Nace un nuevo proyecto que descubre cuatro regiones a partir de sus puertos.
Italia no deja de sorprender, como bien saben los casi millón y medio de españoles que al final de 2015 la habrán visitado. Como si sus ciudades abarrotadas de obras de arte, sus paisajes cambiantes y seductores, su deliciosa gastronomía y vinos y las simpatía de sus gentes no fuera suficiente, ahora nos propone un viaje diferente para descubrir algunos de sus secretos mejor guardados. Se trata de recorrer la Italia del sur, la menos conocida, con una óptica diferente, partiendo del borde del mar para recorrer sus costas, pero también para internarse en sus tierras de interior.
38 puertos turísticos del Mediterráneo son el punto de partida de numerosos itinerarios para descubrir la oferta turística, cultural y gastronómica de los territorios de Campania, Calabria, Apulia y Sicilia. A estas regiones, apenas cuatro de las veinte que tiene el país, se irán uniendo poco a poco otras, pero se trata de fomentar sobre todo esta Italia meridional, más pobre que la del norte, menos visitada, pero con encantos más que suficientes para justificar el viaje.
El proyecto se llama Signa Maris y su original y sencillo logotipo es un capitel que en su base se convierte en un ancla. Toda una muestra de intenciones: arte y mar unidos. La idea parte del Ministerio Italiano de Bienes y Actividades Culturales y de Turismo (MIBACT) que promueve las riquezas culturales y naturales así como los sabores del territorio italiano a través de un nuevo sistema turístico que une e integra el mar con la tierra. En particular, Signa Maris ha convertido a 38 puertos turísticos de cuatro regiones del sur de Italia en el punto de partida de itinerarios para descubrir las bellezas de un territorio único en el mundo.
Aunque parece tratarse de una idea pensada para navegantes, se pretende que sea válida para todos, lleguen como lleguen a Italia. En cada una de las rutas propuestas partiendo de los puertos, los monumentos, museos, paisajes y productos gastronómicos típicos narran las historias del mar Mediterráneo, que a lo largo del tiempo ha esculpido, protegido y transportado las bellezas de Italia. Por lo tanto, el proyecto pretende presentar la red de puertos identificados como motor del desarrollo turístico de los territorios implicados, con el objetivo de incrementar los flujos de turistas desde Italia y sus principales mercados emisores.
Volcado hacia el mar
Italia es un país volcado hacia el mar, tanto en su territorio continental como en sus grandes islas. Con sus 7500 kilómetros de costa, es el país ideal para los amantes del mar. La gran variedad de sus costas la convierte en el lugar óptimo para todo tipo de vacaciones y viajes a través de la naturaleza, del entretenimiento y del relax. Caracterizada por una geografía rica de golfos y de ensenadas, puertos naturales, puertos deportivos y amplias playas rectas y arenosas, la costa italiana se adapta a cualquier tipo de exigencia. Llena de asentamientos costeros y pueblos de pescadores, es fácilmente accesible por tierra a través de las redes viarias y ferroviarias y a través del mar con pequeñas y grandes embarcaciones.
El recorrido por este litoral del sur comienza en Campania, en la vertiente del mar Tirreno, desde la desembocadura del Garigliano hasta el Golfo de Policastro. La suavidad de su clima, la belleza de sus costas, la riqueza del arte y la historia y su amor por la cocina hacen de Campania un lugar imprescindible de conocer. Un viaje que comienza en el mar, rey indiscutible, con sus colores intensos, sus costas plagadas de bahías, calas y paredes rocosas, las islas del golfo de Nápoles, Capri, Isquia y Procida son auténticas obras maestras de la naturaleza.
Todo ello aún más fascinante si cabe gracias a la rica vegetación mediterránea, entorno de pequeños y encantadores pueblos donde pasar las vacaciones, inmersos en la historia y en las tradiciones de la región. El monumento natural que domina de forma imponente esta tierra es el Vesubio, oscuro y misterioso, amado por su belleza y temido por su potencia. Y después Nápoles, conocida en el mundo por la intensidad y la pasión de su música que, al igual que la ciudad, mezcla aspectos cultos y populares, sagrados y profanos, alegres y melancólicos.
Sorrento está situada sobre una terraza de toba (roca volcánica) sobre un acantilado. En este rincón del paraíso, costas abruptas e inaccesibles se alternan con pequeñas y escondidas playas que dan vida a un paisaje único. Aquí la obra del hombre ha sido grandiosa. Hoy las zonas más inaccesibles están formadas por una serie de terrazas que van descendiendo hacia el mar, utilizadas para cultivar cítricos, olivos y vides. Son los jardines de los que emanan los embriagadores perfumes de naranjos, limones y azahar.
Música, mar, diversión y naturaleza, pero también historia y cultura. Visitar lugares como Paestum, Herculano, Pompeya y Torre Annunziata y la Cartuja de Padula o el Palacio Real de Caserta será una experiencia inolvidable, como de otro tiempo.
Punta y talón de la bota
En la punta de la bota, el extremo sur de Italia, bañada por las espléndidas aguas del Mar Jónico y el Mar Tirreno y separada de la isla de Sicilia por el estrecho de Mesina, se encuentra Calabria. Su clima acogedor, los magníficos colores de sus playas, las costas rocosas que se alternan con litorales arenosos, la naturaleza salvaje y misteriosa, los sabores intensos y auténticos de la cocina local, las huellas de sus orígenes antiguos, hacen de esta región un lugar único. Los amantes de la naturaleza y de sus olores y misterios, podrán aventurarse en el interior de esta región, descubriendo un paisaje puro e incontaminado donde inmensas praderas verdes se ven interrumpidas por el azul de los lagos y las cascadas.
