establecidos en la Constitución y siguieron adelante con la iniciativa autonómica a pesar de haberse perdido el referéndum del 28 de febrero de 1980 en las provincias de Almería y Jaén.
Como consecuencia, son numerosos los estudios, publicaciones, autos judiciales, etc., que evidencian una Andalucía a dos velocidades, con una concentración de peso político, inversiones y recursos económicos en Sevilla, al mismo tiempo que las provincias más orientales de la comunidad autónoma persisten en su situación de incomunicación, abandono y ninguneo político.
La Plataforma por Andalucía Oriental desde el principio comenzó a denunciar la política centralista de la Junta de Andalucía, reivindicando la superación del atraso histórico en las infraestructuras de esta parte de España y apostando por ejercer el derecho constitucional de estas provincias para constituir una comunidad autónoma en esta región histórica. Todo ello se ha hecho mediante numerosas publicaciones en prensa, manifestaciones, exposiciones y conferencias, así como mediante comunicados en radios y televisiones locales y provinciales.