Por una ciudad de fascinantes evocaciones bizantinas, un itinerario a lo largo de la costa adriática a través de dunas de arena y espesos pinares, nos conducirá a descubrir de la provincia de Rávena. Situada en la región de Emilia Romaña, esta provincia se extiende desde su interior hasta la costa del Adriático.
Es una tierra de variado aspecto que va desde las zonas de montaña del interior hasta las llanuras y que prosigue hasta concluir en el Adriático.
El río Reno por tramos, y los valles de Comacchio en el norte, marcan la frontera con la provincia de Ferrara mientras que al sur linda con las provincias de Forli-Cesena y Florencia.
La franja litoral de Rávena al este tiene costas bajas más bien rectilíneas y estupendos pinares que acompañan la costa, como la de San Vitale en el norte de Rávena, Classe y Cervia al sur.
Ciudad de gran importancia ya en el siglo I a.C., Rávena se convirtió en la capital del Imperio Romano de Occidente en 402 d.C. También en los siglos posteriores (V y VI d.C.) ha sido muy importante, tanto durante la dominación de los ostrogodos, como bajo el Imperio Bizantino.
Como prueba de ese pasado sigue siendo un complejo de monumentos religiosos paleocristianosde extraordinario valor artístico, reconocido Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Todos estos monumentos tienen unas decoraciones en mosaico y por eso Rávena es considerada la “ciudad de los mosaicos”.
Durante siglos la ciudad de Rávena ha sido el centro del mundo, en un primer momento como capital del Imperio Romano de Occidente con Tedorico Rey de los Godos, posteriormente como centro del Imperio Bizantino, cuando cambió radicalmente la arquitectura de la ciudad enriqueciéndose con monumentos y mosaicos.
Rávena es considerada una de las ciudades más interesantes de la región Emilia Romaña, única por el complejo de monumentos paleocristianos y bizantinos que la caracterizan.
La céntrica Plaza de Popolo marca el centro histórico de la ciudad con el Palacio de Gobierno, hoy sede de la prefectura que ocupa los dos tercios de la plaza y el Palacio Municipal, que tiene en la fachada dos columnas venecianas de granito.
Rávena acoge las más altas realizaciones de arte paleocristiano, la Basílica de San Vitale, con un extraordinario espacio interior enriquecido por decoraciones marmóreas y de mosaicos, entre los cuales resaltan los espléndidos mosaicos bizantinos del ábside, en oro verde brillante.
Al lado se encuentra otra obra maestra, el Mausoleo de Gala Placidia, que posee un exterior muy sencillo en pleno contraste con el interior rico y armónico con mosaicos de vivaces colores azules pavo real, verde musgo, oro y naranja. En el Complejo Monástico de San Vitale se encuentra el Museo Nacional, que completa el patrimonio artístico cultural de Rávena con restos de épocas romanas, ciclos de frescos y colecciones de tejidos y marfiles.
El Baptisterio de los Ariani, es también parte integrante de la Rávena paleocristiana con su forma octogonal y el estupendo mosaico de la cúpula.
Volviendo hacia la Plaza del Popolo, no muy lejos se encuentra la Tumba de Dante, pequeño templo de estilo neoclásico que guarda los restos del insigne poeta italiano que murió en Rávena en 1321.
Notable es también la Basílica de San Apolinar el Nuevo, con su estupendo campanario cilíndrico sobre el lado derecho y su interior decorado con mosaicos de intensa luminosidad, algunos de importancia clásica, otros de estilo bizantino. Visita obligatoria el Baptisterio Neoniano, considerado el monumento más antiguo de Rávena y el mejor conservado, y sus bellísimos mosaicos, el Mausoleo de Teodorico un poco alejado del núcleo histórico.
Un itinerario fuera de la ciudad de Rávena nos lleva a la Basílica de San Apolinar en Classe con su campanario cilíndrico, las elegantes columnas rematadas por capiteles bizantinos y sus mosaicos. No lejos de la misma se extiende Pineta di Classe, el pinar de Classe que engloba también el de San Vitale y el de Cervia, integrantes del Parque Regional del Delta del Po.
- Fuente y mas info: http://www.italia.it
- Textos: Turismo de Italia