Versión clásica

A Coruña cumplirá con el rito purificador del baño de las nueve olas

Cualquier noche es buena para arribar a La Coruña. Dice la canción popular que es mejor entrar en La Coruña de noche que en el mismísimo cielo de día.

Y es que, cada vez que el nocturno se adueña de la ciudad, proyectando sus sombras sobre plazuelas y evocadores rincones, parece como si el alma coruñesa, ese íntimo espacio de vivencias y recuerdos, se liberase y mostrase todo su esplendor a los ojos de propios y extraños.

Pero si cualquier noche es buena para llegar a Marineda, la Noche de San Juan, el hito festivo de mayor relevancia de todo el ciclo anual, es sin duda un momento mágico, inigualable, sin parangón posible con cualquier otra noche del año.

El culto ígneo en la noche solsticial se vive, desde siempre, con intensidad en la ciudad. Calles y plazas rivalizan, con la perspectiva del tiempo como aval, por conseguir la mejor y más alta hoguera de cuantas se queman en esa noche cargada de poético significado. Desde Los Castros a Monte Alto; desde Palavea al Agra del Orzán, pasando por Eiris o por los Mallos, en cualquier esquina de cualquier barrio, se alza una hoguera o simplemente una sardiñada comunal con la que festejar la noche más corta del año que abre la puerta, de par en par, al recién estrenado verano. Lo que realmente importa es reunirse en torno al fuego para festejarlo y rendirle culto ancestral.

La mañana del 23 de junio amanece, en La Coruña, distinta al resto de los días. Poco a poco comienzan a descubrirse esas claves que encierra en sí todo el entramado festivo. A media mañana, la Meiga Mayor, la Meiga Mayor Infantil y sus respectivas Meigas de Honor desfilan, en una comitiva colorista, formando una estampa evocadora de otra época, por las principales calles de la ciudad hasta la parte antigua para encender el mágico fuego de San Juan y entonar una Salve a los pies de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de la ciudad.

Por la tarde, la ciudad se viste de fiesta y de nuevo las Bandas y los grupos folclóricos se adueñan de calles y plazas, calentando el ambiente para la noche que ya se avecina.

El atardecer comienza a inundarse con el peculiar olor a sardina asada. A la puerta de cualquier bar o de cualquier comunidad de vecinos, se prepara una parrilla donde asar tan delicioso pescado propio de este mes del año. «Por San Xoán a sardiña molla o pan», dice el refrán popular en clara alusión a que este manjar marino está su mejor momento de comida.

La noche va, poco a poco, cayendo sobre la ciudad y con las primeras sombras una riada de jóvenes comienzan su peregrinar hacía las playas de Riazor y Orzánportando cajas viejas y maderos. Como de la nada, en el amplio arenal formado por las dos playas, al pie de la gran hoguera, se van formando pequeñas piras de madera y cartón, listas para ser quemadas.

Cuando suenan las once de la noche, desde la Orden Tercera, en plena Ciudad Vieja, la Comitiva del Fuego de San Juan recorre la gran balconada atlántica trasladando, en relevos, el fuego con el que se encenderá la gran Hoguera.Después comienza a desfilar la cabalgata que recorre el Paseo Marítimo, transportando a las Meigas, acompañadas de toda una algarabía musical, hasta la zona del Paseo donde está ubicada la gran Hoguera. Miles de coruñeses invaden el Paseo Marítimo, en su tramo comprendido entre las playas de Riazor y Orzán.

Falta poco ya para las doce, la hora mágica por antonomasia. Las pequeñas hogueras de la playa comienzan a encenderse una a una; pronto los dos grandes arenales formarán una especie de rosario ígneo que reflejará sus llamas en las tranquilas aguas de la ensenada coruñesa. Será entonces cuando la ciudad entera, volcada hacía su mar, entone una especie de sinfonía en fuego mayor.

No será difícil, en ese instante, ver a más de uno cumplir el rito purificador del baño de las nueve olasen las calmadas aguas de Riazor, otro de los tradicionales elementos en esta simpar celebración.

Las doce en punto. Miles de personas abarrotan la playa de Riazor. El fuego de las decenas de pequeñas hogueras se proyecta, iluminando la noche solsticial, confiriéndole un aspecto mágico, casi fantasmal. Una carcasa de fuegos artificiales disparados desde la Rotonda, visten de gala multicolor el cielo del recién estrenado verano coruñés.

El gran instante ha llegado. La Meiga Mayor y la Meiga Mayor Infantil prenden fuego a la Hoguera que, en pocos minutos, es pasto de las llamas purificadoras. El rito anual del culto al fuego se ha cumplido.

A partir de aquí, la fiesta se vive en la calle con la gran verbena de San Juan; en la playa donde los más jóvenes continúan hasta el amanecer, quizás con el fin de ver «bailar el sol» o simplemente para dar cumplida cuenta de otros ritos, relacionados con la fecundidad, propios de esta Noche; los múltiples pubs y cafeterías del Paseo Marítimo y alrededores se convierten en obligado punto de cita para aquellos que desean prolongar la fiesta o cualquier bosque o fraga de los alrededores de la ciudad, a la que se acude en busca del preciado arcano llamado «flor del agua» o, tal vez, con la pretensión de descubrir la fuente o cueva, en la que una hermosa «moura» guarda celosamente su gran tesoro y que tan solo puede ser vista en una noche como esta.

Entretanto, en las calmadas aguas de Riazor y el Orzán, sirenas, nereidas y tritones, entonan su mágica sinfonía de fuego y agua.

Ha estallado, un año más, la Noche de San Juan coruñesa, la fiesta popular por excelencia. El sueño de una noche de verano.

 

Mas info: http://www.hoguerassanjuan.com

Fecha de inicio: 23-06-2018

Fecha fín: 24-06-2018

Lugar: playa riazor
a coruña

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