Pablo Picasso es uno de los artistas españoles más universales. Nacido en Málaga en 1881, fue protagonista y creador vinculado a las corrientes plásticas que revolucionaron el arte mundial durante el pasado siglo XX.
Fue un autor muy prolífico: su obra es inmensa en cantidad, talento y variedad. Desarrolló desde piezas cubistas de una maestría incomparable hasta esculturas neofigurativas de excepcional calidad, pasando por creaciones clasicistas o surrealistas. Es, sin duda, uno de los baluartes imprescindibles del cubismo y una de las cumbres del expresionismo. Con todo, él trató de mantenerse siempre con total autonomía y originalidad personal, al margen de los grupos y de las corrientes generalizadas en su tiempo. Experimentó, creció y matizó su enfoque creativo con piezas de una genialidad incontestable que han encontrado su hueco en los anales de la historia universal del arte.
Picasso y Málaga, cercanía en la distancia
Aunque Pablo Picasso abandonó pronto su ciudad natal, a los 14 años, las raíces malagueñas modularon su carácter y se mantuvieron constantes a lo largo de su obra. Su espíritu abierto, su tendencia a la renovación y su capacidad para reinventarse proceden en buena parte de su infancia malagueña, donde pasó en compañía de su familia unos felices años. La inauguración del Museo Picasso incrementó notablemente el turismo cultural llegado a Málaga, cuyos visitantes aprovechan la estancia para adentrarse en los orígenes de su genialidad visitando, por ejemplo, su casa natal.
Algunos especialistas afirman que la relación del autor con Málaga refleja la reconstrucción permanente de su identidad, el regreso a los principios, el volver a nacer como creador una y otra vez al adentrarse en las diferentes y novedosas corrientes artísticas que abrazaba.
Por otra parte, algunos de los temas recurrentes de su creación proceden de los paisajes y vivencias de su infancia, incluso pintó aquí sus primeras obras: juegos y experimentaciones infantiles realizadas entre 1888 y 1891. Fue en Málaga donde entró en contacto con la mitología clásica, otra de sus fuentes de inspiración más habituales. Los óleos Vista del Puerto de Málaga y Vista del Crepúsculo de Málaga, ejercicios prácticos con los que mejoró su técnica, manifiestan nuevos vínculos con su ciudad.
Tras marchar a La Coruña en 1891, regresó a Málaga durante tres veranos consecutivos (del 95 al 97), y en 1900 la visitó por última vez cuando ya era un emergente artista.
La ciudad, el museo y el autor
En la actualidad existen rutas turísticas que permiten visitar los emplazamientos malagueños que guardan relación con el autor: además de la casa donde nació es imprescindible visitar la plaza de la Merced, el colegio de San Rafael, la plaza de toros de La Malagueta, los jardines de Pablo Picasso y la estatua del autor, así como, por supuesto, el Museo Picasso, que recoge 233 obras que transmiten el rigor y la capacidad creativa de este artista, realizadas entre 1892 y 1972 y conocidas como la Colección MPM. Ocasionalmente se encuentran también en él obras itinerantes del autor, así como de manera permanente salas dedicadas a entender mejor la obra, la maestría y la personalidad de Pablo Picasso.
Olga Khokhlova con mantilla, Frutero, Madre y niño, Acróbata, Mujer con los brazos levantados, Naturaleza muerta con cráneo y tres erizos, Bañista, Mosquetero con espada y las esculturas Pequeña figura y Bañista jugando son algunas de las piezas más reconocidas que pueden encontrarse en el museo que lleva el nombre de este artista universal.
Málaga gira alrededor de Pablo Picasso. Es una ciudad que aportó tanto al artista español más conocido mundialmente cómo él aportó a ella. Sus calles y sus paisajes en los que se inspiró el artista para la realización de sus obras están a disposición de todos. Alojarse en Málaga es bastante asequible, en la ciudad puedes encontrar muchas oportunidades de establecimientos para organizar una ruta en la ciudad natal de uno de los artistas más influyentes de la historia del arte.
Texto: Fernando Leal Santana
Fuente Imágenes: Flickr.com