“Con cuernos y con gritos acosan a las bestias por los montes hasta lograr acorralarlas. Unas, las sacrifican para comerlas. Otras, las doman y les sirven de montura para sus luchas guerreras” ESTRABÓN La existencia de manadas de caballos salvajes en las montañas es el testimonio más sorprendente de como Galicia preserva el valor de lo natural. Este hecho da lugar a uno de los espectáculos más genuinos sobre un trabajo de campesinos y ganaderos que, cada primavera, se despliegan en los montes para, con gritos guerreros, obligar a los caballos a bajar a los valles. Esta liturgia, que es tan antigua como Galicia, se repite cada año. Los caballos son pequeños y robustos, adaptados durante siglos a la supervivencia en unas montañas en las que la crudeza del invierno es su única compañía. En verano, por el contrario, los visitantes presencian con frecuencia un espectáculo conmovedor cuando a lo lejos descubren la silueta de caballos buscando la brisa refrescante sobre la cima del monte.
De madrugada, los mozos suben al monte dirigidos por el bestilleiro y van acorralando a los caballos. El rito empieza con a baixa: la operación de acoso, acorralamiento y conducción de las yeguadas que, en espectacular galopada, van descendiendo hasta llegar al curro.
En éste se realiza la rapa das bestas: el hombre separa, marca a fuego y corta las crines de las reses (que luego serán aprovechadas con fines industriales). Los animales más jovenes son puestos de nuevo en libertad, con los garañones y las potras.
La operación de separarlas es un hervidero de hombres y animales que pelean entre sí. Aquéllos tratando de montarlas e inmovilizarlas, mientras que éstas se defienden revolviéndose, alzándose, coceando y relinchando.
Es un espectáculo de extraordinaria fuerza y vistosidad que tiene lugar en los curros. Éstos, a veces, constan de únicamente unas empalizadas o un cierre de tela metálica. En otras ocasiones se aprovecha una cañada del terreno. Los más modernos son de mampostería. El de Sabucedo (A Estrada, Pontevedra) se construyó en el siglo XVIII, adosado a la iglesia, con buenos sillares de piedra que sirven de asiento para los visitantes. Se celebra el primer fin de semana de julio y está declarado de Interés Turístico, al igual que el de Candaoso, en San Andrés de Boimente (Viveiro, Lugo).
y fechas
JULIO
Curro de Sabucedo, en San Lorenzo de Sabucedo-A Estrada (Pontevedra), el 1° sábado, domingo y lunes de julio.
Curro de Candaoso, en San Andrés de Boimente-Viveiro (Lugo), el 1° domingo de julio.
Curro de Amil, en Amil-Morana (Pontevedra), el 2° domingo de julio.
Curro de Monte Castelo, en Cotobade (Pontevedra), el 2° domingo de julio.
AGOSTO
Curro Recarei-Santo Tomé, en O Valadouro (Lugo), el 1° domingo de agosto.
Curro de A Paradanta, en Luneda-A Caniza (Pontevedra), el 4° domingo de agosto.
Fuente y más info: www.turgalicia.es