Con la luz de la primera luna llena del solsticio de verano vuelven a Ponferrada los Caballeros de la Orden del Temple para recrear un acontecimiento medieval fantástico.
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Un año más, al llegar la primera luna del verano la Ciudad de Ponferrada revive su pasado templario. Declarada de Interés Turístico Regional, en la Noche Templaría de Ponferrada se sella un pacto de eterna amistad entre la Ciudad de Ponferrada y los Caballeros Templarios, y se hace entrega para su custodia del Arca de la Alianza y del Santo Grial, símbolos hallados por la Orden en las remotas tierras de Oriente y que son depositadas en el castillo. Miles de ponferradinos, ataviados con trajes medievales reciben a la comitiva del Temple que, con el Maestre de la Orden de los Caballeros Templarios Frey Guido de Garda para recorrer las calles de Ponferrada
Y un año mas volvimos a disfrutar con un espectáculo único, mágico, cuasi místico envuelto en la extraordinaria ambientación musical de la Orquesta Sifónica de Ponferrada. A las 10 de la noche ya no cogía un alfiler en el recorrido. Desde antes de las 8 de la tarde ya vimos gente tomando posición en los principales puntos del recorrido.
Con puntualidad suiza a las 22,30 horas esta magnífica Orquesta Sinfónica de Ponferrada comenzaba a sonar y marcaba el inicio de la comitiva de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo o Caballeros del Templo de Salomón, conocidos por su nombre más popular de “Caballeros Templarios”, con su Maestre Frey Guido de Garda al frente para subir a la fortaleza templaria de Ponferrada por la avenida de Castillo.
Las luces se apagan. Comienza el espectáculo. Los miles de ponferradinos y visitantes enmudecen para disfrutar durante hora y media de una puesta en escena que solo podemos calificar de magnífica.
Abre el cortejo Frey Guido de Garda en un caballo blanco acompañado por una comitiva compuesta por cientos de ponferradinos y ponferradinas ataviados con los hábitos de la orden del temple portado, unos lanzas y otros antorchas, pero todos portan la ilusión de verse templarios por unos días.
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El cortejo sube la avenida del Castillo en total silencio solo roto por la voz firme y potente del narrador y por la Orquesta Sinfónica de Ponferrada que acompasa magníficamente el cortejo. El sonido que aportan a esta noche mágica y esotérica fue simplemente soberbia. No cabe otra calificación más que excepcional a su magnífica actuación en riguroso directo. Año tras año se superan así mismos y ofrecen una música en directo digna de una superproducción de Hollywood. Oírles es simple y llanamente todo un espectáculo en sí mismo.
Frey Guido de Garda llega a las laderas del Castillo, y se instala en el pequeño altozano de la fachada principal para presenciar la llegada del cortejo que porta en andas las dos grandes reliquias que van a depositar un año más en los subterráneos del Castillo: El arca de la alianza y el Santo Grial.
Frey León Guido de Garda, superviviente de mil y una batallas en Tierra Santa, Maestre de la Orden de los Caballeros Templarios, vuelve un año más declamar la fórmula para sellar con el rey Fernando II de León un pacto de eterna amistad y entregar a la Ciudad de Ponferrada estos símbolos hallados en la tierra sagrada de Jerusalén para su custodia.
Para los más profanos os diré que el Santo Grial según la leyenda, era la copa o vaso que usó José de Arimatea para recoger la sangre de Jesucristo en la Cruz.
Esta leyenda del santo Grial está unida a la orden de los Caballeros Templarios. Pero también santo grial significa para otros, Sangre Real y hace alusión a que Jesús resucitado se casó y tuvo hijos y esos hijos eran el secreto del “Greal”.
Pero esa es otra historia que hoy no toca contar. Hoy solo toca disfrutar de una muy fresca noche de verano con una cuidada puesta en escena.
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Decir también que el arca de la Alianza es la caja que guardaba las Tablas de la Ley de Moisés con los Diez Mandamientos, y constituye, sin la menor duda, el objeto sagrado más codiciado de cuantos han sido buscados por el hombre. Hace 3000 años el Arca fue traída a Jerusalén y adorada como el más sagrado de los objetos sagrados.
Para las gentes de entonces el Arca significaba la personificación de la presencia de Dios en la Tierra. Sin embargo, en algún momento de ese remoto pasado, el Arca desapareció, esto dio origen a una búsqueda que ha inspirado a creyentes y cazadores de fortunas durante milenios. Hace casi 1000 años, las cruzadas cristianas recuperaron el control de Jerusalén de manos de los musulmanes que habían gobernado la ciudad desde el siglo VII y con ello recuperaron también el Arca de la Alianza. El arca se perdió en la noche de los tiempos hasta que Hollywood con Indiana Jones al frente la recuperó y popularizó su existencia y que hoy en esta noche ponferradina podemos admirar.
