La danesa Aarhus y la chipriota Pafos son las Capitales Europeas de la Cultura para 2017. Desde que Atenas ostentó este título por primera vez en 1985, 54 capitales europeas han sido elegidas en ediciones sucesivas, entre ellas las españolas Madrid, Santiago de Compostela, Salamanca y San Sebastián. Este reconocimiento pone de relieve la riqueza y la diversidad cultural de Europa, así como su herencia e historia compartida.
Aarhus
Aarhus es la segunda ciudad más grande de Dinamarca, con una población de 331.558 habitantes. Tiene sus orígenes en un antiguo asentamiento vikingo, fundado en el siglo VIII, lo que la convierte en la ciudad más antigua de Dinamarca, pero también en la más joven, puesto que el trece por ciento de su población son estudiantes.
Las grandes atracciones en Aarhus incluyen el Museo de Arte de la ciudad, conocido como ARos, el casco antiguo, que es un museo al aire libre en sí mismo, y el Museo Moesgaard, que tiene una gran colección arqueológica. La ciudad también atesora una rica historia musical.
El lema de Aarhus para su año como Capital de la Cultura es “repensar”.
“La Segunda Guerra Mundial y el Movimiento de la Resistencia desempeñaron un papel importante en las historias que me contaron a lo largo de mi infancia y, por lo tanto, desempeñaron un papel importante en mi imaginación y mi vida”, subraya la eurodiputada danesa de Los Verdes, Margrete Auken, al recordar la ciudad en la que fue bautizada.
Pafos
Paphos en Chipre fue la capital del país durante la época helenística y romana. Hoy la ciudad cuenta con 88.266 habitantes y tiene un rico legado histórico con muchos lugares reconocidos como patrimonio cultural.
El concepto de Pafos para su año como Capital de la Cultura es “fábrica al aire libre”. El lema está inspirado en la idea de que la cultura se desarrolla al aire libre y en el reconocimiento de la necesidad de una nueva apertura en la forma de pensar, vivir y actuar para volver a conectar espacios y personas en la región.
La proximidad geográfica de la ciudad con Oriente Medio, así como con el continente europeo, posiciona a Pafos como un enlace para el intercambio cultural.
«Pafos es más que solo otra ciudad. Su historia se remonta a hace 4.000 años.
Fue la capital de Chipre en la época helenística y romana”, recuerda el eurodiputado chipriota de Izquierda Unitaria Takis Hadjigeorgiou.
“Su larga historia combinada con la apertura multicultural de este destino turístico de primer nivel le dan un resplandor especial”, asegura, y destaca el castillo de Pafos, el teatro, las tumbas de los Reyes y sus famosos mosaicos, así como los centros arqueológicos de “New Pafos” y “Palepafos”, reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Fuente y más info: http://www.europarl.europa.eu