El castillo de Montemayor del Río se encuentra en lo alto de un monte escondido en un valle junto a la frontera con Cáceres, en la localidad de Montemayor del Río, provincia de Salamanca.
El Castillo lo encontramos al Noroeste de la población. Se sitúa en altura dominando el valle del río Cuerpo de Hombre. Los orígenes de la construcción se encuentran a finales del siglo XIII, o principios del XIV, pero el conjunto actual posiblemente sea de los siglos XIV y XV.
Esta fortaleza cumplió un papel fundamental en el devenir histórico, en distintos contextos; enclave importante en la Vía de la Plata en época romana, espacio fronterizo y estratégico en la marca media medieval transitada posteriormente por los peregrinos hacia Santiago (camino mozárabe del sur) y por los rebaños de la Mesta, espacio vital en las luchas entre los hijos de Alfonso XI: Sancho, Juan, Pedro, Enrique II, ya que el control de esta fortaleza implicaba el dominio estratégico de la Calzada de la Plata, etc… Esta villa y su castillo tuvieron por dueños, allá por 1220, al rey Sancho de Portugal y a su hijo Alfonso el gordo.
El Castillo pasó a doña Leonor de Alburquerque, hija de Sancho, quien legó el Castillo a su hijo Don Enrique de Aragón en 1428. Este sería confiscado en 1458 por Juan II. Su hijo, el príncipe Don Enrique donó el castillo a Don Juan de Silva, quien realizó algunas reformas en la segunda mitad del siglo XV, de las que sólo se conservan dos cubos con troneras que protegían la puerta. A partir de este momento, se iniciaría la decadencia del Castillo.
Más tarde, hacia 1285, fue señor de la villa don Pedro, el hijo mayor de Alfonso X el Sabio. El conjunto actual parece haber sido construido en los siglos XIV y XV, probablemente por el infante don Pedro, o por su hijo don Sancho. Fue propiedad de la familia real hasta el año 1458, cuando fue donado por el príncipe Enrique (futuro Enrique IV) a Juan de Silva.
A inicios del siglo XVII, la fortaleza está deshabitada y entra en un proceso de degradación, de modo que a mediados del siglo XVIII, ya se encontraba en estado de ruina.
La fortificación entra así en el olvido, hasta que en el siglo XX, se despierta el interés de algunos investigadores y empiezan a realizar algunas descripciones. Tal es así que en 1982 es declarado Bien de Interés Cultural y a partir de estos momentos comienzan los trabajos de documentación del Castillo.
El recinto principal está reforzado con torres redondas y cuadradas, entre las que destaca la del Homenaje. Su perímetro no es excesivo y está rodeado de una simple muralla que cuenta con puerta hacia el oeste, para la defensa de un puente, y por allí, desprendiéndose hacia abajo, se esparce el caserío de la villa. El interior, donde se encuentran la parroquia y casas anejas, lo llaman El Cortinar.
Por la parte de oriente destaca el verdadero castillo y a la vez palacio, con un foso, antemuro en el que se abre un pequeño arco semicircular, entre cubos pequeños, y detrás el recinto principal, reforzado por torres cuadradas y redondas entre las que sube, hacia el norte, la torre del homenaje. La puerta, en ángulo dentro de una torre, tiene dos arcos, uno agudo y otro escarzano, con una garita encima. las ventanas son adinteladas, habiendo perdido varias de ellas la decoración que tenían al exterior, y las almenas están provistas de troneras redondas y saeteras.
Después de su reconstrucción, fue abierto al público el 12 de junio de 2009, y en su interior alberga el Centro de Interpretación Medieval. El castillo no puede visitarse de manera libre, solo con las visitas guiadas. Estas visitas pueden realizarse de martes a domingo por la mañana a las 10:00, 11:30 y 13:00, y los viernes y sabados por la tarde a las 17:00 y 18;30. El precio es de 2? entre 6 a 12 años y mayores de 65, y 3? entre 12 y 65 años. Grupos de más de 10 personas, 2? indistintamente de la edad.
El castillo pertenece al ayuntamiento de Montemayor, el cual regula las visitas guiadas por el castillo.
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