Es entonces cuando suena fuerte y potente: “Yo, Guido de Garda, Maestre de la fortaleza de Ponsferrata, comprometo a todo el pueblo de Ponferrada para que vuelva cada año a renovar este compromiso festivo con su historia y su leyenda hasta que el tiempo llegue a borrar la línea del horizonte” mientras el arca de la alianza y el santo grial enfilan la cuesta de entrada al castillo para su custodia un año mas por los templarios de Ponferrada. Es un momento mágico, especial. Es el culmen de la noche templaria mientras los fuegos artificiales iluminan la noche ponferradina
Durante todo el desfile el castillo ha sido un puro espectáculo en sí mismo. Un espectáculo de luz y sonido, una explosión de color todo ello perfectamente acompasado por la música en directo de la Orquesta Sinfónica de Ponferrada.
Finalizado el espectáculo los templarios toman el casco viejo de Ponferrada, porque la noche en joven y las ganas de fiesta son muchas.
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Los Templarios
Los caballeros templarios u «Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón», se fundaron en torno a 1119 cuando siete caballeros, liderados por un caballero noble francés de Champaña, Hugh de Payns, juraron defender a los peregrinos cristianos en Jerusalén y la Tierra Santa, para lo que creó una hermandad que adoptó votos monásticos, incluido el de pobreza, y cuyos miembros vivían juntos según un código de conducta establecido. En 1129 recibieron el reconocimiento papal.
En 1120, Balduino II, el rey del reino de Jerusalén, que gobernó de 1118 a 1131, entregó a los caballeros su palacio, la antigua mezquita de Aqsa en el Templo del Monte de Jerusalén, para que lo usaran a modo de sede. El edificio se conocía comúnmente como «El templo de Salomón», por lo que a la hermandad pronto se la empezó a llamar «la Orden de los Caballeros del Templo de Salomón, o simplemente «templarios».
Esta orden militar católica medieval cuyos miembros combinaban la destreza marcial con la vida monástica defendían los lugares santos cristianos y a los peregrinos en Oriente Medio y en otros lugares. Los templarios, cuya sede estaba en Jerusalén y después en Acre, fueron una élite importante de los ejércitos cruzados.
Con el tiempo, los caballeros templarios llegarían a ser muy poderosos, llegando a controlar tierras y castillos por toda Europa y Tierra Santa. Acusada de herejía, corrupción y de llevar a cabo prácticas prohibidas, la orden fue atacada por el rey francés Felipe IV el viernes 13 de octubre de 1307 y después fue desmantelada oficialmente por el papa Clemente V en 1312. Se mantuvo activa durante algo menos de dos siglos.
El viernes 13 de octubre de 1307, el rey Felipe IV de Francia ordenó arrestar a todos los templarios de Francia. Sus motivos siguen sin estar claros. Felipe logró extraer confesiones de varios templarios mediante tortura, incluido el Gran Maestre, Jacques de Molay. Fueron juzgados en París en 1310, tras el cual 54 hermanos fueron quemados en la hoguera. En 1314 el Gran Maestre de la orden, Jacques de Molay, y el preceptor de Normandía, Geoffrey de Charney, también fueron quemados en la hoguera en París, aunque el primero seguía manteniendo que era inocente cuando lo llevaban a la hoguera.
El papa declaró oficialmente el fin de la orden el 3 de abril de 1312, aunque la razón fue la dañina pérdida de su reputación más que cualquier veredicto de culpabilidad. Nunca se presentaron las pruebas físicas de las acusaciones: ni registros, ni estatuas de ídolos, ni nada. Además, muchos caballeros se retractaron después de sus confesiones incluso estando ya condenados y cuando ya no servía de nada. Se jubiló a la mayoría de los caballeros templarios y se les prohibió volver a unirse a ninguna orden militar. Desaparecía la orden y nacía el mito.
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Los templarios en Ponferrada
Es al final del siglo XI cuando el obispo Osmundo de Astorga ordena la construcción de un puente, en torno al año 1082, con la colaboración del rey Alfonso VI de León, para facilitar el tránsito de los peregrinos del Camino de Santiago, debido a las dificultades que suponía el paso del río Sil en el anterior paso, a la altura del actual barrio de Compostilla.
Este nuevo puente se reforzó con hierro, y esta circunstancia dio nombre, posteriormente, a la población que creció en sus alrededores, a las orillas del río Sil. Otra teoría sobre el nombre de Ponferrada proviene igualmente de Pons Ferrata pero con la traducción de puente fortificado.
Allá por 1086, al poco de construirse este puente de hierro se fundó la Iglesia de San Pedro, y a su alrededor surgió “La Puebla de San Pedro” que es como se llamó primeramente a Ponferrada, para pasar a denominarse poco después Ponte Ferrato.
Son precisamente los Templarios los encargados por otro Rey leonés, Fernando II, de la defensa del Camino de Santiago y de los peregrinos que acuden a visitar la tumba del apóstol. No hay que olvidar que la historia de Ponferrada está desde sus orígenes íntimamente unida a la del camino de Santiago.
Conviene también recordar que corría el año 1180 cuando el citado rey leonés Fernando II concede a la villa los primeros fueros. Desde entonces Ponferrada, el Reino de León y los templarios están unidos por la tradición, la historia y sobre todo por su Castillo. Son desde entonces los templarios protectores de los peregrinos y de la Ciudad de Ponferrada. Sorprende que un año más no haya ninguna referencia heráldica al Reino de León, el Reino mas potente de la Hispania Medieval.