Por la falta de intervención actualmente presenta peligro inminente de derrumbe en alguna de sus partes, como demuestra alguna piedra que ya se ha venido abajo, poniendo en peligro la seguridad de los viandantes.
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Las reiteradas denuncias de UPL sobre el estado del muro perimetral del aparcamiento de San Martín, sirvieron en un principio para que se procediera a la renovación completa del lateral de la calle Sor Doisitea Andrés. Pero todo el conjunto revestido en piedra se encuentra aquejado del mismo problema. Demostrado queda, con sillares que movidos de su sitio se han venido abajo yaciendo irremediablemente en el suelo, aunque afortunadamente sin alcanzar a nadie, tras no soportar las tensiones del terreno que acusa la falta de cimentación suficiente. La estabilidad de las estructura supone un riesgo cuyas consecuencias quedan tan solo a la aventura y el riesgo de que no se desplome. Los sillares del resto del muro, se encuentran movidos de su sitio y con falta de argamasa, que da cuenta con un simple vistazo de la peligrosidad de un muro que se eleva bastantes metros frente a la entrada de vehículos al aparcamiento.
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El riesgo de derrumbe es inminente y no parece importar en absoluto al equipo de gobierno, que no toma en consideración el peligro real que representa y que a la suerte confía que no tenga consecuencias mayores, situando tan solo unas señalizaciones de advertencia, que avisan pero no evitan que pueda producirse un percance evitable en este momento si se lo proponen. Haciendo UPL responsable directo al concejal de urbanismo, que teniendo conocimiento del problema, que se arrastra desde hace tiempo, como medios para resolverlo no ha movido un solo dedo por solucionarlo. Lo cual quedará como otras cosas reflejado en su currículum político.
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Instando desde UPL a que la coalición de gobierno del ayuntamiento de Zamora se tome en serio el asunto, y a pesar de la complejidad que conlleva en aras de la seguridad de los viandantes se proceda cuanto antes, a realizar un desmontaje completo de todo el muro en su frontal de acceso con vehículos, como del lateral que delimita con las escaleras de acceso al parque de recreo que incluye juegos infantiles. Procediendo con posterioridad a realizar una cimentación de base sólida que proporcione la estabilidad suficiente para soportar las tensiones del suelo, construyendo sobre la zapata un muro armado de hormigón con revestimiento de los mismos sillares de piedra que actualmente lo conforman, que ofrezca la seguridad requerida.
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Finaliza UPL reprochando que una vez más se hagan las cosas a medias y que dado que el problema del muro es estructural, como bien puede y fácilmente determinar cualquier informe arquitectónico, se procediera en su momento a resolver el problema más llamativo dejando para otro momento el del resto del muro, que presentaba el mismo problema que la parte intervenida.