Un mercado enraizado en el s. XV, de gran aceptación entre los habitantes de la cuenca del Boeza, que por entonces se llevaba a cabo el 29 de junio, festividad de San Pedro Apóstol, titular de la parroquial de Bembibre y que se mantuvo vigente en el transcurso del siglo XX.
En la víspera de esta emblemática conmemoración la Banda Municipal de Música recorría las calles de la localidad y el tamboritero del barrio de la Fuente, Emilio Pérez Tachuelinas, hacia alarde de la música tradicional con la flauta y el tamboril. Luego, en la Plaza Mayor, el párroco mandaba encender la ancestral hoguera y ante el griterío de los asistentes los más osados desafiaban al fuego saltando por encima de las llamas. Y a continuación se bailaba la tradicional “jota de Bembibre”, una reliquia del folklore local que se perpetúa en el tiempo.
A altas horas de la madrugada y cuando ya la gente se había retirado a sus casas, los jóvenes colocaban en los balcones y ventanas de sus novias o de aquellas mujeres por las que sentían una admiración muy especial los peculiares ramos de cerezas de San Pedro; prenda de amor que se hacía presente con las primeras luces del alba y que a lo largo del día buscaba la mirada complacida de la joven anhelada.
La festividad del Apóstol se solemnizaba con una función litúrgica a la que asistían los eclesiásticos del municipio y tras ella “se desarrollaba un concurrido mercado de ajos”, al que acudían las gentes del entorno en un tren conocido con el sobrenombre de “el Gandarero”, que llegaba a Bembibre hacia las 12 de la mañana. Para retornar posteriormente a sus lugares de origen en el tren correo.
Un mercado que a tenor de la crónica redactada el 30 de junio de 1913 por el reportero de la villa Alberto López Carvajal:
“Se celebró con buen tiempo en la plaza mayor de Bembibre, resultando muy animado y concurrido y proliferando las operaciones de compra de ajos, trigo, centeno, cebada, legumbres, garbanzos, comestibles, carnes, aceites, huevos, manufacturas varias, alfarería, quincalla… Y bajo los soportales se abrían algunas tascas que ofrecían a los visitantes vino, licores, refrescos y café económico de a 20 céntimos”.
Recoge además una petición formulada por una comisión de notables de la villa “encabezada por el alcalde Antonio Colinas Ramos, el industrial Abelardo López Sarmiento, el oficial de telégrafos, Juan García Cubero y el militar Siro Alonso de la Huerta, al representante de la compañía de Ferrocarriles del Norte en la localidad, para solicitar que en ediciones futuras se incremente el número de vagones que lleguen a Bembibre”.
- Fuente y más info: http://www.aytobembibre.es