La Biblioteca Nacional de España presenta la exposición Palabras de Viajeros. El viaje literario y su aportación a la cultura europea, comisariada por Paolo D’Alessandro, escritor y experto de literatura de viaje, y con un novedoso diseño del artista Ignacio Goitia que nos sitúa, física y emocionalmente, en una calle que podría ser Roma o Pompeya, con el Vesubio al fondo.
La muestra ofrece un viaje por Europa a través de las artes: arquitectura, dibujo, pintura, escultura y literatura, desde la mirada y la experiencia de viajeros españoles ilustrados como Isidro González Velázquez, Leandro Fernández de Moratín o Juan Andrés y Morell . “La exposición quiere mostrar la doble mirada de los viajeros” explicó Paolo D’Alessandro en su inauguración. Por una parte, el aspecto visual: dibujos, grabados, pinturas. Por otro, el testimonio escrito de los propios viajeros a través de diarios, cartas, obras literarias y la bibliografía que generan.
Ignacio Goitia, encargado de la parte museográfica, de especial relevancia en esta exposición, explicó que el diseño está inspirado por “la fascinación que tuvieron que sentir aquellos viajeros cuando viajaron a Italia y descubrieron Roma, Pompeya o Herculano” y que su idea fue “trasladar esa sorpresa”. Utilizando grabados de los fondos de la BNE, la sala Recoletos se convierte en una calle de la antigua Roma a la que el visitante de la exposición se ve transportado después de atravesar un arco de triunfo. Al fondo, un Vesubio humeante que es a la vez “motor de destrucción y conservación” nos invita a acercarnos en un viaje a través de las miradas de otros, que nos lleva hasta el Coliseo en ruinas. Reproducciones de la Victoria de Samotracia y la Venus de Milo del Museo del Louvre nos transportan a la antigua Grecia.
El viaje como motor de conocimiento y modernización de Europa
Moverse, ver, aprender y volver para divulgar, componen un método empírico de instrucción y conocimiento que llega a ser una práctica común en las sociedades europeas a partir del siglo XVIII, en muchos casos fomentada y financiada por las instituciones. El creciente número de guías y libros dedicados al viaje, en forma de diario o epistolario, refleja la importancia de esta larga tradición cultural que tanto ha contribuido a la modernización del viejo continente.
La exposición refleja la importancia que adquiere el viaje en la época ilustrada y los valiosos resultados de esa costumbre cultural a través de los numerosos libros impresos y los importantes manuscritos conservados en la BNE, enriqueciéndola y completándola con las obras gráficas de aquellos artistas que viajaron fuera de España, principalmente a Italia, para forjar su vocación en un contexto cosmopolita. Un total de 137 obras entre mapas, cartas, diarios, libros de viaje, dibujos, grabados y pinturas, de los que 113 forman parte de los fondos de la BNE. Y alguna sorpresa como un baúl de viaje o un completo ‘neceser’ de la época con objetos de aseo para el viajero.
Los viajeros ilustres
Son la experiencia y el testimonio de viajeros ilustres los que vertebran la exposición: los apuntes del arquitecto Isidro González Velázquez (1765-1840), pensionado en Roma entre 1791 y 1796 por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que alterna en sus trabajos juveniles dibujos técnicos de las antiguas arquitecturas con paisajes de ruinas y hermosas vistas de la Campiña romana; las Cartas familiares del abad Juan Andrés y Morell (1740-1817), que pueden considerarse como el primer libro de viaje sobre Italia impreso en castellano; los diarios de viaje de José de Viera y Clavijo (1731-1813); las notas del itinerario europeo del dramaturgo Leandro Fernández de Moratín (1760-1828), diarios en tono franco de un viajero partícipe y atento a la vida pulsante de los lugares que visita; la experiencia formativa en Roma del pintor Valentín Carderera y Solano (1796-1880), reflejada en dibujos y acuarelas; los textos que Ángel de Saavedra, Duque de Rivas (1791-1865), dedica a la ascensión del Vesubio y a su excursión a los templos de Paestum (1844), impactantes por la elegancia del estilo y la vivacidad de la prosa o los dibujos y acuarelas de viaje de Eugenio Lucas Velázquez (1817-1870).
También, ya en el siglo XIX, algunas mujeres viajeras reflejaron su experiencia en obras literarias: Emilia Pardo Bazán, Carmen de Burgos, Emilia Serrano (baronesa de Wilson), Eva Canel o la corresponsal de Guerra Sofía Casanova.
Colaboradores de la exposición
El director cultural de la BNE, Javier Ortega, destacó en la inauguración que esta exposición supone el comienzo de un viaje “empezado hace muchos meses” y en el que han trabajado “codo con codo” e intensamente varias instituciones: Iberia, ACS, Fundación Ramón Areces, Instituto Italiano de Cultura y la Fundación de Amigos de la BNE.
Detalló que en la muestra se exhiben obras de los departamentos de Cartografía, Bellas Artes, Manuscritos y de la colección Histórico-Artística de la BNE y agradeció la colaboración con el préstamo de obras a la Familia Carderera, a la Fundación Casa de Alba, al Museo Nacional del Prado, al Museo Nacional del Romanticismo, al Museo Nacional de Artes Decorativas, a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y a la Universidad Nacional de Educación a Distancia, que ha cedido un video sobre el Grand Tour que se proyecta en la exposición.
Descárgate el folleto de la exposición palabras de viajeros