El desfile «Eje de Abscisas» visibilizó en León el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Se trataba de un desfile colaborativo y para llevarlo a cabo ha sido necesaria la cooperación de más de 70 personas que desfilaron en la tarde-noche de ayer, la mayoría mujeres normales, mayores, menores, jóvenes, delgadas, muy delgadas, gorditas, bajas, altas, solteras, casadas, separadas, con hijos, sin hijas y algún hombre; todas ellas valientes y admirables, porque aunque no son modelos, si lo son.

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de León, entre otros actos, organizó en la tarde-noche de ayer viernes en el Auditorio Ciudad de León un desfile de moda que mostraba una colección de ropa hecha con ese mismo fin bajo el título «Eje de Abscisas»

«Eje de Abscisas» es la forma de mostrar a través de un desfile una colección de ropa denominada ‘Visible lo invisible’ que invita a reflexionar sobre la desigualdad de género: estructural, coyuntural y familiar, casi siempre invisible. Se trata de un proyecto artístico de sensibilización y es el proyecto vital de su autora, Esther Calzado.

La propuesta upcycling (realizada con materiales reutilizados, recuperados y reciclados) intenta mostrar lo que pasa y parece que no pasa, lo que está ahí silencioso y latente, con la intención de revelar esta realidad para avanzar en una sociedad igualitaria.

Algunas situaciones de desigualdad son invisibles “al igual que el currículum oculto de nuestras trasmisiones culturales o educativas, que permiten perpetuarlas y los estereotipos de género que las hacen tolerables y que son el origen de comportamientos machistas y demás violencias, incluidas las institucionales”, remarca la artista.

Esta colección se inició hace 25 años y sigue en proceso

Los dieciocho primeros trajes fueron creados para la exposición colectiva Mujer, Arte y Compromiso y presentados por primera vez en el Museo de la Ciudad de Madrid (año 1998) y posteriormente en otras ciudades españolas; Badajoz y Burgos (1999), Valencia y Jaca (2000), Granada (2001), y Santiago de Compostela (2002). En ese momento se abordaban sólo dos temas, el de la mujer objeto y la doble jornada laboral.

La colección se inició con un compromiso feminista bastante naif: un análisis de la cosificación del cuerpo femenino y del coste personal de la mujer al acceder a la vida  laboral.  El  trabajo  originario  fue básicamente sobre estereotipos; el de la crianza fácil o la maldad femenina, la mujer objeto de deseo y de pecado.

La decisión de trabajar sobre tópicos se debe a su facilidad para ser entendidos; la mujer bandera, florero, la que para el tráfico o el cuerpo “danone”.

La de utilizar objetos cotidianos para su realización obedece a la misma necesidad de facilitar el mensaje; la crítica a los piropos callejeros se hace así a través de un bañador negro con una diana a la altura del culo en la que está clavada una flecha cuyo culatín es un ojo.

La falta de corresponsabilidad en las tareas de la casa con trajes que además de usar los utensilios de limpieza y enseres domésticos como sustitutos de la tela utilizan el humor.

La construcción de cada uno ha sido un reto técnico, ya que la mayoría no se soporta sobre elementos textiles, pero debía poder usarse, ponerse y quitarse sin demasiada dificultad y además adaptarse a varias tallas.

Retomar el proyecto después de 14 años se debió «a una cuestión personal, a un compromiso militante con el feminismo y al deseo de mostrarlo en León». Pero la vuelta al trabajo sobre la colección la hizo una mujer completamente diferente.

Con varias perspectivas nuevas, una de ellas la de la maternidad, se incorporan al proceso creativo dos temáticas más: la falta de educación sentimental y la violencia psicológica que, aunque no lo parezca, están íntimamente relacionadas.

Esta etapa del proyecto se afronta desde el análisis del curriculum oculto de la educación, de cómo se puede transmitir la aceptación de comportamientos machistas sin darse cuenta y de lo difícil que resulta cuestionar el heteropatiarcado, por un lado; por otro, el conocimiento de que la violencia de género, cuando se da, suele presentarse en un continuum que las mujeres van asumiendo como normal por exposición, otro tipo de invisibilidad.

