La exposición «Ponferrada yeyé» permanecerá abierta en la Casa de Cultura de Ponferrada hasta el 16 de Septiembre
La exposición «Ponferrada yeyé» recuerda como era la ciudad y sus gentes en la década de los sesenta del siglo XX. El Archivo Histórico Municipal guarda un curioso expediente, el del bar Moderno en la plaza de Lazúrtegui, que refleja la pugna entre el propietario del solar y el arrendatario del local, que no es otra que la eterna disputa entre los defensores de lo viejo y lo nuevo.
Si el propietario quería hacer un gran edificio en el solar, el arrendatario alega que «Ponferrada es un pueblo grande, aunque nuestra ilusiones lo vean de otra manera» y presenta 100 fotografías de las casas y comercios del centro de la ciudad. Un auténtico tesoro de imágenes que nos permite elaborar un discurso expositivo sobre el desarrollo urbanístico de la ciudad, ya que las leyes y reglamentos urbanísticos del momento defendían el incremento de la edificación, o sea, el aumento del número de viviendas y estas casas pequeñas, de planta y piso, estorbaban en el nuevo concepto de ciudad moderna.
La exposición nos recuerda que a Ponferrada le llegó la modernidad aún con la ropa tendida en algunos corredores de la plaza de Lazúrtegui. Una ciudad que tenía su centro en la bulliciosa plaza de Lazúrtegui, con el teatro Edesa y bares como el Moderno, Caballero, Central y Nagasaki, además de la cafetería del propio teatro, desde cuya galería se contemplaba el ir y venir de las gentes cada día.
Una ciudad cuya empresa por antonomasia, M.S.P., tenía en su Consejo de Administración a Jaime Milans del Bosch o Emilio Botín del Banco Santander y unos 5.000 trabajadores. Para el patrimonio ponferradino no fue su mejor década, pues la vieja iglesia de San Pedro, junto al puente de la Puebla, fue derribada para instalar el moderno edificio de la Telefónica. En la plaza del Ayuntamiento, el viejo convento de los Agustinos fue demolido para instalar el imponente Instituto Gil y Carrasco. El arquitecto de moda era Mirones que en esa década diseña la Ponferrada yeyé, con proyectos de muchos edificios de viviendas y los de la nueva iglesia de San Pedro o el cine Adriano. Muchos de los edificios de esa modernidad son obra suya, aunque la ciudad seguía padeciendo los problemas de una población poco cuidadosa con la higiene, como así lo recuerda un bando del alcalde Luis García Ojeda, que comparte el sillón municipal en esa década con Luis Nieto.
El P.G.O.U. de 1963, daba vía libre al Plan Parcial promovido por el Ministerio de Vivienda en el Polígono de las Huertas. Con él desapareció la Ribera del Sacramento, espacio de gran valor hortícola y agrícola e inmemorial tradición del sistema de riego controlado por los «jueces de aguas». En este plan se califican como reserva urbana la gran superficie de los terrenos propiedad de M.S.P., entre la montaña de carbón y la carretera de Coruña y desde ésta a la estación del ferrocarril. La red viaria que propone el Plan preveía la construcción de dos puentes sobre el Sil, uno junto al puente del ferrocarril y otro en la ribera del Sacramento, donde al final se construyeron, el de Garcia Ojeda en 1971 y el del Centenario en 2007.
Los jóvenes acudían al Alaska, local de moda, compraban su libros en la librería Zorrilla o la ropa en las Galerías El Catalán. En la plaza de Lazurtegui, los guardias urbanos con uniforme blanco y guantes, dirigían el abundante tráfico de los flamantes Seat 600, sobre un pedestal y bajo la sombrilla. En el teatro Edesa actuaban artistas de moda y se proyectaban las mejores películas, aunque el Cine Morán comenzaba a ganar adeptos al proyectar en pantalla panorámica. El teatro Adriano se inaugura en 1962, cercano a la pequeña ermita del Cristo, que la modernidad miraba ya con recelo. La obra elegida para la ocasión fue La dama del alba de Alejandro Casona y la primera película Pijama para dos, cuyas colas del primer día aún se recuerdan. Dicen que el propio Adriano Morán salió a decirles a los que aguardaban a conseguir su entrada, que al día siguiente habría otro pase y gratuito para ellos. Allí debutaría el Conde Gatón en 1967 con La soltera rebelde de Víctor Ruiz Iriarte, dirigidos por José Cruz Vega Alonso.
Dos ponferradinos (uno de ellos de adopción) triunfan en el panorama musical español, con varios discos en el mercado. Roberto Lana, obtiene el primer premio en el II Festival de la Canción del Atlántico, con el tema «Corazón con música» y graba dos sencillos: «Llevas mi vida contigo«, con la que participa en el Festival de Benidorm-67 y otra para el festival de San Remo. Adolfo Rodríguez Bravo, cantante de los Iberos, triunfa en el panorama de la música pop española de la década de los 60, grabando nueve singles y un LP. Su gran éxito fue «Summertime girl», aunque su inglés tuviera algo de acento berciano.
En los programas de fiestas de la década se hacía eco de la pujanza de la ciudad que, aunque herederos de los eremitas, nuestro desarrollo industrial nos empujaba al consumo y la economía moderna. Aunque la estética de los programas y carteles se tiñe de pop, las actividades programadas no abandonaban el guión tradicional, con el tiro pichón como plato fuerte. Si los pimientos desaparecieron, el ayuntamiento creó el certamen «Pimiento de oro», entregando el primero a Enrique Fernández Díaz en las fiestas de la Encina de 1966. En esa década surgen concursos musicales para jóvenes. El primero fue en 1967 y allí participaron grupos ponferradinos donde destacaban como músicos y compositores Manuel Fernández Zanca o Ángel Cacharrón.
Se construyen muchos grupos escolares en esa década y en 1964 salió a la calle el Semario Aquiana, dirigido por Ignacio Fidalgo Piensos, que tomaba el relevo en la crónica local al desaparecido diario Promesa. Aquiana será el cronista de la historia de nuestra ciudad a lo largo de cuarenta años. Otras de las novedades de la década fueron la puesta en marcha del Instituto Politécnico Virgen de la Encina («la Sindical»), las piscinas del Club de Tenis, el Colegio de la Asunción, el Hotel Temple o la Residencia Camino de Santiago. Y, por último, se inaugura el nuevo cementerio de Montearenas, el 3 de diciembre de 1965, donde terminan todos los afanes de la población ponferradina.
Fecha de inicio: 27-07-2017
Fecha fín: 16-09-2017
Lugar: ponferrada, casa de cultura.
Gran Vía del Reino de León - C.P.: 24400 - Ponferrada (León)
Teléfono: 987412370