Quienes en cambio desean disfrutar de los calurosos rayos del sol sumergiéndose en un mar cristalino, podrán elegir entre las muchas y encantadoras localidades que salpican las extensas costas tirrenas y jónicas. Y para los que prefieren conocer el pasado de esta tierra, Calabria, cuna de la Magna Grecia y tierra de antiguos asentamientos, ofrece una amplia selección de iglesias, monasterios, castillos, palacios y lugares en los que aún perduran tradiciones centenarias.
Dando la vuelta a la península se encuentra Apulia, una tierra plural, un lugar que encierra distintas almas, entre naturaleza, historia, tradición, sabor y espiritualidad, que se puede visitar doce meses al año. Una región hermosa, en la que encontramos naturaleza, historia, tradición, sabor y espiritualidad. Región encantadora donde, a lo largo de una franja de tierra, el mar se alarga con playas maravillosas para todos los gustos, desde las arenosas Torre dell’Orso y Porto Cesario a las riberas de escollos en Otranto y Santa María de Leuca, donde se encuentran y se funden el mar Jónico cristalino y tranquilo y el Adriático ¬intensamente azul. Los amantes del mar tendrán aquí mucho donde elegir: de Gallipoli, la «gema de Salento», hasta el Gargano, el «espolón de Italia», que se extiende en las aguas cristalinas del mar, hogar de las hermosas islas Tremiti.
La naturaleza sigue siendo la protagonista en el Parque Nacional de Gargano y en el de Murge, con la salvaje Foresta Umbra, las salinas y los lagos. Hay que visitar la reserva marina de Torre Guaceto, los profundos barrancos de Laterza y los grandes sumideros de Altamura, que, con sus paisajes evocadores caracterizan el interior de la región.
Y para aquellos que quieran hacer un viaje en la historia, Apulia ofrece una amplia gama de sitios que hablan de los orígenes antiguos de esta tierra: desde la Prehistoria hasta la Magna Grecia, desde la edad imperial hasta el Renacimiento, las glorias del barroco de Lecce y de Salento. Los trullos, como los del Valle Itria, ofrecen un bello testimonio del pasado rural de la región mientras numerosos castillos surgen a lo largo de las costas del sur, recordando los tiempos en los que mercancías y peligros llegaban del mar.
Y al final, Sicilia
Un recorrido por los mares de Italia no es completo sin visitar Sicilia, la isla más grande de Italia, separada del continente por el estrecho de Messina y bañada por el Mar Jónico, el mar Tirreno y el Mediterráneo. Es una de las joyas del sur de Italia, que se puede descubrir, conocer y vivir a través de una serie de rutas alternativas que, dependiendo de los gustos y necesidades, se pueden desarrollar en la naturaleza, la historia o la tradición.
La naturaleza parece haber destinado a esta tierra todas sus maravillas: montañas, colinas y, especialmente, el mar, que con sus increíbles colores, la transparencia del agua y la belleza de sus fondos marinos lo convierten en único. En esta tierra, el Mediterráneo ofrece escenarios, olores y sabores intensos que sólo una naturaleza incontaminada es capaz de ofrecer. Un ejemplo de ello son las islas que rodean Sicilia: Lípari, Egadas, Pelagias, Pantelleria y Ustica. Sin olvidar de sus volcanes, símbolos de su naturaleza exuberante, algunos de los cuales en activo, como el Etna y el de Strómboli.
Atractivo enriquecido también por restos arqueológicos que nos hablan de los orígenes antiguos de Trinacria (antiguo nombre de Sicilia) y sus numerosos monumentos, testimonios de un arte que ha sabido cimentarse en el curso de los siglos. Y por supuesto el encanto de sus pueblos y ciudades: Palermo, Agrigento, Messina, Ragusa, Siracusa, Trapani…
El innovador proyecto Signa Maris quiere crear un circuito virtuoso que se convierta en un hilo conductor para el desarrollo económico de los territorios, favoreciendo nuevos flujos turísticos, añadidos respecto a los actuales, del mar hacia los atractivos culturales, además de presentar una nueva oferta de servicios náuticos que todavía no están plenamente integrados dentro de la oferta tradicional. En su completa página web, también en castellano, y en su aplicación descargable propone decenas de itinerarios
Cómo ir:
Aunque el proyecto Signa Maris parece pensado para viajeros que lleguen por mar, naturalmente éstos son una minoría y hay muchos otros que lo harán por tierra y, sobre todo por aire. El buscador de vuelos Jetcost (www.jetcost.es) ha comprobado que hay diferentes vuelos desde varias ciudades españolas, sobre todo Barcelona y Madrid, a Palermo, Nápoles, Bari, Brindisi, Regio Calabria, y, por supuesto, Roma que no queda lejos del comienzo de estas rutas marinas.
Más información:
www.signamaris.it
www.enit.it
www.italia.it
Texto: Enrique Sancho
Fotos: Fototeca ENIT – Organismo Oficial Italiano para el Turismo