El alcalde de León, acompañado de concejales de los diferentes grupos políticos, ha participado ayer miércoles en el acto oficial de inauguración de la escultura del rey Alfonso V coincidiendo con la celebración del Milenario del Fuero de nuestra ciudad.
La obra colectiva ha sido realizada por Juan Antonio Cuenca y los alumnos del Centro de los Oficios dependiente del Ayuntamiento de León. El Orfeón Leonés cerró el evento interpretando el Himno a León.
Alfonso V
Alfonso V de León, llamado el Noble o el de los Buenos Fueros (c. 994-Viseu, 7 de agosto de 1028), fue rey de León desde 999 hasta su muerte.
Sucedió a su padre Bermudo II a la edad de cinco años,quedando bajo la tutela de su madre Elvira García, hermana del conde de Castilla Sancho García, y de su ayo, el conde Menendo González, hijo de Gonzalo Menéndez, quien se encargó de su crianza en Galicia.
Alfonso V llegó a la mayoría de edad en el año 1008, con catorce años, heredando un reino lleno de inestabilidad política. Ese mismo año falleció Menendo Rodríguez. Su madre Elvira García, hasta entonces regente, garantizó durante algunos años más las buenas relaciones con Castilla. La rebelión de un Banu Gómez, amparado por el conde Sancho, acabó con esta concordia en el 1014. La enemistad del rey y el conde hizo que sus cortes se convirtiesen en refugio de desafectos del contrario. La ruptura con Sancho, que falleció el 14 de marzo de 1017, motivó que la reina madre, Elvira, se retirase a Oviedo, donde falleció ese mismo año.
Alfonso V quería dar un giro a la administración y para eso necesita primero un nuevo marco jurídico. Así, en 1017, en una reunión de la curia regia, se promulgó el Fuero de León, que se ha calificado como la sanción jurídica del feudalismo leonés. Con ella se buscaba poner fin a los desórdenes de la etapa anterior y recuperar el poder real. Reciben el nombre de «Fuero de León» un conjunto de preceptos decretados por el rey de León Alfonso V en un concilium reunido en la catedral de León en el año 1020. A estos veinte preceptos se les añadieron otros veintiocho que regulaban la vida local en la ciudad de León.
Alfonso reconstruyó la ciudad de León que había sido dañada por los ataques de Almanzor.
Falleció sitiando la plaza de Viseu, en Portugal, el 7 de agosto de 1028, de un flechazo. Le sucedió su hijo Bermudo III, aún menor de edad pues contaba once años, que quedó tutelado por su madrastra, la reina Urraca. Su cadáver fue llevado a la ciudad de León y sepultado en el panteón de reyes de San Isidoro de León, en compañía de sus padres. El sepulcro de piedra en el que fue depositado el cadáver del rey se conserva en la actualidad