Las mascaradas de invierno constituyen uno de esos raros y afortunados ejemplos de supervivencia cultural que aún pueden rastrearse por nuestra península ibérica.
Algunos de esos lugares se concentran en la provincia de Zamora, donde entre los meses de diciembre y enero tienen lugar una serie de tradiciones festivas cuyo origen y simbología se remonta al pasado. Todas coinciden con el solsticio de invierno y se prolongan a veces con las celebraciones de antruejo en los carnavales. Personajes ataviados con extravagantes indumentarias, protagonizan las celebraciones de distintos pueblos zamoranos.
Las características que identifican a estas celebraciones y las relacionan con el resto de cuantas tienen lugar en zonas próximas como Portugal o Galicia, son la presencia fundamental de personajes diablescos que realizan carreras y saltos por las calles del pueblo, metiéndose con la gente o invitándoles a participar en la fiesta. Suelen ser los mozos o jóvenes solteros quienes encarnan a estos personajes y se ocupan de organizar la fiesta y pedir el aguinaldo, siempre acompañados de instrumentos como cencerros, tenazas articuladas, vejigas hinchadas…etc, con los que persiguen, golpean e intentan asustar a la población.
San Martín de Castañeda
La celebración de la Visparra, el 25 de diciembre, está protagonizada por los mozos del pueblo y tiene como personaje central a la Talanqueira o vaca grande. Este personaje estrafalario junto con otros más recorre las casas de la localidad pidiendo el aguinaldo.
Sanzoles del Vino
Declarada de Interés Turístico Regional. Es uno de los personajes más populares del calendario de fiestas y ritos de Zamora. Ataviado con ropas de colores, máscara de cuero y penacho de cintas de colores, el 26 de diciembre El Zangarrón persigue a los vecinos en busca del aguinaldo.
Pozuelo de Tábara
El 26 de diciembre los ‘Entrantes’ acuden a despertar a los músicos, al Tafarrón y a la Madama, para a continuación ir casa por casa dando los buenos días «en nombre del Niño Jesús”. Durante la misa de ese día, la Madama ofrece al santo el último niño nacido en el pueblo.
Montamarta
Montamarta recibe los días 1 y 6 de enero la visita del Zangarrón. Dos son los escogidos, entre los quintos de cada año, para interpretar el papel de Zangarrón, uno en Año Nuevo y otro el día de Reyes. Elementos tradicionales de esta fiesta son los cencerros, el aguinaldo, la bendición de los panes y la venia a las autoridades.
Ferreras de Arriba
El visitante se convierte el 26 de diciembre en espectador de una secuencia teatral protagonizada por los vecinos del pueblo. Está protagonizada por cuatro personajes: los Guapos (el Galán y la Madama, un varón vestido de mujer) y los Feos (la Filandorra y el Diablo).
Villarino tras la Sierra
El 26 de diciembre, después de la misa, El Caballico, personaje emblemático corre en pos de la multitud con una larga cola empapada de agua, barro y cosas peores, con la que puede dejar ‘hecho un pincel’ a quien alcance en su carrera. El otro personaje típico de la localidad, el Pajarico, se encarga de pedir el aguinaldo.
Riofrío de Aliste
Declarada de Interés Turístico Regional. El día 1 de enero salen a la calle once personajes: el Carocho Grande, el Carocho Chiquito, el Galán, la Madama, el del Tamboril, el del Cerrón, el del Lino, el Molacillo, el Gitano, la Filandorra y el Ciego. Los actos se desarrollan con acciones organizadas como si se tratara de una representación teatral callejera. La aparición de los Carochos, envueltos en humo y profiriendo grandes gritos, es tan espectacular como su vestimenta.
San Vicente de la Cabeza
El atenazador de San Vicente de la Cabeza es una mascarada de tipo demoníaco. El demonio, es representado por los atenazadores, quienes llevan unas tenazas articuladas, máscaras y cencerros; otro personaje es la Filandorra, señora mayor que persigue a la gente tirando ceniza. Hay también una pareja de novios el día de su boda, una pareja de gaiteros y un grupo de pobres pidiendo. Esta mascarada se realizada todos los 11 de agosto, coincidiendo con la fiesta patronal del pueblo.
Sarracín de Aliste
El 1 de Enero los protagonistas son aquí los Diablos, vestidos de negro y provistos de caretas de corcho, tenazas, cencerros y varas, pero en la fiesta participan en total doce personajes que incluyen a la Filandorra y Rullón, el Ciego y el Molacillo, la Madama y el Galán, más dos Pobres del Saco.