El acoso moral suele percibirse tarde y la inconsciencia de su magnitud lo hace crecer exponencialmente, cuando quieren darse cuenta no les quedan recursos personales para enfrentarlo y además se sienten culpables.

Este tipo de relaciones perversas se dan en todas las capas de la sociedad y las sufren incluso mujeres con carreras brillantes y grandes capacidades intelectuales, lo que lleva aparejado una incomprensión mayor por parte de su entorno, por lo que también es invisible.

Es en este momento cuando la colección adquiere el nombre de Visible lo invisible. También se abordan la cuestión de la trata y la violencia física.

En Educación sentimental se mantiene el uso de tópicos y estereotipos; pájaros en la cabeza, mariposas en el estómago o estar en las nubes asociados al enamoramiento y su pérdida de papeles; el príncipe azul, la dama en apuros, los cuentos chinos para cuestionar el modelo.

En la intimidad tiene una mayor dificultad porque no permite el uso del humor presente en los procesos anteriores. Menos frívola, utiliza el estilo de la alta costura creando vestidos más austeros de noche y de gala y elementos que puedan transmitir por sí mismos la situación de opresión, fragilidad y abandono.

Tocados de cortinas sobre la cara, cadenas gigantes arrastrándose por la espalda, cintos golpeando las piernas con el movimiento, papel celofán que se rompe a medida que la modelo avanza por la pasarela.

También se incorporan a Mujer objeto el tema de la regla y el sexo seguro y a Doble jornada la obligación de mantener el romanticismo y la maternidad como único rol de la mujer desapareciendo los demás. Veintisiete piezas se realizan en este momento y con las anteriores se muestran en el Auditorio Ciudad de León con motivo del día de la mujer el 2015 al retomar el proyecto desde una visión diferente de la realidad de la mujer y de la autora.

Para la última presentación pública realizada un año después con motivo de la clausura del II Festival internacional recuore, arte y sostenibilidad el 4 de junio de 2016 en el Museo de la Ciudad de León, el foco se amplía a la necesidad de construir una sociedad sostenible.

Se incorporan cuatro prendas más que tratan sobre el romanticismo, la fragilidad adolescente, la infidelidad y las novias niña.

Desde entonces hasta la fecha se han realizado dieciocho piezas más que incluye una sección de violencias institucionales. De forma que esta colección en estos momentos consta de 67 vestidos.

Utilizar como lenguaje plástico la moda permite llegar a un público diferente al que se dirigen otras iniciativas artísticas y sociales de este tipo y permite mostrar muchos aspectos de la realidad. “Hay que ser consciente de lo que pasa para poder cambiarlo, a veces lo cotidiano nos venda los ojos”.

Esta colección se presentó ayer al público leonés a través de un desfile colaborativo con la cooperación de más de 70 personas, la mayoría mujeres normales, mayores, menores, jóvenes, delgadas, muy delgadas, gorditas, bajas, altas, solteras, casadas, separadas, con hijos, sin hijas y algún hombre; todas ellas valientes y admirables, porque aunque no son modelos, si lo son.

También son necesarias 10 personas más de soporte técnico. La propuesta no tiene ánimo de lucro.

Relación de prendas, significado y materiales de realización

Dividido en cinco bloques: Mujer objeto, doble jornada, educación sentimental, violencia institucional y acoso moral aborda temas de objetivación del cuerpo femenino, la realidad laboral de las mujeres, nuestra educación emocional -o la falta de la misma-, el enamoramiento, el maltrato psicológico y físico y algunas situaciones de maltrato que se dan desde las instituciones. Incorpora el juicio social y mediático sobre las situaciones expuestas, todo ello a través de tópicos que se convierten en vestidos realizados con material reutilizado o de desecho.