Al menos una vez en la vida hay que ir a Mónaco. Lugar mítico situado a los pies de los Alpes y bañado con el suave azul del mediterráneo, es a la vez un sueño y una realidad.
Su ubicación excepcional , entre el mar y la montaña, sus jardines, sus acontecimientos deportivos y culturales y tantas otras cosas…, hacen de Mónaco el destino ideal para una escapada.
Guardián de una tradición secular, el palacio de Mónaco está ubicado en un paraje único, fue construido sobre el emplazamiento de una fortaleza creada por los Genoveses en 1215. El Palacio de Mónaco es la residencia oficial del Príncipe de Mónaco desde 1297. Se encuentra en la parte superior de la roca de Mónaco, con vistas al Mediterráneo de 60 metros. Es a la vez el corazón y el alma del Principado.
Construido en 1191, originalmente para convertirse en una fortaleza para la República de Génova, el edificio ha experimentado a lo largo de su historia, los bombardeos y los asientos de muchas fuerzas extranjeras. Desde finales del siglo XIII, es el hogar de la Casa de Grimaldi, que conquistó el lugar en 1297.
Durante el siglo XIX y XX, el palacio y sus ocupantes se convierten en el símbolo del glamour y de la jet set, que se asocia con la ostentación de Monte Carlo y de la Riviera francesa.
Fuente y más info: http://www.visitmonaco.com