Abejera
En esta fiesta interviene en primer lugar el Cencerrón y la Filandorra en la plaza haciendo sonar los cencerros atados a la cintura. Posteriormente aparecen el resto de personajes con los que entablan luchas y embestidas, arrojándose ceniza.
Villanueva de Valrojo
Ante la prohibición de zangarrones y obisparras por parte de la Iglesia, se trasladó esta fiesta para el domingo gordo, lunes y martes de Carnaval, por lo que los Diablos y Cencerrones se mezclan con los típicos personajes de carnaval.
Almeida de Sayago
La Vaca Bayona hoy sobrevive sólo en Almeida de Sayago. Tiene lugar el domingo Gordo y Martes de Carnaval. La representa un mozo, llevando un armazón de madera con cuernos en el extremo y tapado con una manta. La máscara simula la cabeza de una vaca.
Pobladura de Aliste
Se celebra el día de la Virgen, el 15 de agosto. Esta Obisparra cuenta con unos dieciséis personajes que son además de la tradicional Filandorra con el Niño, el Ciego, el Soldado, el Mendigo, Bailador y Bailadora, el Afilador, y el Piojoso, varios sembradores y sus bueyes (los carachos), así como el Arador y el Gañán.
Palacios del Pan
A las cinco de la tarde, salen a la plaza la Vaquilla, bien flanqueada por los Cencerreros, que son sus defensores, empieza a atacar a los allí congregados, con especial atención a las mozas, mientras los Cencerreros emplean bien el sacudidor. A continuación comienza el desfile encabezado por La Vaquilla y sus escoltas los Cencerreros, siempre moviéndose hacia aquellos que pueden constituir un peligro, para intimidarles con sus trallas.
Pereruela
Comienza la celebración con la llegada de los personajes. Abre la comitiva un Obispo, acompañado de un monaguillo con calderín con agua a modo de acetre, que no para de echar bendiciones y asperger a la gente. Le siguen dos Vacas Antruejas, una más pequeña que la otra, portadas siempre por dos niños cada una, para hacer referencia a las dos Vacas que salían antiguamente en el pueblo. Una vez en la plaza, el Obispo echa una predicación en coplas, pareados de rima consonante, con referencia a temas de actualidad nacional y provincial. Terminado el mismo, se hace un recorrido por el pueblo, sembrando las calles, y animando para que salgan de sus casas a verlos.
Candelas
El calendario festivo zamorano tiene un nuevo hito el 2 de febrero, con la celebración de las Candelas en diferentes puntos de la provincia, como Samir de los Caños, Moraleja del Vino, San Esteban del Molar, Villalba de la Lampreana o El Pego. La fiesta recibe esa denominación porque en ella se bendicen las candelas que se van a necesitar durante todo el año. En esta fiesta las mujeres y mayordomas ‘corren el bollo’ de casa en casa invitando a la gente a participar en el baile.
Águedas
El 5 de febrero se celebran las Águedas, el día por excelencia de la mujer casada, pues todo le está permitido durante su reinado de 24 horas. Las águedas recorren las calles pidiendo ‘la miaja’ y se erigen en mayordomas. En la ciudad de Zamora recorren las calles ataviadas con trajes carbajalinos y tocando diversos instrumentos musicales.
Carnavales
Los carnavales tradicionales tienen en Castilla y León pocas raíces que hayan prendido en el tiempo. La ciudad de Toro es de las pocas afortunadas en el calendario carnavalesco de la región, como demuestra la participación popular, su predisposición para el disfraz y la impresionante procesión que llena de color calles y plazas durante el Carnaval. Se trata de una fiesta que inunda la calle toresana y a la constancia de décadas ha alcanzado la categoría de Fiesta de Interés Turístico Regional. El Lunes de Carnaval tiene lugar el desfile infantil y al día siguiente, Martes de Carnaval, se celebra el desfile principal.
Mascaradas: Ritos de Invierno de Zamora
Llega el invierno, el día marcado en el calendario como inicio del solsticio, sol quieto y más indolente que nunca con la tierra, cuyo hemisferio norte tirita de frío durante las horas del día más corto, la noche más larga del año. En algunos pueblos de Zamora, de la península ibérica y de otros muchos lugares del mundo es la señal para que comiencen las fiestas de Mascaradas. Un sonido de cencerros y esquilas precede a estos extraños rituales que cada año escenifican los mozos, dicen que casaderos, entre carreras, gritos y ceremoniales grotescos, cuya simbología mítica nos ayuda a descifrar la antropología cultural, pero cuyo significado último intuimos cercano al ser humano, sus miedos y pulsiones más profundas.
