La compañía impulsa el turismo de calidad e invierte 19 millones de euros en la recuperación y transformación de uno de los hoteles más emblemáticos del centro histórico madrileño Un espacio único y cargado de historia y tradición, destinado a convertirse en punto de encuentro y celebración de eventos por excelencia.
Meliá Hotels International vuelve a fijar su mirada en la capital madrileña con una inversión millonaria que dará un nuevo impulso a la hotelería de lujo y estimulará la competitividad del sector hotelero.
Así, la compañía que preside Gabriel Escarrer y que cuenta con 23 establecimientos en la ciudad, está llevando a cabo un proyecto integral de reforma del antiguo hotel Ambassador, en plena ruta de Velázquez, que abrirá en 2016 como el nuevo cinco estrellas Gran Meliá Palacio de los Duques, y que ha sido ya admitido como miembro del selecto club Leading Hotels of the World.
El hotel, ubicado a 200 metros del Teatro Real, ocupa el espacio del mayor Convento Dominico del siglo XIII, que dio nombre a la calle, y la antigua residencia de los duques de Granada de Ega y Villahermosa, coleccionistas de arte y miembros de la intelectualidad madrileña de mediados del siglo XIX. Su pasión por la pintura de Velázquez –una de cuyas obras donaron al Museo del Prado- se deja sentir en todos los rincones, a través de una exquisita decoración de las habitaciones y de los espacios comunes.
El arte se convierte así en el eje central de la experiencia del hotel.
La estructura de este elegante palacio, que conserva elementos originales como la espectacular escalera central y un pequeño salón privado, da cobijo a 180 habitaciones y suites, que rinden homenaje al genio de Velázquez, y diez salas de reuniones, todas con luz natural. Además, contará con el exclusivo servicio RedLevel propio de la marca Gran Meliá Hotels & Resorts, concebido como un establecimiento boutique dentro del hotel, que alberga las habitaciones y servicios más lujosos, así como un espacio wellness de estilo asiático, el Thai Room, y diferentes opciones gastronómicas de primer nivel que incluyen un restaurante gourmet, una enoteca con una selección exclusiva de productos de denominación de origen y una cocteleria de autor.
Con este proyecto de reconversión hotelera, que dirige el arquitecto español Álvaro Sans, la compañía sigue apostando por desarrollar el concepto de urban leisure resorts, es decir, hoteles ubicados en destinos urbanos pero con un alto componente de ocio, que consigue desarrollando una oferta complementaria de alto valor para enriquecer la experiencia del cliente dentro del hotel, como son los espacios gastronómicos de autor, conceptos de bares afterwork que pretenden atraer al público local, así como instalaciones de spa y bienestar.
Meliá Hotels International viene desarrollando con éxito este modelo híbrido en sus más emblemáticos hoteles madrileños, como son el ME Madrid, Gran Meliá Fenix, los más recientes hoteles Innside o los más tradicionales Meliá Castilla y Meliá Madrid Princesa, que han logrado una perfecta combinación de viajes de negocio y de placer, optimizando así su rentabilidad. Fruto de esta estrategia, la Compañía incrementó su RevPAR en ciudades españolas por encima de la media del mercado, y concretamente en Madrid, se observa el crecimiento natural de la demanda de ocio y de negocio durante todo el año.
Gabriel Escarrer, Vicepresidente y Consejero Delegado de la compañía hotelera, asegura que “Madrid conserva un enorme potencial como destino urbano de referencia, no sólo para negocios, sino en aspectos que complementan la experiencia del viajero, como el patrimonio histórico o el arte, donde la ciudad no tiene competencia; por ello, tenemos la oportunidad y el firme compromiso de ayudar a que Madrid recupere su posición como uno de los destinos turísticos de preferencia a nivel internacional, contribuyendo con un producto hotelero único y de calidad excepcional, a reforzar nuestra competitividad y la del destino”.