Guarrate es una localidad ubicada en el extremo sur de la provincia de Zamora, en la comarca de La Guareña a 40 kilómetros de la capital.
Se halla situado en un cerro poco pronunciado, situado entre los valles del Juncal y la Presa, por los que discurren los arroyos de Valdeladrones y San Pedro, que se unen a unos 500 m del pueblo y cuyas aguas desembocan en el Guareña, afluente del Duero. Tiene una superficie de 31,6 km² y una población de 334 habitantes que se dedican principalmente a la agricultura y ganadería, aunque actualmente cuenta con varios talleres metálicos y de corte de mármol. Son especialmente conocidas sus explotaciones de leche.
Lo más probable es que Guarrate fuese fundado durante las repoblaciones emprendidas por los reyes de León en la zona en la Edad Media. De lo que no cabe duda es de su pertenencia en la Baja Edad Media a la Vicaría de Fuentesaúco,4 estando integrado en lo eclesiástico en la diócesis de Zamora y en lo civil en el Reino de León.
Ya en la Edad Moderna, en 1561, los registros históricos acreditaban una población no muy numerosa, que se reducía a 25 vecinos. Por otro lado, en esta época Guarrate era una de las localidades integradas en la provincia de Toro, en la que se mantuvo hasta la desaparición de esta a inicios del siglo XIX. Así, con la creación de las actuales provincias en 1833, Guarrate pasó a formar parte de la provincia de Zamora, manteniendo su adscripción regional a la Región Leonesa.
En la segunda mitad del siglo XIX el pueblo pertenecía al marqués de Viesca de la Sierra, cuya casa-palacio se conserva todavía, siendo hoy sede del ayuntamiento. En 1900, sin embargo, pertenecía a los Marqueses de Santa María de Silvela, año en el que un incendio de ocho días destruyó gran parte del pueblo. Sus propietarios regalaron al pueblo toda la madera necesaria para construir de nuevo sus casas, logrando reponerse de sus ruinas y reconstruirse. Posteriormente, los hijos de los marqueses de Silvela se dedicaron a la carrera diplomática, con lo que vendieron la administración del pueblo en 1924 a cinco vecinos de Fuentesaúco. En aquel tiempo, la tercera parte del terreno era monte de encina y, con los primitivos medios que de entonces se disponía, hubo que desmatarlo para poder ponerlo en cultivo.
Posteriormente, el pueblo fue vendido a sus habitantes por mediación del Instituto Nacional de Colonización, ya en el siglo XX.
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Que ver
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Iglesia parroquial de Santa María de la Asunción
Sus orígenes se remontan a 1232, según consta en el libro de José Navarro Talegón Catálogo monumental de Toro y su alfoz. Constan en los libros parroquiales obras de mantenimiento y reparación en los años 1563 a 1565, en 1572 se manda vender el crucifijo a otra iglesia para ayudar al pago de la obra de una pared que se estaba cayendo. En 1593 el Obispo manda rehacer la torre por estar muy agrietada, en el mismo año Francisco Bellaz recibe 1000 mrs por hacer la sacristía. En 1711 se encontraba semiderruida y en 1726 estaba hundida la techumbre de la capilla mayor y gran parte de la cantería de los muros, por estas causas fue reedificada, consta asimismo que en 1756 fue nuevamente reedificada (o terminada la anterior) conforme a la traza y condiciones del arquitecto de Toro, Simón Gavilán Tomé.
El campanario de los pies, llamado así por su situación respecto a la planta de la iglesia, es del año 1956, por haberse caído el anterior.
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Ermita de Nuestra Señora del Tránsito
La mandó construir Pedro Toribio Fonseca Pérez, natural del pueblo y emigrado a América, el 15 de mayo de 1892 se puso la primera piedra, se bendijo y abrió al culto el 15 de abril de 1893. Los planos fueron realizados por Magín López, maestro de obras de Zamora. Dicha ermita contiene la tumba del hijo del fundador y la imagen de la Virgen del Tránsito.