La Asociación Cultural la Parva, Plataforma de Tradiciones y Cultura Leonesa y la Asociación Montaña de Vadinia, con la colaboración del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo (León), y continuando con su labor de poner en valor y recuperar la cultura tradicional leonesa, llevará a cabo la representación, con absoluto respeto a las creencias religiosas, de la denominada Gueste d´Ánimas en la noche del día 31 de octubre de 2024, a las 20,30 h por las calles de Trobajo del Camino( León).
Salida de la Iglesia Parroquial, en la calle de la Iglesia para recorrer Avda. Párroco Pablo Díez, Avda de la Constitución, calle Santiago Apóstol, calle Félix Rodríguez de la Fuente, calle Alfageme y calle 2 de mayo, para terminar de nuevo en la Iglesia.
Los componentes de este mito tienen variantes, dependiendo de la región o comarca en la que nos encontremos. Pero en todas ellas encontramos unos elementos comunes.
La Gueste d´ ánimas, en León o Salamanca, o Estadea en Zamora, es una procesión espectral de ánimas en pena, ataviadas con mortaja blanca o negra, que en las noches del mes de los santos, recorrían los caminos, saliendo de cementerios o iglesias, para reprochar a los vivos faltas o errores cometidos, anunciar la muerte o cumplir una pena impuesta en el más allá, buscando la redención de sus pecados.
La primera referencia a este tema en la Región Leonesa la encontramos en el Auto de los desposorios de Moysen, escrita en Salamanca alrededor de 1570.
La palabra Güeste derivaría de la expresión Hostis Antiqua («el ejército antiguo»), cuyo origen se remonta a los pueblos nórdicos, como una hueste o ejército de guerreros muertos, del panteón pagano.
Otros estudios citan como origen de esta leyenda en el día del Samhaim, de los pueblos celtas, cuando los muertos volvían al mundo de los vivos por unas horas.
Esta creencia pagana, con el cristianismo pasó a convertirse en lo que conocemos como procesión de almas en pena. Almas atrapadas en el purgatorio que solo con misas y oraciones lograrán salir de él.
Al paso de la Gueste debes protegerte para que no te arrebaten el alma, marcando un círculo en el suelo con sal, tiza o una rama de tejo y metiéndote en él.
La toponimia nos recuerda esta leyenda en el cercano lugar del bosque de las Biescas, en Riaño, donde existe un lugar denominado “la reguera de las ánimas”.