Rachmaninoff, Shostakóvich y Prokofiev en el Auditorio Nacional de la mano de Ibermúsica.
Varias de las obras más representativas de la música rusa, con creadores como Rachmaninoff, Shostakóvich y Prokofiev llenarán el Auditorio Nacional de Música de Madrid interpretados por algunos de los mejores solistas y una de las más respetadas orquestas, también rusas. La Filarmónica de San Petersburgo a las órdenes del magnético director Yuri Temirkanov será protagonista de las nuevas citas de Ibermúsica. Los próximos miércoles y jueves, 11 y 12 de mayo a las 22.30 en el Auditorio Nacional de Música el prodigioso pianista Andreï Korobeinikov, la gran mezzosoprano Olesya Petrova y el joven virtuoso Sergei Dogadin acompañarán al conjunto sinfónico más antiguo de Rusia en dos conciertos de gran contenido histórico, artístico y musical.
En los atriles encontraremos grandes obras del repertorio sinfónico que han llenado durante muchos años las salas más prestigiosas del momento. El día 11 se podrá disfrutar de las Rapsodia para piano sobre un tema de Paganini de Rachmaninoff y la majestuosa Séptima de Shostakóvich, Leningrado. El segundo día llenará el Auditorio Nacional el controvertido Primer concierto de Shostakóvich de violín y la solemne Cantata Alexander Nevsky de Prokofiev. Esta última se interpretará junto al legendario Orfeón Pamplonés, decano de los coros sinfónicos de España, recién cumplidos sus 150 años de dedicación coral.
La Sinfonía Nº 7 en Do mayor Op. 60 Leningrado es una de las composiciones mas conocidas de Dmitri Shostakovich, se estrenó en diversas auditorios y llegó a ser considerada como un canto contra el fascismo nazi. Desde el 8 de septiembre de 1941 hasta el 27 de enero de 1944, la ciudad de Leningrado fue sometida a un feroz asedio por parte de los alemanes: son los llamados «900 días». Veintinueve meses en los que la ciudad padeció cortes de suministros y bombardeos sistemáticos, sufriendo la pérdida de más de un millón de ciudadanos, la mayoría por hambre y frío. En este trágico entorno es donde compuso Shostakovich su séptima sinfonía, la que sería llamada «Leningrado». No obstante, hay cierto desacuerdo sobre si el compositor comenzó a escribir la partitura antes o después del asedio. Uno de los fragmentos más destacados de la sinfonía es el muy nombrado tema de la invasión, en el primer movimiento.
Sergéi Sergéyevich Prokófiev, aportó su colaboración al genial director Eisenstein, como fondo musical de la película Alexander Nevsky y luego en 1939, revisada, la cantata para coros, orquesta y mezzo-soprano solista. Creación que desde su estreno fue recibida entusiastamente y cuya popularidad ha progresado, constituyendo una de las obras corales de repertorio más importantes del siglo XX. Esta cantata representa el comienzo de una nueva etapa en el arte de Prokófiev y su mayor logro creativo después de su regreso a la Unión Soviética. Ante el éxito de su música en París, Prokófiev se sintió ante un problema ineludible y semejante a Dvorak, Vaugham Williams o Sibelius; comprendió que era preciso sentirse identificado con la música de su nación, de su gente, para que con esta forma nacionalista su música llegara a ser parte de una vida y de una cultura nacional. Eisenstein y Prokófiev trabajaron juntos con la misma afinidad que el compositor de una ópera y el libretista: ajustando acción con música. Ambos son maestros en el ritmo dentro de sus respectivas manifestaciones artísticas.
La Filarmónica de San Petersburgo fue fundada en 1882 cuando en la Orden del Zar Alejandro III se estableció el coro musical de la Corte. En 1917 la Filarmónica se convirtió en la Orquesta del Estado y de acuerdo con el Decreto de 1921 se incorporó a la recién fundada Orquesta Filarmónica de Petrogrado. En 1938, el director Evgeny Mravinsky se unió a la orquesta y durante la mitad de un siglo, paso a paso, creó una de las mejores orquestas del mundo. Tras el fallecimiento de Mravinsky en 1988, la orquesta seleccionó a Yuri Temirkanov como su director principal. Recientemente, la revista Gramophone la situó entre las 20 mejores del mundo.
Yuri Temirkanov, titular desde 1988, nació en Nalchik, ciudad del Cáucaso, comenzó sus estudios musicales a los nueve años y con trece, asistió a la Escuela de Leningrado para Niños con Talento. En el Conservatorio de Leningrado se graduó en dirección en 1965 y, un año después, ganó el prestigioso Concurso de Dirección Soviético Nacional. Temirkanov es invitado con las principales orquestas europeas como la Filarmónica de Berlín, Filarmónica de Viena o la London Symphony entre otras. Además, ha recibido numerosos premios y reconocimientos, entre ellos en 2002, recibió el Premio Abbiati al Mejor Director, y en 2003 fue nombrado Director del Año en Italia.
Ibermúsica lleva más de 45 años trayendo lo mejor de la música a España. La institución, fundada por Alfonso Aijón, ha evolucionado en concordancia con los tiempos y ha sabido preservar el interés por la música clásica, gracias a su dedicación por acercar a los amantes de la música en España y Portugal los solistas, directores y orquestas más importantes del mundo. Ibermúsica ofrece, cada año, un nuevo ciclo de conciertos de máximo nivel.
Conviene recordar a los seguidores de Ibermúsica (Conservatorios y Escuelas Superiores) del programa ¡20×20 Primera Fila! que tienen a sus disposición desde las 18:30 en la taquilla de última hora, ventanilla de Ibermúsica un lote de 50 entradas disponibles hasta las 19:15, su precio es de 20 euros. Imprescindible presentación de DNI (16 a 26 años) y demostración de matrícula a Conservatorio o Escuela Superior de Música. Para el público general, hay entradas disponibles desde 38€.
Quienes estén interesados en adquirir localidades para estos conciertos o reservar abonos para la próxima temporada, pueden hacerlo en: www.entradasinaem.es; tel.: 902 22 49 49 o directamente en las taquillas del Auditorio Nacional de Música.
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