El espacio rural de estas tierras fronterizas y ya poco habitadas ha permitido la supervivencia de casi veinte celebraciones paganas, en el sentido literal del término, y acoge algunas de las fiestas más extravagantes que han podido llegar hasta nosotros, a pesar de las prohibiciones a que fueron sometidas. Pero su arraigo profundo entre la población logró conservarlas para que hoy podamos disfrutar del particular lenguaje escénico que nos trasmiten diablos, zangarrones, filandorras, o caballicos, personajes extraños cubiertos con máscaras zoomorfas que aterrorizan a los más pequeños y fustigan al público con tenazas, vejigas de cerdo hinchadas o bolsas de paja, ceniza y harina.
Las escenas que representan siguen siempre un mismo guión no escrito que subyace en la memoria colectiva y cuyos actores continúan siendo los habitantes de estos lugares, a quienes hay que agradecer que hayan conservado esas antiguas tradiciones, como mantienen también los bosques, el ganado y el territorio, una vasta cultura rural en la que apenas logramos ya reconocernos.
Son ritos de invierno que anuncian el renacer de los días que vendrán y que comenzarán a alargarse con más y más horas de luz, con más sol, hasta llegar al siguiente solsticio de verano. Toda una interpretación simbólica de la vida que germina, emerge de las sombras y que tan bien han sabido captar Miguel Ángel Sánchez y Nuria Tesón, fotógrafo y periodista respectivamente, en el trabajo que realizaron durante el invierno de 2014. Instalando su estudio en uno de los pueblos de la comarca zamorana de Aliste, por el que pasaron varios de los actores que intervienen en las diecinueve fiestas de la provincia, lograron sacar a la luz su particular visión de las Mascaradas.
El resultado del proyecto, que ha contado con el apoyo de la Diputación de Zamora a través del Gabinete de Prensa, ilustra ahora esta exposición que incluye más de cincuenta fotografías, documentales y textos para ayudar a difundir las fiestas que cada año celebran esa veintena de pueblos de la provincia de Zamora y que, junto a los de Trás-os-Montes, en Portugal, constituyen la mayor concentración de este tipo de celebraciones en la península. La Diputación de Zamora, en colaboración con otras instituciones, trabaja actualmente en conseguir su declaración por parte de la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Datos de la exposición.
Miguel Ángel Sánchez
Foto-periodista independiente madrileño, especialista en fotografía de estudio. Premio de video-creación de la Comunidad de Madrid, premio RED DOT Award 2013 y Premio internacional Terry O´Neill de fotografía 2014. Miembro de MÁSTESÓN, colectivo nómada fundado en 2009 que viaja por Europa, Oriente Medio, África y Asia documentando área s de conflicto y grupos de población que luchan por sobrevivir. Sus trabajos se exponen en Madrid, Dubai y París. Sus reportajes pueden verse en medios nacionales e internacionales como The New York Times, Le Monde, The New Yorker y El País.
Nuria Tesón
Escritora y periodista independiente zamorana. Está especializada en la cobertura de conflictos en Oriente Próximo donde trabaja como video- periodista para Al Jazeera. Ha sido enviada especial en Libia, Gaza, Turquía y Egipto. Ha cubierto los levantamientos y transiciones de la Primavera Árabe para medios nacionales e internacionales con los que colabora, como Al Jazeera, Fox, CNN, Foreign Policy, EL PAÍS, Cuatro, LA SEXTA, Cadena SER, RCN, Radio France Internacional y Deutsche Welle, entre otros.
Es autora de El Alma del Mundo, (Lunwerg, 2012), junto al fotógrafo Miguel Ángel Sánchez con quien forma el colectivo MÁSTESÓ
- Lugar: Sala de Exposición: Ramos Carrión. C/ Alfonso XII, 4 49001 Zamora.
- Fechas: Del 22 de diciembre de 2015 al 31 de enero de 2016. (cerrado 25 de diciembre y 1 de enero)
- Horario: De lunes a viernes e 17.00 a 21,00 y los domingos de 12.00 a 14.00 y de 17.00 a 21,00
- Entrada gratuíta
Fuente más info: http://www.turismoenzamora.es