Versión clásica

Érase una vez… Villalar, la historia de una manipulación (V)

Una burda manipulación de la historia.

villalar

Carteles históricos de CC.OO. Datos de la edición: Salamanca: Instituto Regional Castellano – Leonés. D.L.: S. 120-1977

pendón de los comuneros de castilla

El 23 de abril de 1821 los miembros de las sociedades secretas “Los Comuneros” o “Los Hijos de Padilla”, empiezan a emplear en ocasiones el discutido pendón morado castellano.

El comienzo de la manipulación de Villalar habría que situarlo en 1821, cuando el guerrillero castellano, Juan Martín Díez “El Empecinado”, y sus compañeros de la sociedad “Los Comuneros”, organizaron una expedición a Villalar en busca de los restos de Padilla, Bravo y Maldonado. Estos hechos tuvieron su punto culminante con un acto de homenaje a los Comuneros en la plaza de Villalar el 23 de abril de 1821. En esta época es cuando ciertos sectores, entre ellos los miembros de las sociedades secretas “Los Comuneros” o “Los Hijos de Padilla”, empiezan a emplear en ocasiones el discutido pendón morado castellano.

Durante el Trienio Liberal (1820-1823), los comuneros pasaron a ser objeto de admiración por las corrientes progresistas del país. Así, durante la Primera República, la revolución comunera fue también un referente de libertad para el ala federalista del Partido Democrático Republicano, que en 1869 proclamó el Pacto Federal Castellano, primer intento de una organización territorial federalista en España.

villalar leon 2024

Fotografía: Alejandro Martínez

En los primeros años del siglo XX, durante la Restauración, hubo otros intentos de celebración en Villalar. Entre ellos la iniciativa de José María Zorita Díez, diputado liberal por Valladolid, que realizó una petición de un crédito extraordinario para conmemorar la batalla de Villalar. En 1920 el Ayuntamiento de Santander propuso que las corporaciones castellanas celebrasen el IV Centenario de los Comuneros de Castilla. Como vamos constatando, la Vieja Castilla usurpa en beneficio propio un movimiento que alcanzó a toda España.

En la primavera de 1972 se funda en Valladolid la librería “Villalar”, cuyo nombre es un homenaje simbólico a las libertades castellanas. Desde esta librería se articuló buena parte del movimiento antifranquista clandestino en Valladolid. Ese mismo año, en la librería “Villalar” se presenta el poema “Los Comuneros” escrito por Luis López Álvarez, obra literaria que se convirtió en referencia e himno del llamado “autonomismo castellano-leonés”, y más aún cuando en 1976 el grupo folk Nuevo Mester de Juglaría hizo una adaptación musical de dicho poema.

En 1976 se convoca la primera concentración autonomista en Villalar de los Comuneros (Valladolid). Pese a la prohibición gubernativa, unas 400 personas se concentraron allí convocadas por el Instituto Regional Castellano-Leonés, asociación regionalista que había nacido meses antes y que aglutinaba a intelectuales, profesores universitarios, periodistas, ecologistas y representantes de partidos políticos. Las personas congregadas en Villalar fueron disueltas por la Guardia Civil y las actuaciones musicales previstas finalmente no pudieron celebrarse.

Estos hechos contribuyeron a reafirmar la importancia posterior de la conmemoración de Villalar. Al año siguiente, en 1977, cerca de 20 000 personas asistieron al Día de Villalar, en una convocatoria conjunta de los dos principales colectivos regionalistas de la época: el Instituto Regional Castellano-Leonés y la Alianza Regional de Castilla y León, evidentemente sin que los leoneses hubieran señalado su opinión al respecto. Ni entonces ni nunca…

El Nacionalismo Castellano considera el 23 de abril “el día nacional de Castilla”, apropiándose de esa fiesta y esa conmemoración manipulando y tergiversando, de este modo burdo e interesado, la Guerra de las Comunidades.

EXPANSIONISMO castellanista

 

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Desde entonces han sido bastantes los partidos de índole castellanista y regionalista que han utilizado la figura de los comuneros, bien en sus campañas, como parte del nombre del partido o como seña de identidad simbólica para Castilla y León o para un contexto territorial más amplio (las antiguas Dos Castillas: Castilla la Nueva y Castilla la Vieja) que incluiría a Cantabria, La Rioja, Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha. Al mismo tiempo, nacieron los denominados Concejos Comuneros, formados por emigrantes castellanos en otras ciudades, siendo los más destacados los de Barcelona.

Así, entre los primeros partidos de las tendencias ya mencionadas, se encuentra la Unidad Comunera Castellana, ya desaparecida, o Tierra Comunera, uno de los de mayor importancia electoral y desaparecido en 2009

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Fotografía: Fundación Villalar

Villalar_2022_PCAS_TCNace así el castellanismo como ideología que propugna la idea de Castilla como realidad territorial, bien desde una reafirmación de tipo regionalista o bien desde una perspectiva nacional, defendiendo, en este último caso, a su vez, bien el acomodo de una nación castellana en un modelo federal o bien la independencia de esta. En la medida de la ambigüedad del significado de Castilla existen diferentes aproximaciones para la delimitación territorial de dicho ente que implicarían una unión de provincias españolas pertenecientes a diferentes comunidades autónomas. Cuestiona la identificación entre lo español y lo castellano, así como el proceso de formación del Estado español y el papel que este ha otorgado a la identidad castellana dentro de él.

Existen varias concepciones territoriales de Castilla, las cuales son reflejadas por los diferentes grupos dentro del castellanismo, dependiendo del sector al que pertenezcan. Así una parte del regionalismo castellano hace una distinción amistosa entre el norte y el sur de Castilla, considerando la separación natural del sistema Central entre Castilla la Vieja y Castilla la Nueva, a la que por motivos históricos, geográficos y culturales adhieren la provincia de Albacete.

Mientras que un segundo grupo, defensor de las tesis de Anselmo Carretero, hace una lectura mucho más escueta de Castilla, restringiendo ésta a la denominada “Castilla condal” (los territorios del primigenio condado de Castilla), más aquellas regiones de la Extremadura castellana.

Finalmente, hay una tercera concepción, la del nacionalismo castellano; considera como una misma entidad el área sociocultural que se correspondería con el mapa de lenguas, dialectos y hablas de España que definen como de cultura propiamente castellana. Así la visión más amplia del castellanismo incluye los territorios actualmente incluidos en las Comunidades Autónomas de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, Cantabria y La Rioja (además de las comarcas de Utiel y Requena que, tras la organización territorial de 1833, quedaron integrados la actual Comunidad Valenciana), concibiendo así la idea de una Gran Castilla de 17 provincias.

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