Destaca en Mombuye la iglesia parroquial de la Asunción, declarada Monumento histórico-artístico el año 1931 y de ella especialmente su torre templaria.
La iglesia se encuentra situada en el barrio central de Mombuey, junto al arroyo Valchano y el Camino de Santiago. De ella se pueden diferenciar dos partes, la torre y la iglesia, siendo la última de época muy posterior (siglo XVIII) y de menor calidad constructiva.
La original e inconfundible torre fue, a todas luces, una atalaya militar con funciones añadidas, que ha venido asistiendo a la iglesia parroquial como campanario. Su construcción es atribuida a los caballeros templarios, que la edificaron siguiendo un estilo tardorrománico, en la segunda mitad del siglo XIII. Según Manuel Gómez-Moreno, tiene planta rectangular en proporciones de 2,50 x 4 m, elevándose con sillería fácil de labrar en piedra gris-verdosa (esquisto feldespático) que procede del paraje cercano de «Valdarmeño», situado a unos 2 km y donde es visible una pequeña cantera prácticamente sepultada.
La torre se asienta sobre una base defensiva y ciega, aunque no siempre pudo ser así. Atendiendo a sus vanos, muestra tres cuerpos comunicados interiormente por escaleras de madera hasta el tercero, hallándose, éste, taladrado a lo ancho por dos amplios arcos agudos que dan cabida a las campanas. Las ventanas, siempre parejas en los frentes anchos y simples en los estrechos, están guarnecidas por esbeltas columnillas con capiteles adornados con hojas. Cerrando la construcción señorea un airoso y orientalizante chapitel de planos convexos y vanos irregulares, concebido en su interior como aposento de refugio abovedado al que se accede únicamente por un paso exterior en forma de balconcillo muy volado que, sobre dos grandes ménsulas, debía de ser utilizado, a juzgar por su disposición, como matacán.
Destaca su ornamentación por su especial originalidad. Así en el chapitel y sobre cada plano, se repiten tres girones plegados de enigmático significado y con un remate similar al observable en la vestidura de la Virgen y el paño del Crucificado, ambos románicos. A su vez, el chapitel arranca de una cornisa adornada con bolas, pujando en los frentes anchos sobre tejaroces y formando arcos a partir de modillones de mucho relieve con abundancia de bolas, hojas, flores y motivos antropomorfos. Todo ello labrado con una cierta perfección, y destacando sobre manera el busto de un buey que ha dado lugar a leyendas y nombre a la localidad, rodeado por una cenefa decorativa sobre una hoja a modo de concha.
A pesar de las numerosas obras y reformas de la iglesia parroquial, algunas bien datadas e incluso documentadas, se ha interpretado que la torre estuvo flanqueaba, desde un principio, por un edificio religioso anejo, tal y como corroboran los hallazgos más recientes.
- Texto y fotografía: Wikipedia