El barrio del Albaicín en Granada, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984, fue el germen de la actual ciudad de Granada y conserva aún toda la magia de su pasado árabe.
El Albaicín es una de las señas mayúsculas de la identidad granadina. El barrio está recostado sobre una altiva loma frente a la colina roja de la Alhambra. Sus calles son sinuosas, estrechas y huidizas; sus plazas luminosas, recogidas e íntimas; los palacios, casonas e iglesias rebosan de historia y arte.
Pasear por el Albaicín es pasear por la historia de Granada. Sus construcciones, sus plazas y la propia estructura de sus calles permiten al visitante observador reconocer las diferentes transformaciones culturales y sociales de la ciudad