El pasado 3 de abril en el Auditorio del edificio Sabatini el Museo Centro de Arte Reina Sofía presentó «Piedad y terror en Picasso: el camino a Guernica», una exposición concebida de forma específica para celebrar el 80 aniversario de la creación del Guernica, de Pablo Ruiz Picasso.
La muestra analizó la radical transformación que experimentó el trabajo del artista malagueño desde los años 20 hasta la realización del mural y reúne una ciudada selección de cerca de 180 obras procedentes tanto de los fondos del Reina Sofía y de diversas colecciones privadas, como de más de 30 instituciones de todo el mundo, como el Musée Picasso y el Centre Georges Pompidou, de París; la Tate Modern, de Londres; o el MoMA y el Metropolitan Museum, de Nueva York, que han realizado para la ocasión préstamos excepcionales.
A la rueda de prensa asistieron los comisarios de la muestra, Timothy James Clark y Anne M. Wagner, así como Manuel Borja-Villel y Rosario Peiró, directores del proyecto que ha organizado el museo para conmemorar el 80 aniversario y que, además de la exposición, incluye conferencias magistrales, publicaciones, actuaciones de artes en vivo, la creación del Fondo Documental Guernica y un espacio web para su consulta o la grabación, en colaboración con Radio3, de cápsulas musicales inspiradas en el Guernica.
La muestra cuenta con apoyo excepcional del Musée national Picasso-Paris
La exposición «Piedad y terror en Picasso: El camino a Guernica».
Cuando a principios de 1937 Pablo Picasso (Málaga, España, 1881 – Mougins, Francia, 1973) recibió el encargo de pintar un cuadro para el Pabellón Español, contestó a los delegados de la República que no estaba seguro de poder ofrecerles lo que querían. Hasta entonces, el mundo de su arte había sido fundamentalmente íntimo y personal, estaba limitado por las paredes y las ventanas de un cuarto; casi nunca se había referido a la esfera pública y mucho menos a acontecimientos políticos; desde 1925, su producción se había acercado con frecuencia, claustrofóbicamente, a la pesadilla o la monstruosidad. Sin embargo, el cuadro que acabó creando para la República hablaba con elocuencia de las nuevas realidades bélicas. Y la escena de sufrimiento y desorientación que nos mostró ha perdurado, como emblema de la condición moderna, a lo largo de ocho décadas. Guernica se ha convertido en la escena trágica de nuestra cultura.
¿Existe una continuidad entre Guernica y la visión de la humanidad, extraña y con frecuencia angustiada, que Picasso había desplegado a lo largo de la década anterior? ¿Cómo afectó el característico conjunto de preocupaciones del artista, cuya oscuridad por momentos parece llegar a la desesperación, al cuadro definitivo de mujeres y animales en pleno sufrimiento?
Un escritor dijo en referencia a Guernica que, en él, el mundo moderno se había “transformado en un cuarto amueblado en el que todos, gesticulando, aguardamos la muerte”. Desde 1937, la imagen de terror del cuadro ha resultado indispensable, puede que incluso catártica, para varias generaciones de todo el mundo. Esta exposición se plantea por qué. Está claro que el tratamiento épico y compasivo de la violencia que vemos en Guernica va más allá de la peligrosa fascinación por ese tema que había caracterizado gran parte de la obra picassiana de finales de los años veinte y principios de los treinta, pero ¿habría sido posible el mural sin esa fijación anterior? ¿No es la violencia, muy a menudo, “fascinante” además de repulsiva? ¿Cómo la representa un artista sin dejarse conquistar? ¿Qué implica (psicológica, estéticamente) dar forma pública al terror?
Formando parte de esta exposición, y como contrapunto histórico a ella, se presenta una selección de los resultados del proyecto de investigación Fondo Documental Guernica, referido al período 1937-1949. El propósito de este proyecto, iniciado en otoño de 2015, es reunir y estudiar la mayor documentación y referencias posibles (correspondencia, fotografías de instalación, documentos gráficos, audiovisuales, artes plásticas) en relación con la obra más emblemática de la Colección. Este fondo documental quiere contribuir a un conocimiento mayor del cuadro: su origen, las exposiciones en las que ha participado, el uso propagandístico que de él se ha hecho, así como su lugar dentro de la Historia del Arte. También muestra de qué modo Guernica supera su propia fisicidad y, en su reconocimiento, se hace inseparable su valor artístico del político.
Fuente y más info: http://www.museoreinasofia.es