Versión clásica

La capilla del «monumento de semana santa» se inaugura en el Museo Etnográfico de Riaño

Ya se puede visitar en el Museo Etnográfico de la Montaña de Riaño una nueva sala. En esta ocasión, dedicada a recrear una capilla, conteniendo el “Monumento de Semana Santa“ de 1895, procedente del vecino pueblo de Valverde de la Sierra(León).

Monumento de Semana SantaSe podrá visitar los sábados y domingos de  junio, de 12 a 14,00 h y de 17,00 a 20,00 h y a partir del mes de julio en el mismo horario de martes a domingo.

Por primera vez, y en exclusiva en el Museo de Riaño, se puede ver una pieza única, de las que quedan muy pocas en la Región Leonesa. Lienzos con escenas de la pasión de Cristo, pintados hace más de cien años por gente anónima del pueblo, con unas tonalidades y unas texturas muy particulares.

En los pueblos de la Montaña de Riaño el Monumento se colocaba en la iglesia, únicamente los días de jueves, viernes y sábado santo. Está compuesto de lienzos con pinturas sobre estructuras de madera. Se cubría un altar, donde se colocaba el sagrario, con las formas bendecidas, el día de jueves santo, al finalizar la misa. Las mujeres llevaban palmatorias con velas para iluminar el Monumento.

También se conserva en los pueblos de Lois y Burón el Monumento, en este caso, un gran lienzo que cubre todo el altar mayor. Se recuerda su existencia en Riaño y en el desaparecido pueblo de Pedrosa del Rey, según nos lo describe en la novela “Caza Mayor y Menor” el escritor Antonio Valbuena, a principios del siglo XX. Dice así:

“El miércoles por la tarde había que armar el Monumento. En casi todos los pueblos del país el Monumento se hacía, y aun se hace, con sábanas, colchas, mantones, pañuelos y cintas, siendo una operación fastidiosa y larga; pero en Pedrosa había un Monumento de lienzos pintados y no se necesitaba más que armarle.

El telón principal representaba una fachada con puerta de arco. A los lados de ésta había pintados dos profetas, Isaías y no recuerdo qué otro. Encima de la puerta se veía un balcón, el balcón de Pilatos, donde este inicuo juez, digno patrono y exacto patrón de la actual judicatura, exhibía ante las turbas a Jesús desnudo, azotado, coronado de espinas, con el rostro ensangrentado y escupido, diciendo Ecce Homo, para ver si moviéndolas a compasión podía salvarle la vida sin comprometer su destino.

El resto del lienzo estaba pintado de color gris con algunas rayas blanquecinas imitando sillares con sus juntas. En el interior había otros tres bastidores del mismo color, y cerraba el fondo un lienzo extendido delante del altar, teniendo en su parte superior una portezuela que se correspondía con la Custodia y en la inferior una pintura yacente de Jesús difunto y amortajado.

Fuera de la puerta había pintadas y recortadas en tabla de roble dos siluetas de soldados romanos con lanzas guardando el sepulcro”.

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