Casa Marcial, restaurante con tres estrellas Michelin en Asturias, combina tradición y creatividad culinaria en un entorno natural incomparable.
Hablar de Casa Marcial, situado en Arriondas, supone referirnos a la familia Manzano, con Nacho y Esther tras los fogones (bien apoyados por Jesús, el hijo de esta última) mientras Sandra se ocupa de que todo resulte perfecto en la sala.
Cada uno de ellos entiende su oficio desde el sentimiento y la entrega absoluta, como un estrecho vínculo con el territorio donde se criaron y con una elevada concepción de lo que aquí entienden por hospitalidad.
El paisaje asturiano y sus inconfundibles sabores toman el protagonismo en los platos desde la creatividad, con increíbles elaboraciones que exaltan los conceptos sostenibles –galardonadas también con la Estrella Verde– y que se pueden disfrutar tanto en el servicio a la carta como a través de tres maravillosos menús degustación (Nordeste “El Cachucho”, Nordeste “El Fitu” y La Salgar), cada uno de ellos vinculado, con su nombre, a un punto clave del entorno.
Nacho Manzano, bien secundado por dos de sus hermanas y su sobrino Jesús (Esther le ayuda tras los fogones y Sandra está en la sala), propone un viaje a los orígenes, a las raíces, a la tierra que le vio nacer… ¡Una mágica travesía por los sabores asturianos desde la creatividad!
Casa Marcial, aislada en un maravilloso paraje entre montañas, es mucho más que un restaurante, pues fue testigo del estrecho vínculo que el chef estableció con el entorno durante su niñez. Pasión, respeto, amor, hospitalidad… un sinfín de sensaciones dejan su impronta tanto en la carta (con clásicos de la casa) como en los menús degustación (Nordeste «El Cachucho», Nordeste «El Fitu» y La Salgar), todos comprometidos con los exquisitos productos del Cantábrico y los llamados km 0, que buscan apoyar el desarrollo rural. ¿Platos destacados? Nos encantan los Guisantes lágrima a la brasa, con cococha de merluza, su esencia y champiñón, así como el espectacular punto de cocción que dan a los pescados de río. «Ofrecemos una cocina que en un 90% habla de nuestra comarca, pues vamos caminando en paralelo con los productores del entorno, tenemos nuestra propia huerta en Narbasu e intentamos recuperar variedades autóctonas. ¡Reciclamos todas las basuras de manera integral!»